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28 de Junio de 2009

La vuelta de ex-Cat Stevens

Por

POR JUAN PABLO ABALO

Hablar del inglés Cat Stevens conlleva un problema de identidad, el de sus nombres artísticos. Nació en 1948 y sus padres lo llamaron Steven Demetre Georgiou, no obstante lo cual él, durante las décadas del sesenta y setenta, a ojos del mundo se dio a conocer musicalmente -y de forma meteórica- como Cat Stevens. Y después, por asuntos religiosos, decide que ya no es más Cat Stevens sino que es Yusuf Islam. Como tal, se retira a la reflexión, a la contemplación, y desaparece del mapa por una buena tracalada de años.

En estricto rigor, hoy tendríamos el deber de llamarlo Yusuf, pues así él lo ha elegido y así ha firmado las dos producciones que ha sacado a su regreso al ruedo musical: “An other cup” (publicado el 2006 después de 28 años de introspección religiosa) y “Roadsinger”, la más reciente de sus producciones, salido en mayo de este virulento 2009. Pero si lo llamáramos Yusuf, o Yusuf Islam, y no Cat Stevens, si omitiéramos por completo el nombre Cat Stevens -cosa que él preferiría-, pocos sabrían de quien se habla; por lo tanto, lo llamaremos ex-Cat Stevens, para no perder de referencia el nombre que a todos les resulta familiar y con el cual se hizo conocido mundialmente con canciones que gustaron y se clavaron en el registro musical del público (que es algo así como una caja triangular que se aloja en el cerebro y en la que se hospedan aleatoriamente las músicas que se han escuchado a lo largo del tiempo, eliminándose mutuamente según un proceso de selección natural).

Como sea, y para ir yendo al callo después de tanto preámbulo con la huevadita de la identidad, ex-Cat Stevens ha logrado cuajar la actividad de cantautor occidental con sus reflexiones religiosas islámicas, instalándose en un lugar que él mismo considera como de “bisagra entre las dos culturas” para así quebrar prejuicios que de lado y lado se tienen y acercar a los dos mundos en la medida de lo posible.

“Roadsinger” es muestra fehaciente de esto; con la misma gracia de sus más grandes y pequeños éxitos, ex-Cat Stevens compuso las once canciones que dan forma a este muy buen disco. Y cuando hablamos de sus grandes y pequeños éxitos no pensamos tanto en “Father and son” sino en “Peace train” o en “Can’t Keep It In”.

Y es que hoy como ayer, su voz inmutable, el buen juicio para seleccionar tales o cuales líneas melódicas, la discreción en los arreglos, la prudencia del acompañamiento instrumental, el justo acoplamiento de otras voces y de los coros de niños a la suya, la autenticidad de las guitarras y el habla llana de lo común y silvestre son características que saltan al oído de buenas a primeras, y hacen que “Roadsinger” sea un disco que con toda seguridad pasará a tener la importancia de otros de ex-Cat Stevens como “Tea for the Tillerman”, “Teaser and the Firecat” o “Back to Earth”.

A ratos, “Roadsinger” nos recuerda a la última Tracy Chapman, luego a Neil Young, incluso parcialmente a Robert Wyatt, aún cuando jamás pierda la marcadísima identidad de su autor, ex-Cat Stevens. “Welcome Home”, “Thinkin` Bout You”, “EveryTime I Dream” y “This Glass World” nos otorgan parte de este grato recorrido musical y, si se le presta atención a las letras, se verá lo plausibles que son las quejas que ex-Cat Stevens hace frente a lo que considera un mundo desnutrido de paz.

Mención aparte merecen, para los antiguos fanáticos del cantautor, las canciones “Be What You Must” y “Roadsinger”, pues ellas más que ningunas nos remontan al sonido del Cat Stevens de antaño, ese que lograba una energía casi eufórica bajo estructuras simples y recurrentes.

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#cat stevens

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