El Cardenal Errázuriz y la “doble personalidad” de Maciel

Por Eduardo Martínez

Ayer en el reportaje de Informe Especial sobre las actuaciones del fundador de Los Legionarios de Cristo, una de las personas entrevistadas fue el Cardenal Francisco J. Errázuriz quien como interpretación a lo sucedido con las violaciones, abusos y calidad del celibato de Maciel y su obra como fundador del movimiento, afirmó que el sacerdote tenía doble personalidad, actuando por un lado con fuerza para impulsar la orden y por otro con las desviaciones psicológicas que explicaban lo torcido de sus acciones con seminaristas.

No soy un experto teologista pero me induce a una profunda duda la distinción expuesta por el Cardenal. Entendiendo que las personas nos movemos al libre albedrío entre las fuerzas de la bondad que nos enseña Dios y las fuerzas del mal que nos acechan encarnadas en la figura del que tienta, de sus demonios, no entiendo cuál es esta nueva arista que surge donde la explicación al daño causado por Maciel, liberado de la responsabilidad de discriminar entre lo bueno y lo malo, viene de un trastorno de personalidad. Es decir, lo “bueno” de Maciel obviamente que debe venir de Dios, porque igualmente podría afirmarse que viene de una fase eufórica mezclado con megalomanía, y lo “perverso” de su primitivismo afectivo sexual, porque la absolución entregada por el Cardenal, deja fuera al Mal de esto.

Entiendo lo complicado de afirmar que la obra de los Legionarios de Cristo viene de alguien que estaba sometido al demonio, donde el daño y la mentira prolongada convivían con sacramentos religiosos. Pero quisiera alguna explicación, porque para mi no es necesario erigir un nuevo referente teológico que a la luz de lo expuesto debiera estar en la figura de Freud u otro de su estirpe