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Cultura

3 de Octubre de 2008

“Bush dice que el fin del mundo es mañana y a nadie se le mueve un pelo”

Pablo Vergara
Pablo Vergara
Por

Hernán Iglesias y la crisis en Estados Unidos. Hace algunos años escribió la historia de “Los Golden Boys”, los operadores argentinos que reventaron Argentina especulando. Hoy dice que esa es la única manera de hacer dinero tras la crisis en Nueva York. Buen observador del mundo de las altas finanzas, Iglesias desmenuza lo que está pasando. Ojo: lo entrevistamos el martes, cuando la Bolsa se reponía. Capaz que ahora viernes esté en el suelo.

Por PV

¿Qué está pasando? Hoy martes la bolsa está subiendo.
-Hay una tendencia a explicar cosas que no tienen explicación. Y esto pasa con los mercados financieros. Nassim Taleb, un trader francés-libanés que escribe libros entre matemáticos y filosóficos aplicados a los mercados, tiene uno que se llama “El Cisne Negro”. Y esto es un “cisne negro”: algo que ocurre cada cien años y que al final siempre pasa. Cuando sube Dow Jones un 1%, los títulos de los cables son: “subió Dow Jones porque tal país hizo esto con el petróleo o porque la confianza del consumidor subió un poquito”. Pero no hay una relación directa. O es imposible de saber. El lunes era claro que la bolsa bajó por la votación, pero hoy no se puede decir que suba porque hay más esperanza. También hay tipos que hacen compras tácticas para ganar, porque saben que después de una caída así todo sube. Al final nunca sabes qué pasa.

¿Con esto no se acaba también una época de oro en Estados Unidos?
-Eso es difícil saber. Porque también la de 1993 fue una crisis enorme. La crisis fue Corea del Sur, Rusia, y un gran fondo de inversión que implotó y al que la Reserva Federal no rescató, sino que armó un consorcio de bancos para hacerlo, porque ese fondo tenía negocios con todo el mundo y se había quedado en bolas, por decirlo humildemente. En ese momento parecía que era el final de algo. Pero al año siguiente apareció todo lo de Internet y empezó otra vez.

¿Qué interpretación le das a la votación del lunes? ¿sólo pesó lo próximo de las elecciones?
-Por un lado, pero lo que revela es que la crisis no ha llegado a la gente, que es muy financiera todavía. Si realmente fuera grave para la economía real, los tipos habrían votado otra cosa, porque sentirían que hay un riesgo importante para sus votantes. Creo que todavía la gente no tiene claro los efectos en la economía real. Los periodistas tenemos con las finanzas algo así como una atracción mítica; la foto del tipo agarrándose la cabeza le gana los titulares a cualquier noticia y no se puede hablar de otro tema. Y es raro, porque una postura más de izquierda en situaciones normales es insistir que la economía real y la financiera son cosas distintas, que no hay que confundirlas, porque cuando uno le hace mucho caso a las finanzas se olvida de la otra. Y sin embargo mucha gente progresista está sacando lecciones de una crisis que por ahora no está perjudicando a la gente. Lehmann Brothers se hundió y nadie de la calle sufrió. Hay una recesión, pero eso gotea mucho más lento y veremos
qué alcance tiene.

EL DRAMA

¿Cómo se vivió el lunes allá?
-Fue el primer día que sentí algún tipo de electricidad en la calle. Antes me llamaban radios argentinas y me preguntaban, típico: “¿y la gente en la calle qué dice, cómo está?”. La verdad es que no decía nada. Quizá porque soy extranjero y tengo las antenas menos conectadas. Pero el fin de semana estuve en una despedida de soltero con amigos gringos y hablaron de la crisis con interés teórico: quién tiene la culpa, que los banqueros son unos cabrones, que esto beneficia a Obama. No lo hacían como si sus vidas estuvieran afectadas. El lunes sí fue distinto.

También tuvo harto de espectáculo.
-Era como un guión. Los norteamericanos son muy buenos para meter dos hechos desconectados en una narración. Todo es una historia, un drama. Tienen mucho talento para eso. Se hacen personajes, villanos.

¿El plan de Bush se va a aprobar?
-Algo se va a aprobar. Pero todo viene de la confianza. En ese sentido, es medio raro porque hay un presidente que no genera nada de confianza y nadie le cree nada; sale a la tele a decir que el fin del mundo es mañana y a nadie se le mueve un pelo. Es muy raro el liderazgo. Los presidentes gringos en su último año están ahí y no hacen nada. A Bush le hubiera encantado eso pero le tocó. Es triste porque mientras más confianza hay, menos plata es necesaria para el salvataje. La confianza que tienen en Bush es mínima.

LOS GANADORES

¿Quiénes están haciendo plata en esta crisis?
-Generalmente cuando los mercados bajan, hay una sola manera de hacer plata, que es shortear, que es el nombre que yo usé en mi libro. Se dice short-selling y básicamente es vender títulos que uno no tiene. Es decir, vendo hoy con esperanza de que cuando tenga que devolver los títulos, dentro de un mes, valgan menos. Por ejemplo, vendo a 70 y cuando tenga que devolverlos mi objetivo es tener 60 y hago 10 de diferencia. Morgan Stanley hace diez días se quejó de que había gente que estaba shorteando agresivamente con ellos y que eso estaba bajando el precio de su acción, que eso podía provocar la desaparición del banco. Hace una semana, la SEC, la comisión de valores, prohibió el shorteo en 70 productos financieros.

Tienen mala fama los shorteadores.
-Sí, tienen fama de buitres, de hacer plata con la desgracia ajena. Pero justamente son los que compensan la burbuja porque siempre son pesimistas. Si una de las causas de la crisis que estamos sufriendo es el excesivo optimismo por gente que se envalentona y se mete en burbujas, ellos de alguna manera siempre fueron sensatos. Hacen plata con la desgracia ajena pero también pueden servir para compensar mercados desproporcionadamente optimistas.

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