Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

1 de Octubre de 2009

Reflexiones de un Moya

The Clinic
The Clinic
Por

Estimado sr.

El motivo por el que me he tomado la libertad de apoderarme de parte de su valioso tiempo, es compartir con Ud. algunas reflexiones sobre este mundillo que nos rodea. Reflexiones de un “ Moya “ como alguien bautizó, por allá por los tiempos del Topaze, a esta enorme masa de ciudadanos, de moda absoluta en estos días, que transpira treinta días al mes para “parar la olla”. Otros le llaman “la mortadela del sándwich”. Antiguamente se llamaba Clase Media. Después del 73, algunos próceres de la época la bautizaron siúticamente como “ clase media baja”. En fin, nombres más o menos, los Moya somos una realidad en este país, y nos distinguen algunas particularidades.
Por ejemplo:

-Es la masa que, históricamente, ha soportado y sustentado el desarrollo del país. En Moya se afirman todos: el Estado, los de arriba y los de abajo.

-Es la caja pagadora de cuanto hoyo se genera en las finanzas del pais, cualquiera sea el orígen de éstos: Estado, privados o causas externas. El resultado, invariablemente, ha sido, es, y parece que por los siglos de los siglos seguirá siendo el mismo: Moya paga.

-Son los que hacen el mayor aporte a la Patria y los que menos reciben a cambio, como no sean puras explicaciones de porqué no recibe nada.

-De sus necesidades y requerimientos está consciente todo el mundo, pero a nadie le importan un bledo.

-Por largos períodos de tiempo pasa absolutamente inadvertido. Es como si no existiera. Pero cuando se aproxima período de elecciones, se transforma en una estrella así de grande, que pasa a ocupar el primer lugar en las banderas de lucha de los privilegiados del sistema. O sea, de los políticos.

En esta instancia, Moya cambia abrupta, radical y violentamente de escenario, y de pronto es el centro mismo de la atención, preocupaciones y desvelos. de estos caballeros que, cual iluminados por una extraña energía proveniente quizás de qué recóndito rincón del cosmos, se dan cuenta de la existencia de Moya, de sus problemas, de sus necesidades, de sus anhelos. De que está sin pega, que tiene hogar pero no tiene casa. Que tiene mujer, cabros que criar, alimentar, vestir y educar. Que si tiene la suerte de tener pega, espera algún día jubilar con 45 o 50 años de trabajo, para disfrutar de “digna y tranquilizadora” pensión que le otorga el sistema, si es que la voracidad insaciable de éste no determina que debe morir trabajando hasta los 70 años.
Y de un día para otro, Moya es la vedette. Otro mundo, otra vida. Nunca te imaginaste que te merecías tanto y que era taaan fácil. Y si te lo imaginaste, ahora te pintan que todo ello es posible. Sólo tienes que votar por EL. O ELLA. y tendrás a tu disposición a un “sservidor público”, rebosante y pletórico de ideas, de ganas de trabajar y de “vocación de servicio” dispuesto a desangrarse por tu causa.

Bueno estimado, sólo menciono las características más relevantes de Moya y de algunos fenómenos que experimenta y le acechan en el transcurso de su azarosa existencia.
El fenómeno descrito, asocia a muchos Moyas otra de sus características: su inveterada e insuperable ingenuidad. Cree cuanto cuento le endilgan, y aunque Ud. no lo crea, hay muchos que están convencidos de la existencia del Viejito Pascuero.
Claro. Hace unos días escuchaba a un colega que juraba “de guata” ( disculpe Ud. la terminología chilensis ) que un connotado representante del otro bando arreglaba todo el enorme cúmulo de errores que se ha mandado la Concertación.
Bueno. Comprensible. Es tanto el anhelo de Moya de ver que las cosas se arreglen algo en Chile, que es muy legítimo que algunas personas crean que los políticos puedan arreglar algo. Como vé Ud. Moya dá para todo. Tiene grandes virtudes, pero también tiene grandes defectos.
Como un fiel reflejo de lo que sucede a nivel país, Moya sufre de una carencia absoluta de líderes. Es más. Su concepto del líder está mas asociado al concepto de “jefe”.
Le tiene verdadero pavor al compromiso. Le gusta apoyar “desde atrás nomás”. Pero si el que lidera se manda un condono, lo crucifica. Generalmente su participación en las organizaciones ( del tipo que sean ) se limita a cuestionar y criticar. No tiene propuestas y si las tiene, la mayoría de las veces son irrealizables. Cuando llega a armarse de una cuota de poder, no sabe cómo manejarlo y en dos tiempos hace uso y abuso de este.
Hay que reconocer sí, que estas trancas son herencia cultural de la raza. No son privativas de Moya sino más bien un sello formal del chileno. Absolutamente de acuerdo con lo sostenido por el destacado columnista Sr, Carlos Peña. ¡ Cómo nos pesan 500 años de historia !
En esta heterogénea selva de herencias, los encontramos chaqueteros, mal intencionados. Si su compañero vá para arriba, no es por sus méritos sino porque es ladrón, chupamedias, oportunista, etc etc. Y como no tiene las agallas para subir a su nivel, entonces trata de bajarlo consigo a su propio nivel.
Los chilenos no concebimos el desarrollo y el progreso sobre la base del esfuerzo sostenido y el trabajo honrado. Queremos hacer el negocio del siglo en dos minutos y enriquecernos de la noche a la mañana. No importa si para ello hay que pasar por sobre cuanta norma exista, por encima de cuanto cristiano se nos ponga por delante o comprar cuanta influencia se necesite.
La escandalosa corrupción que hoy día sacude hasta los cimientos a la sociedad chilena, dá cuenta de ello en forma dramática.
Curiosamente, ( otra “bondad” de los chilenos ), todo el mundo hace lo del avestruz o infantilmente, intenta tapar el sol con un dedo y casi en forma rayana en la estupidez, se pretende desconocer o bajarle el perfil a la corrupción que desde hace ya tiempo azota, inmisericorde, las bases que debieran sustentar una sociedad sana, honesta y transparente, fenómeno que finalmente termina por corroerla, derrumbándola estrepitosamente.
No se necesita ser un eximio analista o sociólogo para apreciar en nuestra sociedad chilena para dónde vamos cuando no hay ni un solo organismo, partiendo por el propio Estado, que ya no haya dado pruebas más que claras de los escandalosos niveles de corrupción que nos afectan.
Uno de los argumentos más majaderamente manoseados es aquél, tan infantil que llega a ser tierno, de que las estadísticas internacionales nos ubican como uno de los países menos corruptos….¡¡¿…?!!. Como diría Condorito, “ exijo una explicación ”.
Y también, en forma majadera, nos comparan con otros países donde según los relatos, los policías reciben en sus manos y en la calle, dinero de los infractores.
Estimado, eso es efectivo, y todos sabemos que es así. Pero esa corrupción callejera y abierta no es la que se practica aquí en Chile. Acá sólo a un estúpido se le ocurriría tratar de sobornar a un policía en la calle.
Nuestra corrupción es de más alto vuelo que aquella. La nuestra es una corrupción gazmoña, mojigata e hipócrita. Es la corrupción de oficina, de cuello y corbata, que se disfraza de atenciones, consideración, deferencia y buenos modales, pretendiendo asignarle categoría de “ niveles de gestión ” que le permite al beneficiado comprar influencias, y conciencias, favores y privilegios, tocar y abrir puertas que para cualquier hijo de vecino ( léase Moya ) están cerradas y para quién jamás se abrirán, coartandole muchas veces hasta sus derechos constitucionales como el derecho a trabajar y ganarse la vida, por mencionar sólo uno.
Todos estos aliños, estimado amigo, son inherentes a la existencia de Moya, al que todavía le queda algo de optimismo y fé en que algún día las cosas cambiarán. Yo soy uno de ellos, aunque consciente de los requisitos, exigencias y condiciones que esos cambios nos plantean.
Grandes cambios, fundamentales, radicales. Virajes en 180 grados. Ir incluso en contra de nuestra propia historia, de raza de génesis chata, apocada, achicada, mediocre y vulgar. O sea, “ es problema de cuna ”. Cambiar tan increíble mochila de trancas no se hace de la noche a la mañana ni en 10 o 30 años. Es una tarea titánica que la mayoría de las veces las naciones lo han logrado después de sufrir terribles y traumáticas experiencias.
De qué magnitud será nuestro achatamiento, estimadoo, que aquí ya vivimos una experiencia traumática y……aquí estamos los chilenos, apoyando a una clase política que lleva a cuetas el mismo saco de vicios del pasado, muy a gusto en su zona de comodidad, muy satisfechos, creyéndose el cuento de que “ no estamos tan mal,. Total, hay otros que están peores ” . Mal de muchos……
Mientras tanto, ni siquiera hacemos intento por cambiar las cosas. El Estado y el poder económico hacen lo que se les dá la gana. En el parlamento los políticos viven en el mundo de Bilz y Pap y en las sesiones, cuando llegan a asistir, practican sus aficiones preferidas, como dormir siesta, ver minas piluchas en los notebook o la más preferida de todas y la que les ocupa más tiempo: tirarse barro unos a otros. Y como las sesiones del Parlamento se les hacen cortas para esto, después continúan luciéndose en las pantallas de TV, en foros faranduleros donde los chilenos lo único que vemos es un majadero y vergonzoso show de descalificaciones, culparse unos a otros y… ninguna propuesta.
Y mientras tanto, ahí están los grandes problemas del país, como siempre…..esperando. ¡ qué vergüenza ¡…Y hablando de vergüenza, para qué hablamos de los suculentos sueldos que ganan, los que guardan proporcionalidad con lo que gastan pero jamás con lo que producen…Pensar que en Chile hay millones de trabajadores que aportan a la Patria 50 veces más, y sin embargo ganan 50 veces menos.…¿ de qué país en vías de desarrollo nos hablan ?. Lo único que se desarrolla con estos escándalos es la injusticia y la indecencia.
Para muestra, un botón. Como síntoma de nuestra decadencisa, ( social, ética, moral y de todo tipo ), la TV entrevista a una autoridad y le hace una pregunta casi infantil:
¿ Qué debemos hacer los chilenos para enfrentar el difícil momento económico que nos plantea la crisis.. ?
La respuesta fue BRILLANTE. Saca aplausos…de pena “ Apretar los dientes y seguir adelante “.
Qué quiere que le diga, estimado amigo. Para el bronce.. Una respuesta digna de toda una autoridad. Con un contenido que no puede ser más profundo ni encerrar más sabiduría. Sinceramente, dá vergüenza ajena.
Si yo le diera una respuesta así a mi jefe, me habría puesto cien veces merecidamente de patas en la calle. ¿ Qué le parece ? ¡ Los lujitos que se pueden dar algunas personas en Chile !
Y ahora la guinda del pastel: sería todo. Nadie dijo nada. A todos los entrevistadores les pareció lo más normal del mundo, como si les hubiesen dado la más técnica de las respuestas.
¿ De qué país en vías de dasrrollo estamos hablando, con autoridades que se lucen así?
Y como para ratificar y abrochar la horrorosa decadencia de clase que corroe y ahoga a la sociedad chilena, a pocos días de aquello, una estudiante le pregunta algo a otra autoridad. Por respuesta recibe una vista de la espalda de ésta. Reacción visceral, jarro de agua y escándalo. Todo uno.
Tema central de la farándula: el jarro de agua y las sanciones para la chica
Una vez más, reaccoón copiada la de los medios El tema de fondo, quedó otra vez, allí, en el hoyo,junto a la cabeza. del avestruz.
Nadie. Absolutamente nadie preguntó…¿ qué está pasando en nuestra sociedad ?
¿ Qué clase de autoridades tenemos, incapaces de dar una respuesta educada, como corresponde a su nivel ?. ¿ O es que no están al nivel que les corresponde ?
Todo el mundo guardó cómplice y cómodo silencio respecto del problema real. Así estamos de chabacanos y cobardes para reconocer nuestras cochinadas.
Nadie dijo que en Chile ya desde hace años es la cultura de lo inútil pedir lo que te corresponde con buenas palabras. En Chile los buenos modales y la cortesía no sirven para nada si quieres ser escuchado.
Si alguno de los dioses del Olimpo se digna recibirte, hablarás, pedirás, presentarás tus razones y argumentos. Tiempo perdido. Cien veces repetirás el proceso. Mismo resultado: nadie te escucha. No se oye, Padre. Seras un afortunado si te mandan a decir ” no tenemos tiempo para recibirle ”.
No te queda más remedio que seguir la cultura: marchas , barricadas, pancartas, gritos, protestas, neumáticos quemados, guanacazos, palos, bomas lacrimógenas y hasta balas. Agreguemos otro lado oscuro de Chile con la destrucción indiscriminada, estúpida e insensata de los bienes comunes y privados por parte de los que nada tienen que ver en el tema pero que siempre están allí.
Como por arte de magia, aparecen decenas de voces, rasgando vestiduras, criticando, acusando, prejuiciando, enjuiciando y condenando. Ahora, curiosamente, todos ellos sin excepción, tienen tiempo y estabán “ abiertos para formar mesas de diálogo ”.
¿Por qúe no lo habás dicho antes ?…¿ era necesario que llegaras a estos extremos ?
Y no se ponen ni colorados. Y entonces se te vienen encima los del otro bando, ofreciéndo representarte y proporcionarte el apoyo que te falta, absolutamente imbuídos de tu ahora justa causa y dispuestos a salir en tu defensa.
Y pensar, estimado amigo, que si Ud. lee 2 líneas de estas reflexiones de Moya, ( no creo que fuese para Ud. una sorpresa ), el ring de los medios de comunicación se hará chico para contener a todos los que saltarán como picados por una chaqueta amarilla para hacer pebre a Moya con estadísticas, datos, gráficos y apabullante número de razones de todo orden, desde técnicas hasta morales, que demuestran que Moya está absolutamente equivocado y que nada de lo que piensa y opina corresponde a la realidad, la que es sin duda muchísimo mejor que como éste la describe.
Moya no se explica cómo aún hay gente que no cree en los extraterresres. Si sólo basta con ver, escuchar o leer noticias de la farándula política para concluír que estos gallos deben ser necesariamente de otro mundo. Es tan espantosa su desvinculación de los problemas, no sólo de Moya sino de la Patria en general, que uno no puede, por más que lo quiera, llegar a otra conclusión: definitivamente estos silvestres son de otro planeta y vienen aquí a discutir SUS problemas y a buscar SUS soluciones.
Lo más dramático de todo este escenario, es que alguien tiene que gobernar este país, que si no está peor, ello se debe a la patriótica contribución de Moya, que como fuerza de vanguardia del quehacer nacional, las agarra todas. Fuerza opuesta a la de los políticos, que ponen sus mejores esfuerzos y capacidades al servicio del chuchoqueo y la farándula, de los favores a sus compadres, amigos, parientes, familiares y pitutos, y de la defensa de sus mezquinos y oscuros intereses personales, absolutamente contrapuestos a los grandes intereses de la Patria.
Como no faltará quien piense que esto es una exageración, sólo lo invito a que dé una mirada a los Registros Electorales, que expresan con absoluta claridad el desinterés nacional por la política. Claro, con esos ejemplos de “ vocación de servicio público ”…
Si Chile no es lo que puede y debe ser, es exclusiva responsabilidad de los políticos.
Quede claro. Moya sabe y entiende que la Política, como actividad cimiento y base de la administración de un país, no sólo es necesaria. También es una actividad bella, digan y noble. Y si la política chilena NO posee ninguna de estas virtudes es exclusivamente porque quienes la practican NO tienen la capacidad de encontrar su esencia y verdadero fin.
Tampoco comete Moya la injusticia de generalizar y meter a todos en el mismo saco. Moya sabe reconocer a los buenos políticos que hay en este país. Lamentablemente los menos pero los hay: honestos, honrados, transparentes, sinceros, trabajadores, luchadores, verdaderos aportes a la Patria, que han demostrado que su vocación de servicio es auténtica y no un mero slogan. Y lo que es más destacable: tienen CLASE, condición de la que carece la gran mayoría de sus oportunistas colegas. Lástima que este don no se adquiere en el almacén de la esquina ni se consigue prestado. Si no naciste con ella, no hay nada que hacer, y hoy día el gran problema de Chile es que la mayoría de los políticos son gente sin clase. Como decimos los chilenos: “ mala leche ”, que llegaron allí gracias a su gran número de calzado y ayudados por la abismante ignorancia cívica de los chilenos que, aunque parezca increíble, no tienen idea de la poderosa herramienta que es el voto y mucho menos sabe utilizarla.
Basta con que Ud. escuche las razones por las que el chileno vota por tal o cual candidato. Las más recurridas son:

-Bueno, hace años que se está postulando. Por algo será….

-Es tan buenmozo, me sonrió y se vé tan tierno….
-Es el dueño del negocio en el que trabajo.

-Siempre me pregunta por mi señora y los niños.

-Cuando terminó el partido, se rajó con una corrida de cerveza.

-Habla muy bien y por la foto, debe ser todo un caballero.

-No tengo idea quién es, pero mi patrón me ordenó que votara por él.

-Es compadre de mi jefe ( amigo, socio, cuñado, etc,etc. )

-Nos invitó a un asado en su fundo.

-Me prometió que nos iba a ayudar en……

-Es un sinverguenza, pero me hizo una paleteada.

-Etcétera, etcétera, etcétera.

Sin más comentarios. Por eso estamos como estamos. No recuerdo quién dijo una frase, lapidaria para nosotros.: “ los países se merecen los gobernantes que tienen ”.
Exceptuamos del concepto a la distinguida Sra. Presidenta, tal vez la Presidenta con mejores intenciones que haya tenido Chile en su historia, tan víctima del sistema político como lo es Moya. Hasta sus propios afines le aserruchan el piso. ¡ Viva Chile, copia feliz del Edén…!
Los políticos, si se enteran de cualquier forma de esta opinión, nada ganan con adoptar aires de príncipes ofendidos. Lo mejor que pueden hacer es asumir que son los únicos responsables de la decadencia que invade todos los ámbitos de la vida nacional y del desprestigio escandaloso de la administración chilena. Los chilenos jamás tendremos de ellos una opinión distinta, mientras no nos demuestren lo contrario.
Nuestra gran esperanza son los parlamentarios jóvenes. Juventud es la clave. Basta de momias contaminadas y llenas de vicios.
La juventud de Chile debe reclamar sus espacios y luchar por ellos. Deben apoderarse del protagonismo en la gestión de la Patria y no resignarse a ocupar el rincón al cual el sistema los tiene relegados. La consigna es inscribirse en los Registros Electorales, votar por la gente joven, desplazar a esta generación viciada y, desde los sillones hoy embarrados por la ineptitud, inoperancia, irresponsabilidad, flojera y los intereses personales, llevar a cabo una verdadera reingeniería de la política para colocarla ahora al servicio de la Patria, con ideas nuevas, mentalidad y corazón abiertos.
Jóvenes de Chile, basta de criticar al sistema. Ahora, a luchar por él. A construír la Patria que dseamos la gran mayoría de los chilenos y que se la están farreando unos pocos. Como antaño, ellos se lavarán las manos. Chile y los Moya, entre ellos los jóvenes, seguirán pagando la cuenta.
Estimado amigo, le ruego me disculpe haberme extendido tal vez más allá de lo necesario. En mi afán de expresar lo que millones de chilenos sentimos y opinamos sobre esta actividad y sus actores, que tienen tanta gravitación en nuestras vidas, he querido que los conceptos abunden a que falten y que sobren las formas de expresar el enorme descontento y frustración de los Moya ante esta verdadera francachela de despilfarro y cacheteo que se dan quienes ostentan la responsabilidad de administrar nuestra querida Patria.
Ud. sabrá si estas letras le sirven para algo o no. Escritas responsablemente, como debe ser, sólo pretenden ser lo que son: una opinión. Nadie es dueño de la verdad absoluta salvo Nuestro Señor.
Pero si todos opinamos sobre la base de lo que es de todos conocido, categóricamente sfirmo que nadie puede criticarnos por opinar de esta manera. Como ya lo dije anteriormente, hasta que no se nos demuestre lo contrario. De lo que no vemos realmente intención.
Agradezco muy sinceramente su tiempo y su paciencia. Que Dios le bendiga a Ud. Puede Ud. disponer de estas letras como estime conveniente.
Le saluda con afecto,

Fernando Javier Pradenas Mellado.
Rut. 5.968.535-K
Población Jardín Oriente.
Los Angeles.

Temas relevantes

#anónimo#clase media#Moya

Notas relacionadas