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Opinión

30 de Octubre de 2009

Weblo en armas • “¡La Iglesia no posee la verdad, la Verdad posee a la Iglesia!”

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Una defensa de la polémica carta del obispo Opus Dei de San Bernando, Juan Ignacio González Errázuriz, en la que instruye a los católicos sobre cómo votar en las próximas elecciones.
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Por Rodrigo Donoso

Jajajaja ¡Es increíble ver cómo estos “maestros” del liberalismo, el progresismo y todos esos “ismos” tan jactanciosos de pluralidad y bla… son muchísimo más dogmáticos y no-razonables que las mismísimas personas que hemos recibido el don de la fe! (!Don gratuito entregado por Dios a todo aquel que lo pide de corazón! ¿Lo has intentado alguna vez?). Una vez más, los argumentos de la fe, los argumentos de esa iglesia “maligna”, pecadora y “aristocrática”, se presentan años luz mucho más respetuosos del tan famoso “libre albedrío” que algunos pseudo-progresistas “democráticos” y benevolentes dicen defender.

¿Hagamos comprensión de lectura?: ¿En qué parte de este discurso se dice que no se respeta la decisión libre y en conciencia? ¿A caso no queda claro que cada uno de nosotros, los católicos, al momento de votar, “lo debe hacer como un ejercicio de su libertad con plena responsabilidad” (y esto lo dice textual)? ¿A caso alguien piensa razonadamente que la verdadera libertad no debe ser responsable? Pues si es así, entonces, ¡discutámoslo!

Los católicos, en libertad y ¡a la luz del evangelio! (con responsabilidad) debemos emitir nuestro voto. Si confesamos a Cristo como nuestro Señor, ¿tiene votar así algo de raro? Raro sería, creo yo, si nos guiáramos “a la luz” del reality Pelotón, por ejemplo, o no? (Aunque, para ser justos, lamentablemente muchísima gente “católica” efectivamente así lo hace, ¡una pena!… y una tarea por conquistar, ciertamente!)

Seamos sinceros:
¿Cuántos de ustedes realmente ¡toleran! a las personas de fe?
¿Cuántos de ustedes están realmente dispuestos a dialogar con un fundamentalista religioso como lo son algunos de nuestros hermanos evangélicos?
¿Cuántos estarían dispuestos, si fuera posible, a tener ¡incluso! una conversación sensata y respetuosa con genocidas como Hitler, Pinochet o Fidel?
¿Cuántos de ustedes escucharían “desprejuiciadamente” al actual Papa Benedicto?
¿Cuántos, sin negarse a tratar de entender al otro independiente de las “aberraciones” que diga? Atendiendo, claramente, sólo a argumentos, pues al parecer la “razonabilidad” para ustedes es la panacea.

Los dogmas son algo fuerte, sin lugar a dudas, y son verdades de fe para los que profesamos precisamente una ¡fe! (o sea no se adquieren por la razón, por muy razonables que sean algunos), por eso me cuesta entender a aquellos “librepensadores”, como algunos de ustedes, que poseen “dogmas” sin tener, expresamente, una FE (Quizás esto mismo sea un buen argumento de la necesidad antropológica, según algunos, del fideísmo). Para muestra un botón: el tratamiento expresamente dogmático por parte de algunos de ustedes de falacias, enseñadas en la educación media, como lo es la “ad hominem”. Lo más chistoso de todo, es que, algunos, sabiendo expresamente que eso es un razonamiento trunco, edifican sobre ello sus opiniones olvidando diferenciar la ironía, la burla o el ataque circunstancial directo de un argumento sustentable.

Cuántos de ustedes se han tomada “LA LATA” de no quedarse sólo con la fe infantil que se les enseñó a algunos en la básica y los prejuicios asociados, para profundizar los argumentos (muchos de ellos razonables !ad extremum!) que pregona la Iglesia Católica Apostólica Romana para adherir a Dios?, !por último! como manera de entender a ciencia cierta lo que se NIEGA! Creo que esta es una “lata” digna de tomar en aras de cualquier “ismo” saludable, razonable si se quiere, si pensamos que mal que mal en nuestra sociedad, por lo pronto, las personas que se dicen Católicas somos la mayoría.

NADA de lo que dijo aquí este Obispo, es contraproducente con la defensa de la vida, la libertad o la Ética del Amor (perdónenme, ustedes, por las mayúsculas). Mucha gente ataca las verdades de fe, por los horrendos pecados que han (hemos) cometido algunos miembros de mi amada Iglesia… yo les pregunto: A caso, por la debilidad de muchos de nosotros (integrantes de ella) frente a la concupiscencia, eso le quita valor ÉTICO a las enseñanzas de Dios? NO porque yo me equivoque al hacer una suma o una multiplicación, significa eso inmediatamente que mi profesor no conozca la verdad de las operaciones matemáticas básicas, quizás no me las haya enseñado bien, quizás yo no haya aprendido bien, pero eso es ¡otro cuento! Así mismo, las enseñanzas de Dios (Por ejemplo: La ética del Amor) reveladas a los hombres por medio de SU Iglesia, su verdad o falsedad, no son linealmente dependientes de la consecuencia que deberíamos tener los hijos de Dios, los integrantes de su Iglesia. Lamentablemente muchos de esos errores garrafales que se le “achacan” a la Iglesia son ciertos, pero nunca la Iglesia a pretendido que su santidad se deba a los hombres que la componemos, más bien es (somos) concientes de que por ser hombres, pecamos. Gracias a Dios, esto es conocido por Él y nos ofrece su infinita misericordia, junto con revelarnos ¡personalmente! el camino de la santidad, es decir, de la felicidad… les guste o no al mundo anti-católico: ¡La Iglesia no posee la verdad, la Verdad posee a la Iglesia!

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