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Cultura

12 de Septiembre de 2009

Enrique Cerda, el anti nobel que descubrió por qué se arrugan las sábanas: “Los buenos científicos no son fomes”

Usach (2018)

En el 2007, el doctor en Ciencias Físicas de la USACH Enrique Cerda saltó a la fama por su singular estudio científico de por qué se arrugan las sábanas. Con este estudio, ganó un Anti Nobel, premio entregado por la Universidad de Harvard a todos los descubrimientos y estudios más absurdos que hagan reír y luego pensar. Algunos colegas lo criticaron porque pensaban que le restaría credibilidad. No ha sido así, dice. Hoy publica en las revistas científicas más importantes del mundo y su nombre es conocido. Ahora, cuenta, está obsesionado en saber por qué se corta el scotch.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
Por

Por Macarena Gallo – Foto Alejandro Olivares

¿Por qué y a qué edad te interesaste en la física?
-Desde chico soñaba con ser físico. Vivía rodeado de libros de ciencias por todos lados, porque mis papás son profesores de biología de enseñanza media y siempre me estuvieron motivando. Tenía unos 15 años y ya sabía para dónde iba la micro, así que cuando salí del colegio, me metí a la Escuela de Ingeniería de la Chile y al tercer año opté por Física. Me gustó la física por la capacidad para describir las cosas con un lenguaje matemático.

¿Sí?
-Por ejemplo, jugar con una honda y poder describir con qué distancia llega la piedra. Eso era genial. De chico, eso sí, me gustaba más lo teórico, pero eso venía de una formación menos experimental que ahora. Eran clases de tiza y pizarrón que no ayudaban mucho. Menos mal que ahora existen los laboratorios donde se puede experimentar más.

Las clases son más entretenidas, también.
-Claro. Antes eran lateras y cero posibilidad de interacción porque toda la responsabilidad recaía en el profesor. De a poco se ha ido aflojando la cosa y se ha vuelto más experimental el estudiar física.

FÍSICA NIMIA

¿Cómo es esto de una física que se centra en hechos nimios?
-La gente piensa que la buena física es la que no se entiende, como lo del hoyo negro, el universo, lo que no se ve… Pero hay un montón de fenómenos a escala cotidiana en que no se sabe mucho y no se entiende tampoco. La gente piensa que porque las ve, las entiende. Y no es así. Incluso, cuando estaba estudiando física, para algunos profesores eso también era así y rehusaban a enseñarnos sobre física cotidiana.

¿En serio?
-Sí. Nada. Todo esto viene después. Y eso ha servido mucho. Porque, además, es más barata, tú le das una intuición a la gente al enseñarle cosas a escala cotidiana y cómo manejarlas. Te da la opción, también, de relacionarte con profesionales de otras áreas. Yo he trabajado con cirujanos plásticos para ver por qué las cicatrices se forman. Las cicatrices son una secuela del pliegue de las heridas. Tú te cortas, zurces la herida, y eso causa tensión, provocando las orejas de perro. Y esas orejas de perro, cuando se secan, producen estas cosas feas…

¿Los tallarines?
-Jajaja, no es ése el término, pero sí. Pillar el mecanismo de cómo se producen, es lo interesante, a pesar que pueda parecer trivial tiene una importancia increíble.

¿En qué se diferencia la física cotidiana o no lineal de la lineal?
-En la lineal aplicas un estímulo pequeño y la respuesta es pequeña y lo mismo al revés. En la no lineal, puede pasar lo contrario. Está el típico ejemplo de la mariposa que vuela y después de 30 años produce un cambio climático. Es casi impredecible. Eso hace que haya mucho por investigar aún. En cambio, en la otra está casi todo descubierto. La física no lineal ha producido una gran cantidad de físicos en Chile, con una gran masa crítica, pero sigue habiendo una crítica al trabajo.

¿Por qué?
-El trabajo de repente que tú haces no se ve como algo serio. Que tú andes estudiando las arrugas de las sábanas es absurdo para algunos.

¿Lo dices por los físicos más tradicionales?
-Mira, los físicos buenos no tienen problemas, pero los no muy buenos y serios, no entienden que la ciencia es una cosa divertida, donde hay que equivocarse, ser bien abiertos de mente, jugar, para que también salgo algo bueno. Los buenos científicos no son fomes.

Uno tiene la idea que la física es así y para nada cómica.
-Eso está equivocado. La física, con todas sus restricciones, es parecida a cualquier arte. Es similar a ser pintor, músico, tiene mucho de creatividad y de irse en volada también. Lo más divertido de la ciencia es que te permite eso. Por ejemplo, el otro día estaba conversando con un colega y me dice que tenía un problema en su ropa porque se le formaban motas y quería saber por qué se producía segregación de filamentos… Empezamos a discutir como media hora los posibles mecanismos de eso y nos tomamos un café mientras se nos ocurrían miles de cosas. Y así te das cuenta que todo parte de cosas no muy serias y que después se pueden transformar en una investigación más seria hasta hacer una teoría al respecto. Todo funciona así escalando desde la nada.

¿Ves algún simil entre tu trabajo y ciertos textos literarios, como los de Cortázar, tipo “Instrucciones para subir una escalera”?
-Yo creo que sí. Mi trabajo siempre se ha ligado de alguna forma al arte como te decía. Cuando hicimos el estudio de las fracturas del scotch, nos dieron la portada de una revista súper importante, la NatMaterial, ahí le pedimos a un artista francés del collage que nos pasara uno de sus cuadros para la revista, porque su trabajo tenía que ver mucho con el nuestro, con esto de las fracturas…

A propósito de literatura, ¿qué lees y, en general, qué leen tus colegas físicos?
-Yo leo cada vez menos. Y cuando me regalan algo, siempre terminan regalándome algo relacionado con la física. Una amiga hace poco me regalo el “Palimpsesto” de Arquímedes, una edición increíble, pero sé que a muchos no le interesaría leerlos. Pero no puedo negarte que está el cliché que somos cuadrados y por eso leemos cosas serias. Y no es así. También me gusta Vargas Llosa y toda la literatura rusa me encanta. También escucho harta música. Me gusta la sicodelia de los sesenta y para nada escucho reggetón. Soy fan de Depeche Mode, Peter Gabriel.

HELADOS DE CACA DE VACA

¿Qué te motivó a participar en los AntiNobel?
-Me comuniqué con un tipo de Harvard que me llamó para invitarme a participar en el concurso. Lo pensé harto, porque si aceptaba me iban a agarrar para el leseo toda la vida y creía que no lo entenderían mis colegas. Conversé con mi coautor, un hindú que trabaja en Harvard, y le pregunté si iba a aceptar el premio y me dijo que claro, pero que estaba más preocupado por mí, porque no sabía cómo era Chile culturalmente. Yo sé que en la India era mal visto participar en ese tipo de concursos, pero acá ningún problema. Ésa fue la duda.

¿Pensaste que porque podía restarle credibilidad a tu trabajo como físico?
-No. En realidad, me da lo mismo lo que piensen los demás. Si quieren reírse, que lo hagan. Y además, fíjate, que después mucha gente de acá me ha dicho que reafirmó su vocación científica con mi Anti Nobel, a pesar de ser una charada, pero que a lo largo ha tenido un impacto para los estudiantes de física. No perdí credibilidad para nada y todos entendieron que era algo serio y no chacota.

¿Y el mundo académico cómo lo tomó?
-Deberías preguntarle a ellos. Yo pienso que bien. Algunos se acercaron a felicitarme y nos reímos mucho del asunto. Claro que hay colegas más serios que no se prestarían para un premio como éste, porque están más pendientes de su credibilidad que de crear. ¡Una estupidez!

En términos simples, ¿en qué consiste la teoría que te hizo ganar un AntiNobel? ¿Cuál es la idea esencial?
-Es explicar cómo se arrugan las superficies. No es que haya estado como loco estudiando con una sábana. No. O sea, el estudio igual se puede aplicar a las sábanas y a cualquier superficie.

¿Y por qué se arrugan las sábanas?
-Hay varios mecanismos, porque hay diversos tipos de arrugas. Un tipo de arrugas es la de los abuelitos que empiezan a perder musculatura y les empiezan a aparecer arrugas. Su gordura desaparece y todo cae. Por tensión, si yo me río se me estira un músculo. Y eso pasa en todo orden de cosas. Sucede que hay arrugas en células, en nanofilms (capas que tienen sólo de espesor un átomo), pueden haber arrugas en la corteza terrestre… Ahí el campo de estudio se expande infinitamente. Y lo más extraño era que nadie lo había estudiado, porque lo daban por entendido.

Me imagino…
-¡Nadie hasta ese momento había explicado el por qué se formaban los pliegues! Por eso también ese problema nos pareció interesante. Hicimos una investigación teórica y también la comprobación experimental con una banda elástica. Medimos las arrugas y con eso validamos la teoría. Con esos resultados, los aplicamos a superficies nanométricas y muy delgadas, donde también funcionó la teoría. Estos últimos resultados fueron publicados en la revista Science y más tarde en Nature. Incluso, cuando lo mandamos a publicar a esta última, el editor nos dijo que este problema debía haber sido resuelto cien años atrás. Lo que vino después, fue más complicado.

¿Por qué?
-Nos dimos cuenta que había un montón de problemas en biología en que aparecía esto (muestra un pliegue de su blue jeans). Entonces el impacto del estudio era enorme.

Pero, ¿para qué nos sirve saber cómo se arrugan las sábanas?
-Mira, con este estudio, pudimos medir las propiedades mecánicas, espesor por ejemplo, de superficies que no puedes tocar porque si lo haces, las rompes. Y también tienes que ocupar equipos muy, muy caros y con esto de ver las arrugas te ahorras todo eso. Entonces, ¿qué pasa ahora? Tú la pones bajo una cierta condición, aparecen estas arrugas, las mides, y así puedes ver sus propiedades elásticas, todo lo que quieres saber.

¿Qué virtudes tienen las arrugas?
-Tienen virtudes a nivel físico, porque permite saber algo de un material de un sistema, pero a nivel personal nada.

O sea, hay que olvidarse que nos puede servir para eliminar las patas de gallo.
-Sí, po. ¡Olvídense! Este estudio no tiene aplicaciones a la vida cotidiana, podría sí, explicarte con mi teoría por qué el botox funciona y cómo eliminarlas con cirugía plástica pero nada que no sepan los cirujanos plásticos. Sólo nos sirve para saber los mecanismos que hay detrás. Eso que los médicos saben de manera intuitiva, ahora podemos cuantificarlo.

¿Cómo así?
-Puedo decirte por qué las arrugas son más finas cuando la piel es más delgada. Eso no es novedad para los médicos. Pero también te puedo decir que mientras más tensión hay en la piel, las arrugas son más finas. Eso también lo saben los médicos. Nosotros, con el estudio, le entregamos la fórmula que cuantifica el fenómeno en sí.

¿Qué otras teorías ganadoras del Anti Nobel te han llamado la atención y por qué?
-Hay muchas chistosas. Hay investigaciones súper serias, como la de un tipo que descubrió por qué los ratones son capaces de identificar el danés y el japonés cuando se lee al revés. Visto así es divertido. Pero yo fui a buscar el artículo, que fue publicado en Science, y era una investigación muy seria. Demostraba que cuando lo escuchaba al derecho no podían entender nada. Entender eso me parece fantástico, así como también el estudio de un argentino que descubrió que si uno tomaba viagra antes de viajar permitía que no hubiera efectos del cambio de horario. No me acuerdo el químico del viagra que permite eso, pero es interesante saber eso. Había otro estudio donde se producía vainilla de las heces de vaca. Incluso, durante la premiación ¡hicieron helado de vainilla con heces de vaca! Y todos comieron. Yo revisé los currículum de todos ellos y son científicos muy serios y reconocidos, pero con mucho sentido del humor.

SCOTCH

¿Es cierto que también estudiaste por qué se corta el scotch? ¿Y por qué se corta?
-Nosotros explicamos por qué si tú haces una pequeña muesca en el scotch y empiezas a tirar, ¿por qué el scotch tiende a irse por esa mueca y no seguir derecho? Demostramos que, efectivamente, cuando minimizas energía, el sistema busca moverse por la dirección en que tú requieres menos fuerza para tirar y es así como el scotch se fractura mal. Es mucho más conveniente cortar en menos cantidad, más pegada a la región del scotch…, porque así la fuerza es menor. Que se vaya por el lado, quiere decir que el sistema está mal. Bueno, este trabajo sirvió para aplicarlo también a la cáscara de la fruta. Porque con esa idea, puedes evaluar las propiedades mecánicas de las frutas cuando la quieres exportar. Por ejemplo, una manera de poder medir propiedades mecánicas de una fruta, es ver cómo se comporta la fruta cuando se pela y aparece un triángulo siempre.

No me había dado cuenta.
-Bueno, ese triángulo lo puedes medir, saber el espesor, la energía…

¿No estará buscándole la cuadratura al círculo?
-NO. Para nada. En el caso del scotch, saber por qué se corta, sirve para mucho. No es buscarle la quinta pata al gato. Le puede servir a un exportador de frutas, porque ha ocurrido que se quejan porque la fruta se ha roto antes de llegar a destino. Entonces, andan buscando soluciones. Y para eso, hay que estudiar la cáscara de la fruta y el primer paso fue el scotch. Mientras más herramientas hayan disponibles, es mejor.

¿Qué estás investigando ahora?
-En eso estoy. Estudiando el packaging para generar mejores maneras de envolver. Hay una cosa interesante ahí. Porque cuando tú envuelves algo se trata de cubrir el objeto y que la gente pueda abrirlo correctamente. ¿Pero es lo qué pasa? Casi siempre es un desastre. Porque, si tú ves esas líneas rectas punteadas de los envases de leche o mostaza, no sirven de nada. Y no debiera ser así. Físicamente está demostrado que el mejor movimiento para cortar bien eso, es la línea curva. Pero sucede que el material tiene su línea propia y hemos comprobado que en la mayoría de los casos, es curva.

¿Puede depender también del peso?
-Sí, por las tensiones del material que pueden hacer cambiar la línea de fractura. Depende, también, del espesor del material, de que si es frágil o no, como la cajetilla de cigarrillos que tienes ahí.

Tú me dices que cualquier cosa puede ser estudiada por la física no lineal y pillarle una explicación lógica…
-O sea, sí. Ahí está el arte para saber si algo es un buen problema o no. Un problema en física es lo que genera otros problemas.

UNIVERSO INFINITO

¿Te interesa la política?
-Sí. Sobre todo la política científica, jajaja. No, me interesa de verdad lo que pasa en Chile.

¿Por quién votarás?
-Votaré por la Concertación. A lo mejor en segunda vuelta voto por Ominami, tal como dijo Ricardo Lagos, jaja. No voto por Piñera ni cagando. Nunca he votado por la derecha. Soy de ideas de izquierda. Estoy preocupado por la parte científica si es que sale Piñera presidente. Porque en mi entorno, no conozco a ningún científico que vote por Piñera y no sé tampoco qué pueda hacer él en este ámbito. Lo desconozco absolutamente.

¿Qué es, grosso modo, lo mejor y lo peor, para ti, de Chile hoy?
-Lo mejor es vivir en Chile por sus paisajes. Turísticamente es increíble. Lo malo es la división social que hay. Me indigna esta segregación que hay en la educación. Eso de que existan universidades privadas para los cuicos de Vitacura o La Dehesa en la Cota Mil, me parece terrible. Esa segregación que se produce, me molesta. Y que hayan universidades para gente pobre, también. Por ejemplo, acá en la universidad todos los años pregunto de dónde vienen mis alumnos. Nadie me ha dicho que es de Vitacura. Son todos de Maipú y de comunas periféricas.

EL CASO DE JUAN PABLO DÁVILA

Enrique Cerda, no ha sido el único Anti Nobel que nos ha dado Chile. El primero fue para Juan Pablo Dávila. El ex operador de Codelco ganó el premio en Economía en 1994 por el “Davilazo”. Según la página oficial del Anti Nobel, se lo dieron “por instruir a su computadora a ‘comprar’ cuando él entendía ‘vender’, y posteriormente procurar recuperar las pérdidas haciendo transacciones cada vez más improductivas, que en última instancia significaron una perdida del 0,5% del Producto Nacional Bruto de Chile. Luego en la Corte se supo que no había sido un error informático sino que él estaba cometiendo una estafa. Hoy se encuentra en prisión”. Nunca fue a recibir el premio. Enrique Cerda no estaba al tanto del premio a Juan Pablo Dávila. Cree que pudo haber sido hueveo el que se lo dieran. “Yo creo que a él no le preguntaron por el premio. Estoy seguro, porque hay algunos premios que dan que son para reírse y hueviar un poco. Por ejemplo, cuando participé yo, ganó un estudio sobre la “Bomba gay”, pero nadie había hecho el estudio y lo pusieron porque era divertido. Nunca fue verdad ese estudio. Y eso creo que puede haber pasado con Dávila”.

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