Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Uncategorized

25 de Mayo de 2009

¿Statu quo, transición o desalojo?

Por

Por PATRICIO ARAYA

Que las imágenes “hablan”, no cabe duda. La de este 21 de mayo de la Presidenta Bachelet flanqueada por sus pares de ambas ramas del Poder Legislativo en la testera del Congreso, durante la rendición de su última cuenta pública, desde ya es histórica y como tal sugiere algunas lecturas, ciertas interpretaciones. Esta es la primera vez desde 1990 que un mandatario concertacionista encabeza una ceremonia oficial en el hemiciclo, acompañado de dos representantes de la oposición en su calidad de máximos directivos de la Cámara y del Senado (los UDI Rodrigo Álvarez y Jovino Novoa); del mismo modo, con ocasión del cambio de mando en marzo próximo, esta misma escena se repetirá e incluirá a un cuarto personaje, que bien podría integrar un eventual tridente aliancista.
En esa misma testera nuestra historia reciente se ha dado sus gustitos. Hace diecinueve años Pinochet y Aylwin cerraban allí una etapa de la historia y abrían otra, una que no obstante ser anunciada por sus mentores como “transición a la democracia” (una cuestión que en poco tiempo prometía restablecer la institucionalidad democrática y sanar las heridas del pasado), nunca concluyó del todo, por el contrario, nuestra “democracia de baja intensidad” (aquella institución un poco rancia que cohabitan oficialismo y oposición, y observada desde la gradería por los marginados e ignorados de siempre) no ha superado ninguno de los vicios que ella misma denostaba en sus albores: sectarismo, exclusión, corrupción, intolerancia política, odios, revanchismos; pequeñeces.
Sabemos que dicha “transición” no cumplió por completo el propósito de asegurar el pleno ejercicio de derechos y deberes ciudadanos, en el contexto de un Estado democrático pos dictatorial, por el contrario, ella devino en una entelequia de doble faz: la democracia de los acuerdos y la justicia en la medida de lo posible. En consecuencia, lo que hoy tenemos es un sistema de componendas aceptado a regañadientes por la ciudadanía en pro de la buena convivencia, que al cabo, se torna pernicioso contra la misma democracia que pretende preservar; una realidad circular, viciosa, pero no inmodificable. De seguro esto fomenta en algunos la desidia, la inacción, el statu quo, el gatopardismo, ese lugar común del discurso del cambio para que todo siga igual; mientras que en otros alimenta el deseo de un cambio inmediato, radical, un desalojo urgente, un ¡ahora nos toca!; y en otros más alucinados todavía, la idea de que ése cambio sea mucho más duradero, tanto que alcance para darle sentido y longevidad a su proyecto ulterior.
Entonces, ¿cabría interpretar esa escena de Bachelet y los parlamentarios gremialistas en la testera, como un gallito entre Concertación y oposición por quién estará allí el próximo año dando cuenta al país del estado de la hacienda, y por lo tanto, como una voz de alerta de la mandataria a su abanderado, y un guiño cómplice de los tribunos de la UDI al candidato aliancista? Si la respuesta es afirmativa, entonces las alarmas en el comando oficialista deben estar sonando a todo dar, mientras que en la vereda de enfrente el champán aguarda en la nevera.
¿O será que dicha escena puede ser el inicio del sueño cumplido de desalojar al fin a la Concertación? Puede ser. ¿Acaso esas sonrisas tensas y abrazos tibios bajo el mármol, equivalen al comienzo de una nueva transición, un puente entre dos sistemas de gobierno, uno que no cumplió todo lo que prometió y otro que promete cumplir todo lo que pueda? Una transición menos traumática que un cambio violento, que podría llevar al país del mero crecimiento económico al desarrollo con oportunidades igualitarias. ¡Quién sabe! ¿O es que el vestido verde esperanza de Michelle sea el símbolo de la continuidad? Por último, ¿no será hora de que sea el país, la ciudadanía, quien decida –alguna vez– su destino, y piense en una tercera posibilidad, o en una cuarta?
Sobre lo que no cabe duda es que nunca antes y nunca tanto, una fotografía como la de este 21 de mayo, fue tan elocuente; tan sugerente.

Temas relevantes

#Bachelet#desalojo

Notas relacionadas