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5 de Marzo de 2009

El polémico homenaje de Warnken a Miguel Serrano

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El 3 de marzo, en su habitual tribuna mercurial Cristián Warnken despidió a su admirado Miguel Serrano. “No hay ni habrá otro Miguel Serrano. Tal vez en otra galaxia, u otro mundo paralelo, como esos por los cuales él tenía particular devoción”, declara, y clasifica su nazismo como “una adhesión y lealtad a lo imposible”. Warken, un hombre que sufrió hace poco el dolor más infernal de todos, la muerte de un hijo, soslaya la muerte y tortura de otros 6 millones de hijos en los campos de concentración de Hitler, asunto con el que festinaba Serrano. Rafael Gumucio, nuestro habitual colaborador, se lo expuso en la sección de comentarios de la columna, al manifestar entre otras cosas que “en otros lugares el dolor de los campos de concentración haría retroceder al que escribe esta columna– un autor que se supone que sabe lo que es el dolor y la muerte-antes de seguir alabando un hombre que hizo la muerte de millones de niño, una anécdota en su busca de la reina de sabat y los dioses del Antártica”, y se armó la grande. Salvo una señora llamada Ruth Grinberg, que no puede explicarse como Warnken escribe esas barbaridades, los ataques a Gumucio se suceden con fruición: “Rafael Gumucio. Mucha barba y poco contenido. Tu odio viceral no te permite criticar con altura de miras. Una pena, para quien se supone escritor y que deberia estar por sobre el bien y el mal en estos casos. Aprende de Warnken, con mucha humildad.”, le escribe un tal Leonidas Sonne, mientras que Manuel Eisberg señala “Rafael Gumucio, pero que ignorancia. Debería leer algo de Serrano, en especial sus Memorias, donde aclara todo lo que usted acusa.
Pero que fácil es ganar audiencia con una sarta de obviedades”.
Por lo visto, Serrano sigue pegando sus coletazos bajo tierra.

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#Gumucio#nazi#Warnken

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