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19 de Junio de 2009

¡Andha!

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Por Julio Sánchez / Director periódico La Diagonal

No sólo esa lluvia que viene pero que no llega es lo que atemoriza a los transeúntes del puente Pío Nono. Tampoco es el frío que a simple vista les hace temblar sus manos como cual ciudadano con Parkinson en penumbras. Es esa hediondez putrefacta emanada del asqueroso río Mapocho, el más mugriento de la capital, que hoy comparte ribera con los deudores habitacionales que no se cansan de luchar por lo que es justo, una deuda saldada hace harto rato y que por protocolo de economía privada deberán seguir cancelando por varios años más.
Pero vamos por parte. Para graficar la lucha de Andha, vale la cita de una columna de Pablo Longueira publicada en El Mercurio el 24 de mayo de este año, donde grafica de forma magistral el conflicto (sí, leyó bien, aunque sea difícil de creer, El Mercurio y Longueira se preocuparon del tema): “En La Pintana hay una población que se llama José Donoso y que tiene unas 1.500 viviendas que se han construido en siete etapas. Todas las viviendas son similares, tú no distinguirías ninguna de las etapas caminando por ellas. Las primeras seis fueron construidas con programas donde los deudores tuvieron que poner un ahorro previo cercano a las 20 UF y quedaron con dividendos por 20 años. La séptima etapa se entregó bajo la nueva política habitacional, es decir, con un ahorro previo de 20 UF y nunca pagarán dividendo porque no tienen deuda”.
Esa nueva política habitacional se llama Vivienda Dinámica sin Deuda, a la que por cuestiones de tiempo en la implementación del programa, no todos accedieron a ella, aún cuando las casas sean las mismas. Pues bien, ese mismo grupo que injustamente no tuvo ese beneficio es el que se metió al río, el que se tomó las grúas o el que se encarga de recodarle a la Presidenta Bachelet en cuán acto se deje ver toda esta problemática.
Y si bien el gobierno accedió a condonarles la deuda en un 50%, ellos no quieren dar un peso más, sobre todo cuando el receptor de esos dineros es la banca privada. Incluso más, aseguran que con los pagos llevados hasta la fecha ya tienen más que saldada la deuda de sus casas. Y es cierto, muchos, en la eventualidad de que se cumplan los 10 a 20 años de pago de dividendo, pagarán hasta 8 veces sus casas, lo que simplemente no es justo, más si se considera que las viviendas entregadas son sólo viviendas sociales. Una vergüenza.
¿Entonces?, nada. El río Mapocho sigue su curso derramando fecas y basura en los pies de los pobladores que se han convertido en los actores sociales más fuertes del último tiempo. Gritan, reclaman y lloran, mientras las cámaras y micrófonos ya están instalados esperando el show de Carabineros, que no tienen asco en ir al choque.
¿Y los transeúntes?, miran y pasan, muchos sin siquiera entender el conflicto, pensando en el comentario ignorante del conductor del matinal de Canal 13, Sebastián Jiménez, quien dijo que esto es una lucha de ciertos deudores con la banca privada y que el gobierno no tiene nada que decir.
Entonces, seamos claros. La solución de todo este conflicto no está ni en Carabineros, ni en los dirigentes de Andha. Aquí hay una responsabilidad del Estado para con las viviendas, y la deuda, como se ha esbozado en este escrito, es infinitamente injusta, por lo tanto, todo depende del gobierno, la solución está en ellos.
¡Ah!, ¿Y el gobierno?, bien gracias.

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