Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Mundo

5 de Noviembre de 2009

E-rumour: ¿Los daneses matamos delfines por diversión?

Por

Por Rasmus Sonderriis

“¿Cuántos delfines tuviste que masacrar para hacerte hombre?” me preguntó un chileno al saber que yo nací y crecí en Dinamarca, de padres daneses. Él había visto en foto y video – ¡¡¡con sus propios ojos!!! – que los daneses hacemos eso.

No entendí nada. ¿Delfines? No existen en los mares daneses.
“¿Delfines de circo?” pregunté, incrédulo.

“No, no”, él me aseguró. “Delfines salvajes. Aunque no tan salvajes como los daneses…”

Crecí en el campo, y matar a un animal para comerlo no me parece menos civilizado que comprar la carne empaquetada en el súper. Pero nunca había escuchado sobre bife de delfín, por lo que tampoco entendía el por qué.

“No, poh”, insistió la persona. “Los daneses… ustedes… ¡matan a los delfines por deporte!” Entonces me explicó que los daneses jóvenes organizaban anualmente una sangrienta masacre gigantesca de delfines como rito de iniciación masculina y pura diversión. Y no le pareció nada graciosa mi reacción de risa.

Al tipo le cuestioné su lectura correcta de fuera cual fuera su fuente de información:
“Todo pasando en Dinamarca, pero matanzas de delfines al menos es no es una práctica conocida. Es más, ¡no hay delfines!”
Un mes después, recibí esto por email que me dejó “plop”:

Este es un pais desarrollado???!!!!, Que Orgullo seguir siendo Mapuche mierda!!!!!

DINAMARCA UNA VERGÜENZA!!
El mar se tiñe de rojo, pero no se debe a un efecto climático de la naturaleza cheken esto!!!!!

Se debe a la crueldad con la que los seres humanos (ser civilizado) matan centenares de los famosos e inteligentísimos Delfines calderones.

Todo esto sucede año tras año en la isla Feroe en Dinamarca, en esta masacre participan principalmente jóvenes Porque???…
Para demostrar que estos mismos jóvenes ya han llegado a una edad “adulta” madurez.

A esta celebración regularmente nadie falta por no perderse “la diversión”.
Todos participan de una manera u otra, matando o viendo la crueldad “apoyándola como espectador”.

Cabe mencionar que el delfín calderon, como casi todas las otras especies de delfines, se acerca al hombre únicamente para interactuar y jugar con el como gesto de amistad.

Asi jugamos los seres humanos: todo lo terminamos echando a perder ya sea violentamente o destructivamente
Hasta lo mas insano que nos permite la naturaleza.

Ellos no mueren al instante, son penetrados una y otra ves con filosos ganchos,en esos momentos el delfín produce sonidos tan parecidos a los un bebe llorando!!!!!!….

Pero sufre y no hay compasión hasta que este dócil ser se desangra lentamente y sufre por tremendas heridas hasta batirse y morirse en su propia sangre.

Finalmente estos héroes de la isla, ahora ya son adultos razonables hechos y derechos, ya han demostrado su madurez!!!!

Ya basta!!!!!!!…….
Recirculemos este mensaje hasta que llegue a alguna asociación protectora de animales, no lo miremos solamente eso nos convierte en cómplices ESPECTADORES.

AYUDENME A TRANSMITIRLO POR TODO EL MUNDO
PARA QUE ALGUIEN HAGA ALGO AL RESPECTO
PORQUE ESTO ES UNA PENA EN VERDAD!

Si tenees cooraazon.. reenvialo!”

Ahí me di cuenta que la misma información está en centenares de blogs con miles de comentarios en el mismo tono indignado. Un par de ejemplos escogidos al azar:

“…dinamarquinos bastardos me los comeria yo con un cuchillo hasta que me pidan piedad y despues le cortaria pedasos de piel con una gillet o cuchilla.. hijos de la misma bastarda…”

“…porque los delfines tienen el mismo derecho de vivir que ellos incluso los delfines son inocentes se acercan jugando y ellos los matan como tan crueles dinamarca el peor pais del mundo….”

Todos los sentimientos por los animales son nobles, aunque sea rabia visceral con nuestra propia especie. Pero que la emoción sea acompañada de datos exactos: lo que vemos con nuestros propios ojos no es “matanza de delfines en Dinamarca” sino “caza artesanal de ballenas piloto en Islas Feroe”. La práctica es regulada y no se trata de una especie en peligro de extinción.
Sólo 1 de cada 100 blogueros cuestiona que animales tan grandes sean “delfines”. Y sólo uno de cada 1.000 recomienda probar la carne de ballena piloto, también llamado calderón común. Es cierto que pertenece a la familia delphinidae, pero eso no lo hace “delfín”, así como un guanaco no es “camello” por ser de la familia camelidae.
¿Importa eso? No y sí. No es que las ballenas sean menos dignas de compasión que los delfines, aún cuando los activistas son demasiado tontos para distinguir el uno del otro. Pero tanta emotividad revela que no se trata de algo razonado, sino de ternura espontánea con los simpáticos delfines. Porque todos tenemos una visión romántica sobre ellos (no reparamos precisamente en sus prácticas de raptar a hembras de otras manadas). Tampoco provoca lo mismo en la gente si comemos cerdos y vacas que si comemos perros y gatos, aunque en términos de una ética apegada a la lógica, no debería haber diferencia.
La ballena piloto sin duda que es un animal fabuloso. Pero se mata no por deporte, no por rito, no por maldad, sino única y exclusivamente para comer su carne. Pero no sucede en Dinamarca, cuyos mares no tienen profundidad suficiente para las ballenas.

La nación de Islas Faroe

“Las Islas Feroe” son una nación aparte. Está en el tempestuoso y helado Atlántico Norte entre Escocia e Islandia. Los 49.000 habitantes actuales son principalmente descendientes de vikingos emigrados de Noruega hace unos 1000-1200 años.

Tienen su propia lengua, propia bandera, propio gobierno, propio diseño del dinero, propias estampillas, incluso tienen lo que más encarne la independencia en espíritu y alma: ¡una selección propia de fútbol inscrita como tal en la FIFA! Sus jugadores amateurs de ligas muy, muy menores dan el todo por su país. En realidad son pececitos luchando contra tiburones, pero tal vez sí existe un vínculo entre su caza y sus prácticas deportivas, ¿quién sabe? Tal vez influya en su confianza en la cancha de fútbol que con sus propias manos pueden hasta con una ballena. Este año empataron con Austria, y perdieron sólo 1-0 con Francia, razón más que suficiente para llenar de alegría a un país que debe tener uno de los climas más tristes del mundo.

Por cierto que Islas Feroe comparten política monetaria, reina, y lazos históricos con Dinamarca. Pero constantemente los isleños discuten si independizarse totalmente o no, sólo que luego deciden esperar hasta que no necesiten el subsidio que reciben del maldito “poder colonial”. Dinamarca reconoce totalmente la soberanía de Groenlandia e Islas Feroe para cesar su asociación con Dinamarca, si lo quieren. Y Dinamarca no tiene ninguna jurisdicción sobre la caza de ballenas en Islas Feroe.
Muchos comentarios en los blogs destacan que Dinamarca forma parte de la Unión Europea, lo que es cierto, pero de hecho las Islas Feroe están fuera. Al igual que Groenlandia, la nación feroesa ha tomado esa opción principalmente para no compartir sus recursos marítimos.
Conocí a jóvenes feroeses en mis tiempos de estudiante. Lo que más me impresionaba de lo que contaban de su patria era que si en algún mes se atrasaba la transferencia bancaria de la beca del gobierno, uno llamaba directamente para arreglar el asunto con el Señor Ministro de Educación. Eso sí, todos los feroeses que he conocido son fervientes defensores de su derecho como pueblo originario a practicar la caza artesanal de ballenas. Esa costumbre sí es criticada en Dinamarca. Pero los feroeses residentes en Dinamarca se meten en el debate, alegando que su presa cetácea – “grindahvalur” en lengua feroesa – tiene una vida infinitamente más libre y plena que los animales de nuestra agricultura, y que no seamos imperialistas intolerantes e hipócritas.

Caza en comunidad

Cuando se descubre un grupo de ballenas piloto en el mar feroes, los barcos las persiguen, empujándolas a las costas mientras se avisa a toda la comunidad. Entonces todos abandonan sus trabajos para ayudar a cosechar la carne, que luego se seca o se congela. Si ésa no fuera su tradición, jamás habrían sobrevivido los inviernos de tantos siglos en una naturaleza hostil, porque allá casi nada se puede cultivar. Ninguna carne es vendida, sino que se reparte equitativamente entre todos. También se hacen donaciones de carne y otra materia prima animal al hospital y a los ancianos. Cada parte de la anatomía gigantesca cumple alguna función, incluso el esófago se usa para hacer zapatos.

Arponéenme nomás

Es posible que este blog igual se inunde de groserías contra los asesinos de delfines y también contra mí, no sólo por avalar esa sádica práctica, ¡sino también por ser danés! No tengo problemas, arponéenme (verbalmente, quiero decir). Pero sería mucho más interesante si pudiéramos tener una discusión sobre qué es derecho animal y qué es enajenación de la naturaleza por parte de un mundo cada vez más de ciudad.
Y para los lectores que insisten en el derecho a la vida de todos los cetáceos, por favor, que al mismo tiempo argumenten que la humanidad tenemos que cambiarnos al vegetarianismo. Esa visión al menos es consecuente y respetable. Sólo que, antes de llegar a eso, espero que una nueva tecnología produzca carne sin necesidad de criar animales. Entonces hasta se podría probar un bife de delfín, sin lastimar a ninguna de esas maravillosas criaturas.
El mensaje por email arriba reproducido tenía tantas necesidades de aclaración que casi se me olvida comentar la introducción: “Qué orgullo seguir siendo mapuche, mierda!!!”
Bueno, ¿acaso el autor está frío e indiferente al terrible dolor que sufre el huemul cuando el cazador mapuche, creyéndose muy hombre por meterse con un indefenso animal, clava su lanza y se ensaña con este inocente Bambi chileno?

“Qué orgullo seguir siendo ameba, mierda tú también!!!”

Notas relacionadas