Terremotos del alma y del cuerpo

Por Juan Carlos Edwards Vergara

Cuando empieza a moverse violentamente la tierra y todas las cosas que están sobre su corteza se inclinan o caen impotentes ante un poder superior a ellas, nuestra pobre alma, transportada por el cuerpo que la aprisiona, tiembla de terror y de esperanza. Terror por lo desconocido y esperanza en recuperar la libertad y poder viajar por el infinito de estrellas, junto a los seres amados que antes partieron.
Una fuerza superior se hace presente, fuerza que es capaz de cambiar en segundos el destino y los planes de aquellos que construyen su vida en el hormiguero humano que vive en la cáscara de nuestra nave espacial, que es la corteza terrestre. La Tierra, millones de veces milenaria viajera por el espacio, una más de la flota de nuestro sistema solar que se dirige en dirección a la estrella Alfa Centauro de la constelación de Hércules, molesta se sacude de estas marabuntas bípedas que sólo le hacen daño.
Y llegan los geólogos y los expertos en movimientos sísmicos y los arquitectos y los ingenieros y también, los políticos parlanchines. Todos exponen concienzudamente sus teorías al respecto y en exhaustivas reuniones de análisis de las circunstancias que nos llevaron al desastre sísmico, deducen conclusiones que nos entregan en verdaderos mamotretos enciclopédicos. De todo esto el lego deduce que dentro de unos meses tendremos réplicas que puede ser de más o menos intensidad y que en algunos años vendrá otro terremoto, tal vez en el Norte o en el Sur o en el Centro. Terminan entregando recetas difíciles de aplicar y más difíciles de entender.
Como estoy ajeno a cualquier interés creado y mi experiencia en terremotos es práctica, a mis queridos y sufridos conciudadanos les receto lo siguiente, dejando en claro que estamos en el país más sísmico del planeta:

-Que exijan del Gobierno que la norma de construcción de edificios de altura, debe ser de 10 pisos como máximo y bien construidos. Debiendo los Directores de Obra fiscalizar, como era antes y responsabilizarse por sus permisos. Hoy tienen muy mala imagen en la opinión pública. Hay que impedir que el negocio $ de los m2 cobre vidas.

-Que las viviendas costeras deban estar sobre los 18 metros con relación al nivel del mar. Sistema de guarda en altura de pesqueros.

-Que nuestros niños deben tener acceso a sus escuelas los 12 meses del año y que sean asísmicas. Obligatorios los meses de estudio y optativos el resto. Programar deportes, biblioteca, laboratorios, literatura y arte, incluso pololear sanamente, sin drogas de ningún tipo (He escuchado a algunos sabios decir que hay que dejarlos fumar marihuana. Estos expertos van a ir a parar al Infierno del Dante, ya que su consumo, al menos, les disminuye la memoria y los deja proclives a la cocaína y otras).

-Revisión periódica de los diques de las represas y exigir su reparación o sustitución a las empresas respectivas, ya que su destrucción puede ocasionar mayores daños que un terremoto. Tsunami terrestre.

-Que los puentes se construyan como los antiguos, que esto de que deben duran pocos años me parece al menos, un negociado impresentable.

-Que no destruyan los aeropuertos, como el de Los Cerrillos, ya que son imprescindibles para un país moderno y para emergencias como esta.

-Que protejan nuestras fuentes de agua potable y de riego, que son nuestra mayor riqueza y propiedad de todos los chilenos, igual que nuestros minerales.

Bueno, ustedes son gente inteligente y podrán fácilmente completar esta lista con su ingenio y capacidades.
Porque las cosas evidentes se dan por sabidas y pueden obviar a sesudos analistas que después de muchos recovecos llegan igual a nuestra simple pero lógica y práctica conclusión. Además les regalamos el know how.

San José de Maipo, 23 de Marzo de 2010.