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Poder

16 de Mayo de 2010

La nueva forma de gobernar • Hoy: “El Injuv”

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• El Injuv y su nueva política de voluntariado juvenil

POR CLAUDIO PIZARRO • FOTO: ALEJANDRO OLIVARES
Si bien nunca se ha percibido como un servicio muy destacado, hoy por hoy, el Instituto Nacional de la Juventud, Injuv, pasa por días decisivos. Funcionarios cuentan que la nueva administración, encabezada por el abogado Ignacio Naudon, pretende transformar la repartición en una especie de “Un Techo para Chile” y que, después de dos meses, sólo se han designado 5 de los 15 directores regionales. Un despelote que mantiene en ascuas a quienes todavía permanecen adentro y que todavía no entienden hacia dónde se orientará la nueva política pública.

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En vísperas de Semana Santa, justo antes del feriado largo, los funcionarios del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) recibieron un extraño e-mail de parte de las nuevas autoridades de la repartición. El correo electrónico era una suerte de llamado al recogimiento y expresaba un fervoroso deseo de bienaventuranza para todo el personal. La mayoría de los funcionarios, acostumbrados a administraciones de corte laico, encontraron que la misiva era bien intencionada pero algo pechoña.

-Lo más divertido es que ellos ni se cuestionan eso, deben pensar que es lo más natural del mundo- cuenta Fernando Krauss, jefe del departamento de coordinación del Injuv.

Para Krauss, al igual que a muchos de sus compañeros de trabajo, la iniciativa fue una muestra del tipo de autoridades que se tomarían el Instituto. De hecho, de los seis nuevos miembros que llegaron a la institución cinco han pasado por la Pontificia Universidad Católica, entre ellos el abogado Ignacio Naudon, Director de la entidad, y Daniela Peñaloza, subdirectora proveniente de la Fundación Jaime Guzmán.

Ese no es el problema. Lo preocupante, sin embargo, va por el lado de las políticas públicas. Los funcionarios que todavía quedan en el servicio -no se ha echado a nadie hasta la fecha- no ven con buenos ojos que la actual administración haya puesto hincapié en el tema del voluntariado, redestinando un fondo de iniciativas juveniles para la reconstrucción del país.

– Ellos quieren transformar el instituto en una organización como Un Techo para Chile, algo de beneficencia, poniendo el foco de la política pública en el asistencialismo social, como una especie de pastoral grande- cuenta Eduardo Díaz, dirigente del sindicato de funcionarios del Injuv.

Díaz sostiene que la política es totalmente opuesta a lo que se ha realizado durante los gobiernos de la Concertación y que por ello los funcionarios no la ven con buenos ojos.

-Siempre trabajamos con los jóvenes como sujetos de derecho, no de obligaciones, porque los consideramos capaces de tomar sus propias decisiones- insiste Díaz.

Para Fernando Krauss, el enfoque es derechamente patriarcal.

-Es un enfoque de política muy cercano a un discurso totalitario que utiliza a la juventud como un elemento de movilización sin necesariamente considerarlos como actores participantes de su propio desarrollo- detalla.

Krauss cataloga la perspectiva no sólo como patriarcal sino también patriotera.

-El imaginario que prima en Chile avala la pluralidad, enfatiza la autonomía, busca ampliar la diversidad que hay en la juventud chilena. Pero hoy en día el tema no se vislumbra así. El afiche que realizaron para el tema de la reconstrucción tiene una estrella y un escudo metido en el medio. Es súper patriotero- asegura Krauss.

UNIFORMADOS

Otra iniciativa que llevó a cabo la nueva administración fue suprimir el logo institucional y, hasta la fecha, aseguran los funcionarios, no han hecho ningún esfuerzo en reemplazarlo.

-Cada institución tenía un logo propio que ahora se ha uniformado en todas las reparticiones que utilizan la nueva imagen corporativa del Gobierno de Chile con el nombre de cada institución abajo. Hay un sentido de uniformidad y orden que impide generar una identidad propia- agrega Krauss.

A tal punto ha llegado la homogeneidad que hasta diseñaron un nuevo “Wall Paper” o protector de pantalla institucional. En rigor se trata de una imagen de la cordillera de los Andes en fondo azul junto a un Escudo de Chile. Inmediatamente los funcionarios empezaron a enviar correos preguntando si la medida era obligatoria pues la mayoría tenía fotos de sus hijos u otros motivos personales. Medidas que han dejado la sensación de una excesiva intromisión en el clima interno. “Intentaron pautear todo, fijar normas, meter la punta”, insiste Krauss.

Pero no todo se ha reducido a normas. Krauss también ha tenido reuniones con las nuevas autoridades y ha vislumbrado como se viene la mano para los centros de alumnos.

-Nuestra política siempre buscó fortalecer la autonomía de los centros de alumnos a través de programas de educación cívica. Cuando les expliqué el tema ellos escucharon atentamente y después me comentaron que el principal objetivo que había era comunicarles a los estudiantes que tenían que estudiar-cuenta Krauss.

La controversia suma y sigue. Hay muchas materias sobre las que todavía no se resuelve nada. De hecho ni siquiera, alega Krauss, existe un documento orientador que muestre el perfil de la nueva administración. Y eso que hay dos temas particularmente controversiales: el programa Carrete en buena, que promueve el uso del condón, y el programa de prevención de embarazo adolescente. Nadie sabe qué pasará con ellos.

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