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Nacional

15 de Septiembre de 2009

Triquiñuelas en la Polla Gol: En 1986 los árbitros ganaron por goleada

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POR FELIPE AVENDAÑO

En las décadas del 70 y el 80, la Polla Gol hacía furor entre los chilenos, sus pozos siempre rondaban el millón de dólares. Todos querían llevarse un pedazo de la torta. Durante mucho tiempo fue un secreto a voces que había un grupo de árbitros arreglando los partidos para ganarse la Polla Gol, incluso partidos emblemáticos, como el que jugó Colo Colo, en condición de indiscutible favorito, frente a Ñublense, el 10 de septiembre de 1978. Tuvieron que pasar casi diez años, millones de pesos ganados y varios partidos arreglados para que el hecho saliera a la luz. Fue el 12 de agosto de 1986, cuando un reportaje hecho por el periodista Guillermo Muñoz para un insipiente Informe Especial se adentró en el mundo de los árbitros y, sin proponérselo inicialmente, terminó revelando el fraudulento arreglo de partidos.

“Rafael Hormazábal se me acercó para conversar sobre este tema. Habló en el Informe Especial sobre cómo a él y a otros árbitros les habían pedido arreglar algunos partidos. Eso lo fui recabando y contrastando con otras fuentes. Finalmente, aquel programa que pretendía ir a la filosofía y motivación de los árbitros terminó transformándose en un programa enfocado en esta supuesta red de árbitros destinada a manipular partidos claves para luego embolsarse grandes sumas de dinero”, cuenta Muñoz.

El partido de Colo Colo contra Ñublense, arbitrado por Víctor Ojeda, es emblemático. Días después del triunfo de Ñublense se dio con la única cartilla ganadora y la agencia en donde había sido jugada. Nada extraño, hasta que se supo que el dueño de la agencia era nada menos que Víctor Ojeda, el responsable de la victoria del colista Ñublense, quien se defendió diciendo que no había ninguna incompatibilidad en ser arbitro y tener una agencia de la Polla Gol, lo que era cierto.

Pero algo que no se supo en ese entonces es que el seudónimo escrito en la cartilla, OREMA, eran en realidad las sílabas iniciales de los tres apostadores: Ojeda, Reginato y Martínez. El primero era el ya mencionado árbitro, el segundo apellido correspondía al Presidente del Comité de Árbitros, el señor Adolfo Reginato, y el último era Alberto Martínez, otro arbitro involucrado, como se narra en el libro “Historias secretas del fútbol chileno”, de los periodistas Juan Cristóbal Guarello y Luis Urrutia O`Neil.

“De acuerdo a lo que planteaban muchos árbitros, si ellos lograban manejar tres partidos claves, haciendo caer a los grandes favoritos, se iban al agua millones de cartillas”. Al parecer, la presión de los árbitros coludidos sobre sus colegas era demasiado fuerte: “Obviamente ellos se sentían en la obligación de hacerlo. Eso quedó claro en la entrevista que le hice a Rafael Hormazábal, quien dice que le pidieron manejar partidos”, dice Guillermo Muñoz.

Al día siguiente de ser transmitido Informe Especial, se produjo un remezón en el ambiente del fútbol. Pero de pasar no pasó nada. Hoy Víctor Ojeda y Rafael Hormazábal están alejados del fútbol, mientras que Adolfo Reginato falleció hace unos años. Nunca se llegó a condenara nadie por este fraude y la torta se la comieron los coludidos réferis.

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