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28 de Diciembre de 2008

Norman Mailer: “La masturbación lleva a la demencia”

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A poco de cumplido un año de la muerte del escritor norteamericano Norman Mailer, acaba de llegar a Chile “Un arte espectral. Reflexiones sobre la escritura” (EMECÉ), libro donde Mailer elabora sus ideas sobre el arte de leer y de escribir, pasándole revista a autores como Tolstoi, Twain, Beckett, Saul Bellow, entre otros. Pero el autor de “Los desnudos y los muertos” y “El ejército de la noche” también medita sobre la televisión, la pornografía y la “corrupción literaria”. Para ello se valió de entrevistas que le hicieron, como el siguiente fragmento referido al intemporal onanismo.

Un corolario del narcicismo es, desde luego, la masturbación. Un autor está siempre consultando su mente, incluso mientras la mano interroga al pene. Siguen unas observaciones de una entrevista hecha hace casi cuarenta años en The Realist. Al releerla, descubro que sigue siendo válida. El acto de escribir está tan cerca del carácter psíquico de la masturbación que si vamos a discutir el mundo del escritor, entonces, tenemos que tratar con esto también. Es el trasfondo tácito detrás del epíteto “escritorzuelo”.

PAUL KRASSNER: ¿Piensa que es usted un poco puritano cuando se trata de la masturbación?
NORMAN MAILER: Creo que la masturbación es mala.
PK: ¿En relación con el cumplimiento heterosexual?
NM: En relación con todo: el orgasmo, la heterosexaulidad, el estilo, la postura, el ser capaz de pelear en el buen combate. Creo que la masturbación vuelve torcida a la gente. Establece una tensión mala y a menudo duradera. Cualquiera que pasa su adolescencia masturbándose suele entrar en su primera madurez sin el sentido de ser un hombre.
PK: ¿Es posible que tenga usted una actitud totalitaria hacia la masturbación?
NM: Estoy diciendo que es una actividad miserable.
PK: Creo que hay una falla básica en su argumento. ¿Por qué está suponiendo que la masturbación es violencia sobre sí mismo? ¿Por qué no es placer sobre sí mismo? Y no estoy defendiendo la masturbación… bueno, sí, como un sustituto y cuando…
NM: De acuerdo, mire. Cuando usted hace el amor, lo que hay de bueno en usted y de malo en usted pasa hacia alguien más. Quiero decir esto literalmente. No estoy interesado en la bioquímica del asunto ni en cómo las oleadas psíquicas son pasadas de ida y vuelta. Todo lo que sé es que cuando uno hace el amor, uno cambia a una mujer levemente y una mujer te cambia levemente.
PK: Ciertas circunstancias pueden cambiarlo a uno para peor.
NM: Pero al menos has pasado por un proceso que forma parte de la vida. Uno puede terminar mejor por la experiencia, o peor. Pero tiene experiencias que absorber, en las que pensar, uno ha digerido literalmente el nuevo espíritu que ha entrado en la carne. El cuerpo ha sido galvanizado por una experiencia de la carne, una declaración de la carne.

Si uno tiene el coraje de pensar en cadaaspecto del acto –no me refiero a pensar mecánicamente en él–, si uno es capaz de rumiar sobre el acto, demorarse en él, entonces, uno es cambiado por el acto. Porque en el acto de restaurar la armonía de uno, uno tiene que encontrar todos los motivos por los que fue sacudido.

Así que, por último, uno ha tenido una experiencia que fue alimentadora. Alimentadora porque es capaz de sentir el modo de uno hacia perspectivas más difíciles o más preciosas como resultado de ella. Uno es capaz de vivir una vida más heroica si puede digerir y absorber la experiencia.

Pero si uno se masturba, todo lo que ocurre es esto: todo lo que es hermoso y bueno en uno sube por la mano, se va al aire, está perdido. Ahora bien, ¿qué demonios hay para absorber? Uno no se ha puesto a prueba a sí mismo. Como ve, en cierto sentido, al acto heterosexual hace descansar las preguntas y lo vuelve a uno capaz de construir unas pocas respuestas. Mientras que si uno se masturba, la capacidad de contemplar la experiencia de uno queda perturbada. Las fantasías de poder toman el mando y perturban todo sueño.

Si uno tiene, por ejemplo, la imagen de la hermosa y sexy muñeca en la masturbación, uno sigue sin saber si uno puede hacerle el amor en carne y hueso. Todo lo que sabes es que puedes tenerla en tu cerebro.

Pero si uno ha peleado la buena pelea o la mala pelea y terminó con la dama hermosa y sexy, entonces, si la experiencia es buena o mala, tu vida es cambiada por ella. Uno sabe algo de lo que pasó. Uno tiene algo real sobre lo cual construir.

La dirección última de la masturbación siempre tiene que ser la demencia: la dirección última, ojo, no la probabilidad inmediata.

Me preguntaron si esta observación se aplica a las mujeres, y me di cuenta de que no sabía la respuesta. Me da la impresión de que la masturbación, por una variedad de razones, no afecta la psiquis femenina directamente.

Un amigo mío observó: “Dado que has estado casado toda tu vida adulta, no conoces el auténtico alcance del problema”.

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