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Nacional

9 de Agosto de 2010

El negocio político que la derecha hizo con el fútbol profesional

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Ya son dueños de los equipos y ahora quieren ir por la ANFP
Silenciosamente, la derecha ha ido ocupando cada vez con más espacios las distintas cuotas de poder que el fútbol viene otorgando desde la creación de las sociedades anónimas deportivas. A tanto ha llegado la cosa que hoy tenemos a un presidente que no quiere vender sus acciones en Colo Colo, el club más popular de Chile, y a un subsecretario de Deportes que lagrimea porque tiene que hacerlo. Para los antiguos dirigentes el fútbol de hoy es negocio y poder y esto último lo ha sabido ocupar muy bien la alianza.
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A fines de 2001 Sebastián Piñera apareció en el estadio de Playa Ancha vestido de verde. Llevaba puesta la camiseta de Santiago Wanderers, el equipo más popular de Valparaíso. Su visita no tenía otro motivo que el de hacer campaña política. En ese tiempo había sido electo recientemente presidente de Renovación Nacional y a pocos meses de las elecciones parlamentarias estaba buscando apoyo para su candidatura senatorial por la Quinta Costa, donde competía con el almirante Jorge Arancibia. A esa altura, Piñera ya se había hecho un habitué de la cancha porteña. Era socio del club, comentaba los partidos en las radios locales y, como hombre inteligente que es, sabía que al mostrarse partidario del equipo “caturro”, la popularidad aumentaba, pese a que era un hincha confeso de la Universidad Católica.

Pero su oportunismo político no se detuvo allí y ese día en el estadio, junto a Carmen Ibáñez que iba de candidata a diputada, en su afán de figurar y ganarse el apoyo de la hinchada -votantes a los cuales debía convencer-, se puso el traje del “loro”, la mascota del equipo, y saludó a la barra.

-Al Presidente lo conocí en el estadio, cuando iba a ver a Wanderers. Ese día se puso hasta la cabeza del loro y saludó a toda la hinchada de Tribuna Andes. Me dijo que el traje estaba muy viejo y le dije que se comprometiera con todos los hinchas a regalarme un loro nuevo y llegó con él -recuerda el viejo Osvaldo Soudre, el hombre bajo las plumas verdes de la mascota del equipo.

Y agrega: “a Joaquín Lavín también lo conozco hace muchos años. Él es muy buena persona. Tengo fotos con él y con el alcalde de Valparaíso. Como a mí me operaron tres veces y no puedo caminar, el año pasado Joaquín Lavín me regaló la silla de ruedas, cuando era candidato a senador”.

Ya todos sabemos dónde terminaron estas historias. A ambos la aventura caturra les duró poco. Lavín, que en el 2008 había comprado acciones de Wanderers junto al dueño de Lider, Nicolás Ibáñez, dejó el equipo al poco tiempo de haber perdido la elección con el RN Francisco Chahuán y hoy está en el ministerio de Educación. A Piñera, en tanto, las peleas internas de ese 2001 con la UDI y con Pablo Longueira, que hizo de todo para bajarlo, lo hicieron dejar la campaña. El resto es historia. Cinco años después desembarcó en Colo Colo, un equipo a la altura para alcanzar lo que a él verdaderamente le inquietaba: la presidencia de Chile.

LOS DUEÑOS DEL FÚTBOL

La presencia de la derecha en el fútbol es larga. Si bien su máximo exponente es Sebastián Piñera, por los actuales equipos de segunda y primera división pululan políticos y empresarios ligados a la UDI o RN. Quienes conocen de estos temas dicen que ellos están allí para hacer el negocio y, de paso, obtener poder. Algunos -como Piñera- simplemente empiezan al revés.

Pero la historia comienza en la década del 90 y, según los antiguos dirigentes a quienes consultamos para esta nota, fue la Concertación la que le abrió las puertas del fútbol a la Alianza.

-La derecha llegó al fútbol por el proyecto de sociedades anónimas deportivas, cuyo primer borrador me lo mandó Piñera cuando era senador. Nunca me gustó porque ahí se veía la maniobra clara de que los dueños del dinero se iban a quedar con el fútbol. Pero los que realmente nos hicieron la suciedad fueron los de la Concertación. Se sentaban conmigo en el estadio y nunca me dijeron que iban a apoyar el proyecto, ni siquiera el ex presidente Frei fue capaz de decirlo. Al final todos los políticos se empezaron a plegar a la idea. La Concertación hablaba de que éramos ladrones, El Mercurio y La Tercera decían lo mismo y se fue creando una mala imagen para quedarse con los equipos -cuenta el doctor René Orozco, ex presidente de la Universidad de Chile.

Y agrega: “en el 2003, estaba viendo un partido entre Colo Colo y la U. con el ex presidente Ricardo Lagos y Heraldo Muñoz y le dije que la UDI se iba a quedar con la Universidad de Chile y RN con Colo Colo. Pero Heraldo Muñoz le dijo que yo estaba equivocado, porque los actuales socios se iban a quedar con el 51% de las acciones, lo que iba a evitar que los empresarios tomaran el control. Eso nunca fue así”.

Otro ex dirigente de la U, que estaba presente en ese momento, asegura que recién el año pasado Ricardo Lagos reconoció que se habían equivocado.

-El ex Presidente, durante la campaña de Eduardo Frei, le mandó una nota al doctor Orozco diciéndole que tenía toda la razón cuando le advirtió que el fútbol chileno iba a quedar en manos de la derecha. Pese a eso no entiendo cómo gente como Francisco Vidal nunca se dieron cuenta de que la Concertación le estaba entregando el fútbol en bandeja a la derecha. Y eso que hablamos con todos ellos, porque uno veía quiénes eran los que iban a comprar -cuenta.

Según estos dirigentes, en la Alianza los que más entusiasmo le ponían a que los clubes se volvieran sociedades anónimas eran Sebastián Piñera, Carlos Alberto Délano, Pedro Pablo Díaz, Alberto Espina y Juan Antonio Coloma. Los mismos que hoy son -en su gran mayoría- dueños de acciones de los clubes más importantes: Colo Colo, Universidad de Chile, Universidad Católica, O’Higgins, Everton y Santiago Wanderers. Estos cinco equipos -dicen en el fútbol- representan a cerca del 90% de los hinchas del país. En Colo Colo está Sebastián Piñera y acaba de salir Gabriel Ruiz Tagle; en la U de Chile, están Carlos Heller, José Yuraszeck, Carlos Alberto Délano y Federico Valdés; en la Católica, salvo Jaime Estévez, son todos de derecha; en Everton están Antonio Bloise y Antonio Martínez, dueño de Enjoy; en O’Higgins el que la lleva es Ricardo Abumohor; y en Santiago Wanderers, el empresario del retail Nicolás Ibáñez y hace poco se salió Joaquín Lavín.

Y todo por poder, dicen en el fútbol.

-Gabriel Ruiz Tagle no era nadie hasta que se metió a Colo Colo. Si no lo hubiese hecho, no sería ni siquiera subsecretario de Deportes, sino que hubiese tenido sus millones escondidos y estaría solo. El tener que decidir contrataciones, el ir a reuniones con el intendente, el levantar la copa con el equipo campeón, entre otras cosas, da figuración y poder, porque los políticos entran al fútbol por eso, por poder –dice un ex dirigente.

POR LA ANFP

Pero la derecha no sólo se ha conformado con los clubes. Todas las señales indican que tienen un sueño pendiente: quedarse con la ANFP. Así al menos ha quedado reflejado en las reuniones de la asociación, donde Colo Colo y la U. de Chile han librado una fuerte batalla contra Harold Mayne Nicholls, que ha llegado al punto de intentar levantar una candidatura simultánea, la de Antonio Bloise de Everton -pese a que ha dicho que no está disponible-, para competirle en las próximas elecciones.

Pero, al igual que la historia de cómo llegaron a controlar a los clubes deportivos, este cuento es viejo. Al menos desde el 2002 que hay registro de que la derecha ha querido ser parte de la Selección Nacional de Fútbol y de paso tomar cuotas de poder en la ANFP. En ese año, y un mes antes de que empezaran las eliminatorias para el mundial de Alemania 2006, Sebastián Piñera, Carlos Alberto Délano y Pedro Pablo Díaz se juntaron con el ex presidente de la asociación Reinaldo Sánchez, con el gerente Carlos Toro y con Juvenal Olmos, el DT de ese tiempo que en las elecciones parlamentarias pasadas fue candidato a diputado por RN.

-La primera reunión fue en su casa y la segunda en la ANFP. Él siempre sostuvo que quería levantar a la selección chilena, que había que darle un empujón fuerte. Nunca nos habló de otra cosa que no fuera de lo deportivo, porque él quería formar parte del manejo de la selección chilena. Quería formar una comisión y ayudarnos utilizando todos sus contactos, pero nosotros estimamos que no era necesario porque la selección y la ANFP debían manejarse con distancia de la política. Me quiero quedar con que Sebastián Piñera tenía alguna intención de carácter deportivo -cuenta Carlos Toro, ex gerente general de la ANFP.

Un ex alto dirigente de la época refuta los dichos de Carlos Toro.

-Ellos querían ser parte de las luces que da el fútbol. Les interesaba ser populares y sacarse la foto con los cabros chicos. El político no se mete al fútbol porque le guste mucho, sino que lo hace porque quiere ser popular -concluye.

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