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Reportajes

13 de Noviembre de 2008

Habla la cuñada de la Quintrala

Por

Carolina Zamorano Marfull, la ex cuñada de la QuintraLa: “Cuando mataron a mi hermano, por supuesto que pensamos en ella”. Francisco Pelayo Zamorano Marfull era el ex marido de María Pérez López, la Quintrala de Providencia. Él y su pareja, Héctor Arévalo, fueron muertos de certeros balazos en la nuca en abril pasado. Aunque en su momento un email anónimo le dijo a los fiscales que investigaran a María Pérez López, sólo ahora empiezan a surgir las dudas sobre el homicidio, que ya tiene a un anciano de 75 años -Claudio Soza- como autor confeso, aunque más tarde se retractara. Hoy, la familia de Zamorano teme que detrás del crimen, atribuido a vagos sentimientos homofóbicos y a una deuda de sólo 120 mil pesos, se encuentre la mano de la mujer que sorprende al país por sus desquiciados odios.

Por Felipe Avendaño • Foto gentileza La Tercera

Hace varios meses, el misterio del crimen de Pelayo Zamorano y Héctor Arévalo se resolvió sorprendentemente con la detención de Claudio Soza, un anciano de 75 años que confesó a los detectives haber dado muerte a los dos profesionales por homofobia y una deuda de apenas $120 mil. Soza, primo de Zamorano, luego se retractó de sus palabras. Hoy, Carolina Zamorano, la hermana de Pelayo, sigue creyendo que él está implicado en el crimen. Pero teme que su ex cuñada, presa por el homicidio del joven ingeniero Diego Schmidt-Hebbel, se encuentre tras el crimen.

-Cuando mis hermanos mayores supieron que Claudio Soza había sido el autor, se quedaron para adentro. Nunca en la vida se les pasó eso por la mente. Si él va y lo dice a la policía, tiene que ser él no más -dice.

La situación igual es algo confusa, porque ellos eran primos y la razón era supuestamente una de deuda de $120 mil.
-Es que no creo que esa sea la razón, eso es una tontera, una excusa estúpida. Uno no mata a nadie, ni siquiera a la persona que menos quieres, por eso. Son excusas tontas pero no las creo. Ni siquiera porque él se dijo homofóbico… Mi hermano era un ser sensible, un gallo bueno, cariñoso con los niños, un artista. Rodrigo, su pareja, era el descueve. Todo el mundo lo apreciaba. Ellos tenían una vida normal. Pelayo era homosexual, pero era una persona.

Ustedes al comienzo pensaban que había sido ella. ¿Lo siguen creyendo?
-Sinceramente, cuando se vio todo esto de la Pilar (el homicidio de Diego), yo también lo pensé. Es más, cuando ocurrió el caso de mi hermano, pensé inmediatamente en la Pilar y todos lo hicimos, todos. Pero resulta que de repente Claudio Soza aparece diciendo que fue él. Lo que me tiene muy enojada es que Claudio Soza esté metido, no porque sea mi primo. No, es porque él dijo que era culpable y despues se echó para atrás, y entonces atrasó el caso de mi hermano. Porque si él hubiese dicho la verdad, no sé “mira, en realidad no fui y pasó esto y está relacionada la Pilar”, capaz que Diego Schmidt-Hebbel hoy no estuviera muerto. Cuando mataron a mi hermano, por supuesto que pensamos en la Pilar. No en que ella lo hubiera matado, sino que lo mandó matar, igual como quería matar a Agustín. Y cuando apareció Claudio entremedio, todos quedamos plop. Pero bueno, si él lo dice. Si Claudio se echó la culpa, es por algo. Creo que en alguna argolla de la cadena está Claudio porque ¿por qué se echó la culpa? No sé. A mí no me calza. ¿Por qué te echas la culpa? Por algo. A mí, la verdad, no me interesa la Pilar. Me interesa descubrir quién mató a mi hermano.

¿Ud. cree que fue otra persona?
-No sé. Creo que fue Claudio, no más. Él por algo está en ese engranaje. Si fue la Pilar, si ella movió algo, también está Claudio, él no es totalmente inocente. Ahora con esta historia de la Pilar decimos que él no está solo. Pero antes, cuando no había explotado esto de la muerte de Diego, él decía que estaba solo, él contó la historia, nadie lo presionó.

LA CUÑADA

Sus familiares me decían que si se comprueba que fue Pilar, a ella no le sorprendería.
-A nadie le sorprendería. ¡Pero si fue capaz de hacer todo esto! ¿Por qué no va a ser capaz de matar a su ex marido? Por supuesto que sí. A mí no me cabe ninguna duda, ni una duda.

¿Cómo la describiría? ¿Ud. tuvo alguna situación de las que se describen?
-Bueno, ella sufre de depresión, es bipolar depresiva.

¿Está en tratamiento?
-Siempre ha estado en tratamiento. No sé, la verdad. Lo que pasa es que no teníamos contacto desde que mi hermano se separó de ella. Es más, cuando estaban casados, tampoco nos veíamos tanto, porque tampoco era una persona afable, acogedora; siempre estaba a lo de ella y punto. La respetábamos porque era la persona que eligió mi hermano como mujer y qué le íbamos a hacer. Ella dos veces me pidió favores. Fue la única vez en que me habló, así un poco amorosa porque quería ayuda. Pero nunca más.

¿Pero entraba en el círculo familiar?
-Sí, entraba, pero porque estaba mi hermano entremedio. Pero tampoco recuerdo haber hecho tantas reuniones familiares en esa época. Nosotros no tenemos ningun problema con la familia, ni con sus hijos; la familia de la Pilar es excelente, ahí la única problemática y dañina es ella.

¿Por qué ella no se acercaba a ustedes?
-No sé. Probablemente nos encontraría rotos, porque ella era una persona muy buena para rotear a la gente, siempre consideró a todo el mundo menos que ella, porque ella mide a las personas por lo que tienen. Cuando alguien tenía menos, eran rotos y seguramente le daba cosa que sus hijos se relacionaran con una familia así.

LO QUE DIJERON EN EL TRIBUNAL

José Ruz, el sicario:
“Al poco rato de los hechos llamé a Pilar. Le dije quedó la cagá, llámame. Me llamó de vuelta y me dijo que le había dado un ataque de presión. Loquillo, me dijo, me dio un ataque, me bajó la insulina, tengo que dormir. No dijo nada más. Yo quería pedirle plata para arrancar, pero no pude.

Pilar le tenía fobia al español, porque decía que por su culpa no le dejaron nada en la herencia, que ellos se habían quedado con las joyas y no la habían dejado ver a su padre cuando se murió. Decía que por la panadería perdió 300 millones al estar cerrada por culpa del español”.

Agustín Molina, su cuñado:
“A mí me tenía mucha mala, de hecho me rompió sin motivo un furgón que trabajaba en 2004, le rompió los espejos laterales, le echó sellante a las cerraduras y le acuchilló un costado. Mis vecinos la vieron, yo le tomé fotos al furgón, pero mi suegra me dijo que no la denunciara.

(…) El año pasado me operaron del corazón, y ella colocó excremento humano en la cerradura y en el pomo de la puerta de mi casa. Cuando me mejoré, de nuevo lo hizo, una vecina de al frente la vio, tomaba desayuno con su esposo y le extrañó que se levantara tan temprano. Andaba con bata blanca y vio como embadurnaba con algo café la puerta”.

Su hijo, Juan José Zamorano Pérez:
“Pilar empujó a mi señora por la espalda mientras bajaba la escalera. Ella cayó y quedó sin orientación. Mi señora, sin entender lo que pasaba, creyó que Pilar había resbalado, trató de levantarse cuando Pilar comenzó a propinarle golpes de pies y puños, mientras uno de los perros la mordía en las extremidades. Mi señora consiguió zafarse y le suplicó que la dejara ir, que no la agrediera más. Luego de eso corté la relación hasta hoy que declaré”.

Carlos Rafael Felip Imperatore, ex pareja:
“En marzo de 2002 me llamó un funcionario público que tiene que ver con nuestro trabajo para que fuéramos a ver un terreno a Pudahuel. Era tarde, estaba anocheciendo, fuimos cerca de Pudahuel, él se bajaba y se subía al auto, llegamos a Lampa hasta que en un momento me dijo que me tenía que decir algo importante. Mira huevón, me dijo, yo no tengo nada con la Pilar, pero te quiere matar, me ofreció 2 millones y adelantó $500 mil. Esa noche tenía que pegarte un piedrazo en la cabeza, sacarte la billetera y lanzarte al río. La idea era que pareciera un robo”.

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