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Humor

31 de Julio de 2009

Enric Duran pidió 492 mil euros en préstamos y se negó a devolverlos: “Nadie te va a llevar a la cárcel por no pagar tus deudas”

Joaquín Riveros
Joaquín Riveros
Por

POR JOAQUÍN RIVEROS

Le dicen el Robin Hood de los bancos. Abultó su sueldo con colillas falsificadas y durante tres años pidió 492 mil euros a 39 bancos. Luego hizo pública su estafa, se autoexilió en Sudamérica por 6 meses y regresó a España para enfrentar a la Justicia.

Si ya no das más con las deudas; si tienes que andar pidiendo plata a los amigos a fin de mes; si el presupuesto siempre te arroja números rojos; si como tres cuartos de Chile, incluido quien escribe, estás en Dicom y no tienes para cuándo salir; si por esa bendita razón no has encontrado pega porque sabes que aunque la ley lo impida, las empresas siempre miran ese catastro de la infamia; si, por último y para no abundar, has notado que tener deudas en Chile es como ser leproso, a ti de seguro te va a interesar Enric Duran, un catalán de 32 años que hizo lo que para cualquier chileno endeudado sería el sueño del pibe.

Durante los últimos 3 años, Duran pidió 68 préstamos a 39 bancos españoles por 492 mil euros (294 millones de pesos chilenos) y no los pagó. Para que los bancos le otorgaran los préstamos, Duran previamente había falsificado sus colillas de sueldo, inventándose un salario mucho más abultado que el que podría ganar un profesor de pinpón, el último oficio formal que había tenido.

¿Un estafador? Nada de eso. Cuando llegó el momento de pagar sus deudas, Duran publicó un diario con un tiraje de 300 mil ejemplares llamado “Crisis”, donde explicaba que había tomado esos préstamos y decidido no pagarlos como una acción de protesta por el abuso y la nueva esclavitud que el sistema financiero ejerce sobre las personas. Con la plata, además de la edición del mentado periódico, financió proyectos de movimientos sociales alternativos. Luego se autoexilió en Sudamérica, donde desde la clandestinidad mantuvo un sitio web que es un verdadero consultorio para morosos.
Conocido como el Robin Bank, porque le vio las bolas a los que siempre nos las han visto, regresó a España y se entregó a la Justicia. Estuvo preso 65 días, pero sus amigos juntaron plata para la fianza y hoy encabeza el debate en España sobre la usura que ejercen los bancos, en lo que él denomina “un movimiento postcapitalista”.

¿Por qué decidiste hacer esta acción de protesta?
-Yo llevaba un tiempo como activista social, tratando de mejorar la viabilidad económica de los proyectos en los que estaba implicado. Una acción como la que me planteé podía ser útil a nivel de financiación de proyectos, pero también como denuncia y debate público.

Duran habla del enorme ruido que en toda España suscitó su estafa-protesta. “Un antisistema logra 492 mil euros en créditos y dice cómo hacerlo antes de huir del país”, decía a la sazón el diario el Mundo. “He robado a los que nos roban”, agregaba en el mismo diario. A eso se agregó la TV que no tenía claro cómo abordar un acto que no sabía si colocar en la sección policial o en la política.

¿En qué momento te surgió la idea?
-Esto se me ocurrió en el verano de 2005. Conocí a un empresario que me había contado lo de las nóminas (colillas de sueldo, liquidaciones) que no se podían comprobar. También tuve en mente algún precedente histórico a nivel de acción directa con operaciones financieras.

Duran habla de Lucio Urtubia, un albañil anarquista español de los 60 y 70 especializado en la falsificación de billetes y documentos con los que financiaba a movimientos anarquistas de todo el mundo. Su gran golpe fue una falsificación a gran escala de documentos del City Bank que estuvo a punto de quebrar al banco.

¿Ese empresario del que hablas te enseñó los trucos para engañar a los bancos?
-No, él sólo me dijo que cuando tenía problemas de liquidez con su empresa se hacía pasar por uno de sus empleados y se inventaba una nómina para conseguir préstamos que invertía en su empresa. Luego los devolvía cuando las cosas le iban mejor. Yo he pensado que esto podía ser útil para la lucha de los movimientos sociales en un momento dado.

La primera versión de la estafa protesta de Duran iba a ser filmada en una película, la que finalmente no cuajó. En ese proyecto Duran se topó con el empresario que inspiraría su acción contra los bancos.

¿Y cómo aprendiste los trucos para engañar a los bancos, entonces?
-Pues investigando en la práctica. Al principio, cuando me otorgaron los primeros préstamos, pues andaba un poco perdido. Pero con ensayo y error aprendí de lo que me iba resultando.

Es curioso que te hayan dado tanta plata. ¿Tienes bienes?
-No, no tengo, simplemente me inventaba una nómina alta. De hecho cuando me pedían algún aval descartaba el préstamo.

¿Pero cómo conseguías las nóminas (liquidaciones)?
-En la cooperativa donde realmente trabajaba. Simplemente las presentaba por un sueldo más alto de lo que realmente cobraba.

¿Eso lo arreglabas con fotocopias o algo así?
-Tenía acceso a los originales. Tenía todos los materiales para hacerlo, el sello de la empresa, todo.

¿Nos darías alguna recetilla a los chilenos para engañar a los bancos?
-Bueno, lo primero es no necesitarlos. Es algo que cualquier persona puede hacer: no pedir préstamos, no utilizar tarjetas de crédito, llevar un sistema de vida que no requiera endeudarse. Va más allá del activismo, es una actitud personal. Luego, si alguien quiere hacer una acción reivindicativa, eso ya es otro plan.

A eso me refiero, uno nunca sabe…
-Pues habría que ver las condiciones de acceso a la información, cómo funciona la banca de Chile y armarse de valor y paciencia.

La paciencia Duran se la ha gastado con los 6 meses que estuvo clandestino en Sudamérica, en Brasil y Venezuela principalmente, y los 65 días que se tuvo que mamar en la cárcel cuando regresó a España, donde actualmente enfrenta un juicio por estafa mayor, insolvencia punible, entre otros supuestos delitos.

¿Por qué huiste de España, no le das la razón al sistema con eso?
-No, yo hice pública mi acción el 17 de septiembre y no quería que me detuvieran inmediatamente, porque tenía que hacer debate social, trabajo a nivel de movimiento. Desaparecer significaba controlar yo cuando quería que me detuvieran.

¿Qué hiciste en esos 6 meses clandestino?
-Básicamente estar pendiente del ordenador, me entrevistaba gente como tú, tenía que actualizar mi web, etc.

¿A qué te refieres cuando dices que se requiere un debate social sobre la forma en que actúan los bancos?
-Los bancos tienen demasiado poder en la sociedad actual. De hecho los bancos prestan dinero a los partidos políticos y cogen el control de ellos a través del endeudamiento. Lo mismo ocurre con los medios de comunicación. Por esa vía se controla a muchos actores sociales y políticos. Eso debe debatirse. Por otro lado, la banca hace que las personas se endeuden y por ese endeudamiento la gente trabaja demasiadas horas para responder a ello, lo que constituye una nueva forma de esclavitud, ya no sólo de la gente con los bancos, sino entre países, como los países del sur con su deuda externa. La gente morosa teme lo que puedan pensar los demás si dejan de pagar sus deudas. Pero nadie te va a llevar a la cárcel por no pagar tus deudas, eso no es verdad.

¿Por qué dices eso?
-Porque dejar de pagar las deudas no es un delito, es un incumplimiento de un contrato civil.

Eso en España…
-No, imagino que en Chile también. Dejar de pagar es algo que le ocurre a miles de personas y si fuera un delito no habría cárceles que dieran abasto.

¿No es inmoral no pagar las deudas contraídas?
-Lo que ocurre es que los bancos hacen publicidad engañosa y muy agresiva para que la gente se endeude y por tanto son los primeros responsables del sobre endeudamiento de la gente. No pagar esas deudas que han sido falsamente inducidas y con engaños no tiene por qué ser una inmoralidad. Al contrario, es ilegítimo obligar a que se paguen esas deudas.

Claro, pero la misma gente es la que las asume…
-Bueno, claro, la gente no se tendría que endeudar para consumir. El único sentido que tiene el endeudamiento es cuando una empresa invierte para empezar o para expandirse, pero no para consumir.

¿Por qué dices que el sistema financiero es más débil de lo que parece?
-De entrada es débil en cuanto crea unas burbujas especulativas al excederse en la creación de dinero de la nada, pero el sistema financiero necesita que la gente confíe en él para funcionar. Cuando la gente se da cuenta que eso es un espejismo, deja de creer en el sistema y se ve que es un gigante con pies de barro. Se cree que la gente no puede dejar de pagar, pero eso puede ocurrir perfectamente, como en EE.UU. con tantas hipotecas que no se pudieron pagar. Y entonces se demuestra que esa riqueza es virtual y el sistema puede colapsar, como ha ocurrido en EE.UU.

¿Qué alternativas existen a los bancos, entonces?
-Bueno, primero se deben retomar las relaciones sociales, para que la gente tenga otra gente que la apoye. Se pueden organizar cooperativas para consumir, para producir, para vivir, para prestarse dinero. Hay muchas pero hace falta que creamos en ellas para que puedan ser una realidad.

¿Tienes algún ejemplo concreto de estas alternativas a los bancos?
-En unos cuantos países existen bancas éticas, que son cooperativas. Es una forma de tener ahorros que no se guíen por la especulación y que sustentan proyectos sociales. No sé cuál es la situación en Chile de eso. Bueno, y al largo plazo se trata de necesitar cada vez menos el dinero, cubriendo las necesidades de la gente a través de relaciones de proximidad comunitarias en vivienda, comida, etc.

Tu protesta es un acto simbólico, pero no aparece como una solución estructural. ¿Qué opinas?
-Para mí es parte de un proceso. En Cataluña estamos creando un movimiento social encaminado a transformar la sociedad. No tiene nada de simbólico el dinero que se pueda destinar a crear estos movimientos. Y en su componente simbólico, una acción como ésta sirve para remover conciencias y hacer que mucha gente actúe en lo real, en su vida cotidiana.

¿Cómo demuestras que el dinero lo entregaste a los movimientos sociales? ¿Tienes alguna contabilidad, por ejemplo?
-El problema es que no se pueden mostrar asignaciones concretas a personas jurídicas porque podrían tener problemas legales, ya que el juez que me investiga podría obligarles a devolver ese dinero. Yo no puedo dar esos detalles. Lo que sí se puede ver son las publicaciones que hemos impreso. La primera en Cataluña y la segunda en toda España por un total de 550 mil ejemplares entre el 17 de septiembre y 17 de marzo y luego la puesta en marcha del movimiento, más todas las acciones que hemos hecho.

¿Qué relación tienes con el movimiento Okupa?
-Bueno, de afinidad en cuanto a objetivos y formas de pensar.

¿Cuál fue el costo personal de tu acción?
-He estado 65 días en la cárcel en prisión preventiva, hasta que la audiencia provincial de Barcelona aceptó el recurso de apelación y ahora tengo que presentarme una vez a la semana ante el juez para firmar. Las consecuencias derivarán o no de ese juicio. Esto fue porque yo hice público que había pedido esa plata con intención de no pagarlos. Si simplemente lo hubiera hecho y no lo hubiera dicho sería un deudor civil, no habría ningún juicio penal.

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