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Opinión

31 de Julio de 2010

El sistema

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Por Patricia Santa Lucía

En los años 60, los que creíamos que podíamos cambiar el mundo y contribuir a la aparición de UN HOMBRE NUEVO culpábamos al SISTEMA de todos los males que afligían a la humanidad. De que hubiese pobres, egoístas, crueles, explotadores y explotados. Que los campos no se cultivaran, que los mineros murieran en el trabajo minero y que muchos fueran humillados y ofendidos.
Por lo tanto, teníamos que luchar contra el SISTEMA, cambiarlo para que la tierra perteneciera al que la trabajara, los medios de producción fueran de todos y el Estado sólo protegiera, especialmente después de haber cumplido su papel, es decir eliminar a la clase opresora. Ello era imprescindible para que reinara la libertad y compartiéramos una sociedad sin clases donde todos aportáramos según nuestra capacidad y recibiéramos según nuestras necesidades. No habría esclavos ni hambrientos y la tierra sería el paraíso de toda la humanidad.
No pensábamos en lo que debía ocurrir para que se produjera el acto mágico en el que surgiría la nueva sociedad. No imaginábamos que los que habían jugado un papel en ese triunfo guardarían las armas y no se conformarían con ser iguales a los más débiles. Jamás nos detuvimos a pensar en las consecuencias de nuestro lenguaje, que ahora suena inverosímil, si no lográbamos el anhelado cambio.
Finalmente dejamos de hablar. Los que tanto hablamos, estamos mudos de asombro, miedo o compromiso. Tampoco tenemos nada nuevo que decir y no tenemos dónde mirar. Sólo contamos con nuestra perplejidad.
El silencio ha hecho que muchas palabras y frases hayan sido erradicadas del lenguaje, cambio de estructuras, lucha de clases, hombre nuevo, hasta medios de producción, pero en toda esta fuga de palabras EL SISTEMA persiste.
Se sigue hablando del SISTEMA. Sin embargo ahora nadie pretende cambiarlo. Ya carecemos de la osadía que nos caracterizó un día.
La primera vez que me di cuenta que este SISTEMA era intocable fue cuando recibí la cuenta de luz con un cobro inexplicado de cien pesos. Pregunté a qué se debía y se me respondió que era un error del SISTEMA, que debía elevar una solicitud a la Gerencia porque había dos millones de usuarios afectados con el mismo cobro. No valía la pena, cien pesos no son nada.
Pedí permiso laboral, con mucha dificultad, para pagar mi dividendo. No me puedo permitir más repactaciones. No pude pagar porque se había caído el SISTEMA. Era mi última fecha, caería inevitablemente en DICOM.
Pero ayer en el Jumbo tuve la certeza de que el SISTEMA era inmanente. Compré una docena de jugos en polvo que valen $120 cada uno y por casualidad se me ocurrió revisar la cuenta. Me habían cobrado $9.280, en ves de $1.440, es decir cada unidad costaba casi $740. Reclamé, la cajera tocó el timbre y con voz exhausta informó a su jefa: tengo el problema de los jugos ¿puede venir a autorizar la rebaja?
Pregunté ¿Uds. ya sabían lo que pasa con este cobro un 600% superior a lo que corresponde? Sí, me dijo, es un error del SISTEMA que no han podido corregir en el centro. La cajera avergonzada reconoció que lo mismo pasaba en todas las sucursales del supermercado a nivel nacional.
Me fui pensando que esta vez ya no trataría de cambiar el SISTEMA. Con éste sí que no se puede.

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#dicom#el sistema#jumbo

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