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Opinión

1 de Agosto de 2009

Norma Contreras, católica: Mujer “pro vida” acusa a Kast de vivir en un mundo de fantasías

Verónica Torres
Verónica Torres
Por

POR J. R. y V. T.

Norma Contreras dirige, hace 24 años, un centro de acogida “DAVI”, para mujeres embarazadas. Funciona en San Bernardo, comuna que es parte del distrito del diputado José Antonio Kast, el enemigo número uno de la píldora del día después. Norma y las mujeres que trabajan allí son tan católicas y pro vida como Kast pero se diferencian en algo que Norma tiene muy claro: ellas trabajan en la realidad, con niñas violadas hasta por sus padres, o que tienen sexo sin saber nada de la vida. Para ella, la píldora se debe autorizar en caso de violación y piensa que los que se oponen, están en una burbuja: “viven fuera de la realidad”, acusa.

¿Cuándo nace la casa de acogida DAVI?
Después del terremoto de 1985, cuando la ciudad se vino abajo y muchos secretos familiares quedaron al descubierto. Hasta esa época las que habían quedado embarazadas sin estar casadas se escondían en las casas. Pero las paredes se cayeron y ellas empezaron a verse en la calle. En el colegio donde era apoderada organizamos una olla común para ayudar a la gente que se quedó sin casa. Y ahí nos dimos cuenta de la realidad de estas embarazadas. Al principio éramos románticas. Pensábamos “necesitarán un apoyo, un abrazo, palabras cariñosas”. A poco andar nos dimos cuenta que no. Pegábamos carteles que decían “si estás embarazada y estás sola. llámame”. Como no teníamos consulta, las atendíamos en la plaza de San Bernardo. Ahí llegaban las mujeres y decía “¿usted es Davi?” Y ¡PUM! se desmayaban. Las llevábamos al hospital y ahí nos decían, “no, si ella está bien lo que pasa es que hace tres días que no come”.

Ahí se dieron cuenta que necesitaban dar otro tipo de ayuda.
Claro, pero éramos unas viejas dueñas de casa sin connotación política, o financiera… Se nos ocurrió pedirle plata a un amigo para arrendarle una pieza a las chicas. Porque teníamos que ponerlas en algún lugar. Y de a poco otra gente nos empezó a ayudar. Nos regalaban frazadas, lechugas.

¿Por qué las familias no apoyaban a las embarazadas?
Porque en esa época San Bernardo era un pueblo muy pequeño, de gente muy tradicional, muy cerrada. Gente de clase media, de mucha “vitrina”, donde había cosas que no convenía que se supieran, como esto de las niñas embarazadas. Incluso, cuando se daban cuenta que desconocidos las estaban apoyando y la familia no, las venían a buscar porque era mayor escándalo. Decían: “cómo mi hija va a estar ahí”.

“SI NO ME AYUDA, ME MATO”

¿Qué niñas llegan acá?
Nosotros atendemos embarazos no deseados, violaciones, y a veces niñas que les preguntamos por el papá y no saben quién es.

¿Ellas saben algo de educación sexual?
Hemos recibido niñas que ni siquiera saben para qué se usa un tenedor. Muchas son de calle, no han pasado por el colegio, y ésas son las que duran poco porque no aceptan la puerta. Las que tienen enseñanza media, en cambio, saben cuidarse, pero igual se embarazan porque se les olvidó tomar la pastilla o algo les falló, entonces, cuando quedan embarazadas el papá las envía para acá. Porque a mayor educación, mayor es el problema. Las chicas se dan cuenta de lo que les espera. Hay chicas que nos llaman por teléfono y nos dicen “si tú no me ayudas, me hago el aborto”. Pero con las mujeres mayores es peor, ellas te dicen “si no me ayuda, me mato”.

¿Qué es lo terrible para ellas?
¡Estar sola con un niño, sin ninguna esperanza, sin casa, sin apoyo de ningún tipo! Ésa es la cosa más terrible que hay.

¿Las ha visitado el diputado José Antonio Kast?
Ha venido un par de veces para el aniversario y dijo lo correcto: ¡Qué terrible lo que pasa acá!, ¡Qué linda labor la que hacen! Pablo Longueira, en cambio, venía todos los aniversarios. Era como un dueño de casa porque se conseguía de todo y además venía con su señora.

¿La señora de Kast ha venido?
No.

¿Kast no las ha ayudado en nada?
En nada.

¿Son partidarias de la píldora del día después?
Sólo en los casos de niñas violadas, y no para andar por la vida pasándolo bien.

Pero el diputado Kast está en contra de la píldora en todas sus formas.
Ésa es una ilusión romántica. Y Kast es estupendo físicamente, pero todas estas personas que predican este tipo de cosas viven fuera de la realidad y para ellos es muy difícil entender el lado oscuro de la luna. Acá a las chicas que vuelven del colegio las pescan y las violan. Nosotros hemos visto cuál es la reacción de una mujer que ha sido violada cuando nace su hijo. Ellas dicen que es su hijo, que el padre no tiene nada que ver, pero cuando la guagua se ríe, se ríe igual que el desgraciado. No es que ellas no quieran tener a su hijo, es que no pueden. Yo acá he llorado cuatro veces. La última vez fue cuando volvió una de estas niñas a la casa después de haber ido a dejar a su bebe en adopción. Te juro, era la imagen del dolor. No le corría ni una sola lágrima. Por eso, alguien que no ha vivido estas cosas no puede decirle a las mujeres lo que tienen que hacer.

¿Kast vive en una burbuja?
Él está en un ambiente donde estas cosas no suceden, porque la niña que va en auto a la universidad y se vuelve por el mismo medio no la van a cogotear en la esquina. Nosotras en este minuto tenemos el caso de una chica de 14 años que fue violada por el conviviente de su madre y que el tribunal para protegerla ordenó que se fuera a vivir con el padre y el padre embarazó a la niña. Entonces, no me vengan con romanticismos. Acá hay que meter las manos al barro.

¿A qué se refiere?
Ser pro vida no es poner una firma y decir que se está en contra del aborto, cuando después la persona llega a la casa y está todo calentito y no hay problemas. Eso no es defensa de ninguna manera. Hay que estar donde te agarran a garabatos, donde te faltan el respeto, donde efectivamente se hace algo para que el niño nazca.

¿Qué pasa entonces cuando un diputado como Kast que no mete las manos al barro quiere prohibir la píldora del día después?
Soy una defensora de la mujer. Soy feminista y defiendo el derecho a decidir de la mujer y que nadie imponga a otra persona lo que piensa. Lo que no defiendo de ninguna manera es que la mujer por defender sus derechos se convierta en asesina y recurra al aborto. La mujer que aborta lleva una carga para toda la vida.

Las mujeres que abortan se van presas.
Creo que es un error que se vayan presas. Debería existir una condena de tipo social, moral o familiar, pero no la prisión. Incluso hay mujeres casadas que abortan. Entonces, ¿por qué el castigo es para la mujer y no para el hombre? Ahora, todas las mujeres que llegan acá y deciden tener su hijo van hasta el final y si se dan cuenta que no quieren tenerlo lo dan en adopción.

¿Son muchas las mujeres que dan en adopción?
En un año serán dos, pero también hay otras que se quieren quedar con sus hijos pero no tienen redes que puedan ayudarlas. Ahí tenemos que aceptarlas acá. No podemos decirles que se
vayan porque ¿a dónde se van a quedar?

¿Qué debería hacer el diputado Kast?
Por lo general, ellos tienen muchas conexiones con empresarios o agricultores que nos podrían ayudar con una cuota. O que nos ayuden a conseguir personal para que cuiden a las guaguas para que las madres puedan seguir estudiando o trabajando.

¿Cómo evitamos un embarazo no deseado?
Sacándonos las caretas y hablando pan, pan, vino, vino. Que la semillita, la leserita, ¡esas son tonteras! Si las chiquillas hoy día nos pueden dar clases a nosotros.

¿Debe haber mayor educación sexual?
Eso tiene una doble lectura porque provoca chipe libre. Antes de una buena educación sexual franca, abierta y real hay que enseñar moral. Porque muchas niñitas no tienen idea de lo que es la moral, o la dignidad. No saben decir: ‘yo valgo y le doy lo mío a quien corresponde y no al primero que pasa por la calle’. En mi tiempo cuando uno salía a una fiesta los padres nos decían que lleváramos chaleco, pero ahora les preguntan si se tomaron la píldora. Eso está muy mal en las niñas, y lo peor es que eso pasa en la escuela básica, no en el liceo

Acá en San Bernardo está el Hospital Parroquial que es del Opus Dei, y ellos enseñan el método de anticoncepción natural, el Billings. ¿Le sirve eso a las adolescentes?
El método Billings es para gente educada. Imagínate que si el hombre llega borracho a la población, ¿tú crees que va a estar mirando el calendario para saber si puede o no tener relaciones sexuales? Él le saca la remugre a la mujer si no quiere tener relaciones y ahí ella se embaraza de nuevo del sexto o del séptimo hijo y todos después están andando a patas y poto pelado.

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