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Poder

22 de Julio de 2010

Don Lucho Corvalán

Por

Por Carlos Poblete Avila / Profesor de Estado, ex dirigente nacional-internacional docente

Luis Corvalán, ex Secretario General del Partido Comunista de Chile y ex Senador de la República, recién fallecido a los 94 años, es un ejemplo de longevidad política. Su vida está muy ligada a la historia social del país en los últimos 70 años.
Quienes lo conocimos en el partido fuimos marcados por la conducción política que dio a la organización. Lo mismo sucedió con el estilo,el lenguaje y las actitudes de otros cuadros.
Recabarren, Laferte, Fonseca, Volodia, Marín y Corvalán son dirigentes comunistas que han marcado la vida social y política de Chile por más de un siglo hasta hoy. También otros valiosos militantes en el ámbito artístico, intelectual y cultural han sembrado ubérrimas simientes en la conciencia social del pueblo chileno, entre otros, Pablo Neruda. Este es un dato de la historia.
Particular relevancia tuvo Corvalán en la construcción del movimiento que cristalizó en la Unidad Popular de 1970, que permitió elegir al Presidentre Salvador Allende.
Don Lucho, como también se le llamaba, fue autor de una diversidad de dichos de usanza en el lenguaje popular que él aplicó en la actividad política,y que definen su impronta personal.
Cuando aún la UP no era una realidad por las naturales dificultades del proceso de entendimiento entre concepciones ideológicas y políticas de distinto origen,él decía : “la leche aún no está cocida”. En otro momento de ese mismo proceso, otros dirigentes acuñaron “la problemática”, como expresión de uso común para señalar las características y dificultades de esa necesaria unidad.Corvalán preguntaba entonces : “¿y quién habla de la solucionática?” .
Más de una vez nos dijo a los jóvenes comunistas que “La revolución no es un paseo en coche”, y que había que prepararse.
Cuando alguna circunstancia o situación política parecía no clara o confusa,él decía que eso “no era naranja ni pera china”.
Nos dijo también que “para ser comunistas hay que tener el cuero duro”. En una entrevista señaló que los comunistas chilenos eran “soviethinchas”.
Conocí y compartí con su hijo Alberto,un joven universitario que falleció en el exilio a temprana edad,por causa de las torturas durante la dictadura,hecho que lo golpeó duramente.
Educó en el internacionalismo como principio revolucionario entre los pueblos.
Vivió como viven los comunistas,con la dignidad y sencillez que demanda esa condición ética. Nos quedan su magisterio,sus palabras,sus obras,sus libros,su forma de vivir la política sin grandilocuencia, y sus metáforas tomadas de la vida popular y de su gracejo campesino,como aquélla que una vez dijo “por si las moscas…”.

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