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Nacional

22 de Junio de 2010

Cómo llegar a ser espía de Bielsa a los 21 años

Por

THE CLINIC PRESS
Un muchacho de apenas 21 años, casi un mechón o un escolar, cumple una función de inteligencia futbolística clave en la selección nacional de Chile. Es espía de Marcelo Bielsa, ejerciendo esta discreta función desde hace tres años, informa un enviado del portal deportivo del diario argentino Clarín desde Sudáfrica, rompiendo el anonimato que rodea a quién es los ojos y oídos secretos de Bielsa.

Se llama Francisco Meneghini. Le dicen Paqui. En Rosario era simplemente un compañero de último año de escuela de la hija mayor del actual entrenador nacional. Hasta que un buen día, dice la leyenda, la chiquilla le comentó al DT que tenía amigo en su curso que sabía montones de fútbol, que lo admiraba y que le encantaría trabajar con él. “Que venga y hablamos”, habría dicho papá Bielsa, dando inicio a una exitosa carrera en el poco conocido ambiente el espionaje deportivo.

Ningún periodista le ha escuchado nunca la voz, porque sigue a cabalidad la omertá implantada por el rosarino. Pero, pese a este bajo perfil, se sabe que Paqui se toma en muy serio su rol. Incluso, en las clasificatorias fue sorprendido por los periodistas de Ecuador encaramado a un árbol frente a la concentración del seleccionado local, incidente que en su momento fue muy comentado por la prensa quiteña.

Pero no solo ha ejercido labores de infiltración, también ha seguido a los jugadores chilenos y rivales en las más remotas ligas y en campeonatos inverosímiles, proveyendo de información al obsesivo técnico. “Su función es mirar todo lo que los ojos de Bielsa no pueden”, dice la crónica del periodista Adrían Piedrabuena.

Como Eduardo “Toto” Berizzo está suspendido del banco chileno hasta los octavos del final del Mundial, debido a su expulsión en Medellín durante la clasificación, el Paqui ha ocupado un asiento y vestido el buzo del cuerpo técnico en los partidos del grupo H del campeonato. Un premio, sin duda, porque satisfacer los requerimientos de información de un jefe perfeccionista como Bielsa no debe ser nada fácil.

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