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Mundo

27 de Abril de 2010

¡Tomen nota, blasfemos! Chinos canutos encontraron el Arca de Noé en un cerro

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    El Arca de Noé está lista para volver a ser usada. Incluso queda forraje en los corrales.

THE CLINIC PRESS
¡Qué tiemblen todos los que han dudado de la sagrada verdad en los últimos días! ¡Boten a la basura cualquier libro basado en la Teoría de la Evolución! ¡Vayan de inmediato a los actos de desagravio del padre Karadima! Y a confesarse… a confesarse todo lo que puedan. Porque una expedición chino-turca, comandada por el documentalista evangélico Yeung Wing-Cheung, acaba de anunciar que encontró una estructura de madera, aparentemente un barco, cerca de la cima del monte Ararat, en la frontera de Turquía y Armenia.

El grupo, dependiente de un tal Ministerio Internacional del Arca de Noé, dice ser una expedición arquelógica, y afirma estar “99.9% seguro” de que se trata de la famosa arca del relato bíblico. Acompañan el anuncio con algunas fotos, en las que se ve el interior de un recinto de madera trabajada rústicamente. En él se perciben estructuras parecidas a pesebreras e, incluso, restos de paja.

El grupo afirma haber realizado pruebas de carbono 14, que arrojan una antiguedad de 4.800 años. La fecha coincide con los cálculos basados literalmente en la Biblia, resultado de los estudios de unos teólogos del siglo XVII, que establecieron la fecha del Diluvio sumando las edades de los diversos patriarcas nombrados en el texto.

Pero (como siempre, los científicos aguando la fiesta), existen cronologías históricas bastante completas, que no incluyen ningún cataclismo lo suficientemente notorio como para hacer encallar un barco en la cima de una cordillera. Estos recuentos se remontan a tiempos más remotos que la fecha anunciada por el equipo chino-turco.

Para el año 2.800 adC -supuesta data del arca- ya reinaban en Egipto los primeros faraones, en Mesopotamia se desarrollaba la cultura sumeria y en la India prosperaban ciudades. América, completamente poblada, se encontraba en la víspera del surgimiento de su primera civilización conocida, en Caral. Y ninguno de estos procesos históricos parece haberse visto interrumpido traumáticamente, por por algo parecido a una inundación gigante.

    Yeung Wing-Cheung, con la boca abierta tras su descubrimiento.

El monte Ararat, de acuerdo a la tradición, sería el lugar en que desembarcó Noé, antes de dedicarse a producir vino y entregarse, en una que otra oportunidad, al sano vicio de la bebida. Desde inicios del siglo XX, han subido hasta su cima (de más de 5.000 msnm) innumerables expediciones científicas, semi-científicas y místicas. Todas ellas, esperando encontrar el barco en que salvó de morir ahogados a los humanos y al millón y medio de especies animales conocidas.

La búsqueda del arca en Ararat se vio por largos periodos interrumpida, por la situación fronteriza del lugar. La Primera Guerra, la Guerra Fría y luego las tensiones diplomáticas entre Turquía y Armenia, tras la independecia de la ex república soviética, ayudaron a crear un aura de misterio en torno a esta montaña de acceso restringido.

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