Víspera de la elección: La ciudadanía toma como condenada

THE CLINIC PRESS
Nos acaba de llegar un despacho de una de nuestras unidades móviles, que reporta que por toda la ciudad de Santiago se escuchan risas destempladas y gritos estropajosos. Un ánimo apocalíptico parece haberse apoderado de las calles, luego de que se consumara el sensible cierre de los expendio de bebidas alcohólicas.

Bandas de borrachines las emprenden contra las últimas “palomitas” de propaganda política que se mantienen en pie, haciendo cumplir las leyes electorales por su propia mano. En la esquina de Rodrigo de Araya y Los Presidentes, el peatón Fernando López, al ser consultado mientras rajaba con deleite un cartel de la candidata a diputada Marcela Sabat, justificó su acción aduciendo que era equivalente a un arresto ciudadano. “Esta huea no puede estar aquí. Además, los palos me sirven”, argumentó.

Un botillero, que prefirió mantener su nombre en reserva, confirmó que esta noche había vendido una cantidad record de copete. “Mañana los que votan lo van a lamentar, cuando estén haciendo la fila debajo del terrible care’gallo. Por suerte yo no estoy inscrito”, comentó, mientras cerraba la cortina de su local y amablemente accedía a realizar una última venta para los corresponsales de este pasquín.