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Nacional

11 de Noviembre de 2009

Los Pecados de Basualdo

Norman Varas
Norman Varas
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Por Norman Varas

Este martes 10 de noviembre, a solo 4 meses de asumir como DT, José Basualdo es finiquitado y abandona la banca de la Universidad de Chile luego de un semestre mediocre para un equipo que venía de jugar 1/8 de final de la Copa Libertadores y salir campeón del torneo nacional luego de 5 años. El plantel era casi el mismo que Markarián sacó adelante pero los resultados fueron diferentes, razones hay muchas, pero siempre el culpable es el DT, quien dentro de todas las excusas que se pueden dar para explicar el mal rendimiento del equipo, no supo resolver diversas situaciones que se dieron en estos meses, se vio envuelto en varias polémicas y terminó dejando al desnudo su falta de experiencia en equipos grandes.

Desde el comienzo la llegada de Basualdo levantó polvareda, su estilo directo y sin filtro lo tuvo envuelto en una polémica con Hugo Tocalli por su llegada a Colo Colo, “Tocalli no tiene experiencia” diría Pepe luego de ver con envidia como no fue considerado para el equipo popular. Luego de eso, con la U en el horizonte, tuvo problemas con los dirigentes de Santiago Morning para arreglar su salida del cuadro microbusero, con declaraciones cruzadas incluidas obviamente.

Una vez en la U, las cosas parecían calmarse, el tibio comienzo pareció quedar en el pasado con los triunfos sobre Cobreloa en Calama y la Unión Española. El inicio de la Copa Sudamericana también les dio tranquilidad por los buenos resultados ante el Deportivo Cali y la campaña del semestre seguía bien encaminada en las competencias que se presentaban.

Los problemas comenzaron cuando el cuerpo técnico comenzó a dosificar y a pensar que en el Clausura solo era necesario quedar entre los 8 primeros, algo que se presentaba casi por defecto. Ahí es donde se presentó el primer problema, la U no tiene más de 13 o 14 jugadores de nivel para asumir 3 competencias al mismo tiempo. Cuando los titulares asumían los desafíos, los resultados llegaban (como sea pero llegaban), cuando el equipo B (Muertos FC) salía a la cancha, los azules comenzaban a sufrir.

Fue así como la U quedó fuera de la Copa Chile en un partido que ganaban 2 a 0 faltando unos cuantos minutos para el final, San Luis de Quillota les empató en los descuentos y en penales los eliminó. La lección no fue aprendida y Basualdo continuó con la dosificación en algunos partidos del Clausura, acumulando solo malos resultados.

Las lesiones eran otro tema preocupante y varios jugadores comenzaron a ser reservados para la Copa Sudamericana y los partidos “importantes” en el Clausura, con la merma deportiva que eso significaba en el torneo nacional.

El triunfo sobre Internacional de Porto Alegre por los octavos de final de la copa fue un bálsamo ante los malos resultados que comenzaban a llegar a mediados del torneo de clausura pero la derrota en el Superclásico contra Colo Colo significó un duro golpe del que nunca se pudieron recuperar. En ese momento, Basualdo comenzó a perder el apoyo de los hinchas y dirigentes, que presenciaron como los jugadores también se iban en contra del DT cuando este los criticó luego del partido en el Monumental, “El nerviosismo le pasó la cuenta, muchos jugadores no estuvieron a la altura”. Ahí se comenzó a quebrar el camarín.

Cuando parecía que el impasse con los titulares era cosa del pasado, Basualdo las emprendió con los suplentes, a los cuales criticó por su bajo nivel comparado con los jugadores estelares. Pepe no dijo ninguna mentira pero no tenía para que hablar esos temas con los periodistas. Error de principiante, en Santiago Morning no le pasaba eso, su plantel era escaso y los periodistas no invadían los entrenamientos.

La crisis futbolística se hizo muy evidente en las últimas fechas del Clausura, desde la 9ª fecha la U no ganó más y terminaron perdiendo los clásicos ante Colo Colo y la UC. Más encima, las posibilidades de llegar a Playoff se fueron a la basura tempranamente, quedando solo la Copa Sudamericana como opción para salvar el semestre (y el puesto de Basualdo).

El empate 2 a 2 en la Ida ante Fluminense dejaba a los azules con un pie en las semifinales, pero el rendimiento futbolístico del equipo en la revancha hizo imposible que la U volviera a una semifinal sudamericana luego de 13 años. El equipo estaba muerto, titulares y suplentes, cuerpo técnico incluido.

José Basualdo nunca supo liderar el camarín, se habló por la prensa de jugadores que cometieron actos de indisciplina antes del partido contra Colo Colo y algunos que se fueron de fiesta luego del empate 2 a 2 en Río de Janeiro ante Fluminense. El cuerpo técnico también dio jugo y alertó a los medios sobre un posible complot entre la ANFP, los periodistas, los árbitros y la CNI (?) en contra del equipo azul, intentando justificar en algo los malos resultados que se estaban dando. Todo este show mediático no tuvo ningún resultado, los dirigentes de Azul Azul pusieron fin a las declaraciones con una advertencia rápida y el cuerpo técnico volvió a su trabajo.

La campaña de Basualdo en los números fue bastante mala (En partidos oficiales: 8 victorias, 8 empates y 7 derrotas), llegando a récords que solo Salvador Capitano había logrado (Peor racha de partidos sin ganar). Las excusas de que no tuvo tiempo para imponer sus conceptos, de que el no eligió a sus jugadores y que Markarián le dejó un plantel cansado son argumentos poco validos a la hora de analizar a los culpables, ya que cuando él asumió el desafío de entrenar a la U 3 días antes de comenzar el torneo de clausura, estaba en conocimiento de la situación a la que se enfrentaba.

José Basualdo quería una revancha en la Universidad de Chile, puso su cargo a disposición luego de la eliminación en la Sudamericana con la intención de que los dirigentes le renovaran la confianza para llevar un proceso “a su pinta”, pero los problemas que se presentaron durante estos 4 meses y las pérdidas económicas que el club va a tener en este largo receso hasta enero fueron suficientes para que el directorio en pleno votara unánimemente que el DT argentino abandonara el club.

“Esta vez pagué los platos rotos y me sirve de experiencia” (José Horacio Basualdo)

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