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5 de Julio de 2009

¿Cuánto nos cobra por inundar su cementerio?

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POR PEDRO CAYUQUEO / Director periódico Azkintuwe

El código indígena que se presentará en las próximas semanas tiene a los empresarios aterrados. El texto tiene el concepto de “conducta responsable” en las inversiones que se hagan en territorio en que existan comunidades indígenas y ése es el problema. Esto es lo que piensa del texto un intelectual mapuche:

“Las intensas precipitaciones ocurridas en los últimos días obligaron a la compañía a tomar la decisión de cerrar en forma definitiva el ducto inferior de la presa”. Con estas palabras Endesa-Chile, filial de la transnacional Endesa-España, comunicaba a mediados de abril de 2004 su decisión de comenzar el llenado del lago artificial de la Represa Ralco, en el Alto Bío-Bío. En pocas semanas, inundados quedaron no solo decenas de acuerdos incumplidos con las comunidades y sendas recomendaciones de organismos internacionales, sino además un cementerio tradicional indígena, lugar “sagrado” para los pewenche y declarado “bajo protección” por el Consejo de Monumentos Nacionales. En el marco de las “negociaciones” de Endesa con las familias de la zona, la transnacional se había comprometido a trasladar dichas tumbas antes de inundar los terrenos. Nada de ello ocurrió y hoy, a cinco años de aquel “imprevisto” y pese a los reclamos de sus deudos, los restos de un centenar de pewenches continúan bajo las aguas del lago. A 80 metros de profundidad, para ser más exactos. Un verdadero monumento submarino a la (I)responsabilidad Social Empresarial. También al racismo.

Lo acontecido en Ralco no podría ocurrir hoy, señala el Comisionado Presidencial para Asuntos Indígenas, Rodrigo Egaña. No al menos a partir de septiembre, cuando comience a operar el denominado “Código de Conducta Responsable para Inversiones Públicas y Privadas”, iniciativa gubernamental que buscaría regular todos aquellos proyectos a ejecutar en territorios donde habitan pueblos indígenas. Hace un par de semanas, un borrador del Código de 154 páginas fue presentado por Egaña a más de 40 ejecutivos de grandes compañías como SOQUIMICH, BHP Billiton, Endesa España, Colbún, Forestal Arauco y Forestal Mininco, entre otras. En todas ellas cundió el pánico. “La propuesta actual genera incertidumbre para las inversiones”, advirtió Patricio de Solminihac, subgerente de SQM. “Esto implica una compleja discriminación negativa respecto de los chilenos no indígenas”, subrayó el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Alfredo Ovalle, defensor del principio de igualdad ante la ley. “Sólo agregará más riesgo a los proyectos de inversión”, disparó por su parte Aníbal Bascuñán, Gerente de Proyectos de Endesa. Preocupación total en el gran empresariado. Buenas noticias… en apariencia.

Pero estamos en Chile y no en la democrática Finlandia. Y por más que la propia presidenta Bachelet argumente que el Código busca dar cumplimiento al Convenio 169 de la OIT, uno de los instrumentos más avanzados en materia de reconocimiento de derechos indígenas, lo cierto es que el entusiasmo de Egaña y la alarma de los empresarios no pasan de ser un espejismo. Si lo planteado por la presidenta fuera efectivo, el Código debería considerar algunos de los derechos reconocidos a los Pueblos Indígenas en el citado 169. A saber: la consulta previa, libre e informada; la participación en los beneficios; la generación de empleo; y la compensación por daños provocados. Pero antes de ello, el derecho de los afectados a establecer sus propias prioridades en materia de desarrollo. De los primeros, confusa y vagamente, algo trata el borrador del Código. De las prioridades indígenas en materia de desarrollo, nada en absoluto. Silencio de grillos. Y es que tanto para el gobierno como para los empresarios, mejor no hablar de ciertas cosas. Puesto así el debate, que a usted le inunden con una represa la tumba de sus padres no sería reprochable. Sí lo sería y materia de escándalo que no le paguen lo justo por ello. O que no lo contraten de obrero en las faenas. O que no le consulten a cuántos metros bajo al agua los prefiere. Caraduras totales.

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