Pelotas hinchadas

Por HERNÁN VIDELA GODOY

Me tiene empelotada la pelotudez de los peloteros, me dice una amiga. ¿Por qué tanto alboroto por una elección de los directivos del peloteo? Intento una respuesta sesuda, de analista que sabe desenmascarar conspiraciones. Es que se trata de la administrar de la pasión de las multitudes, le digo. Le encajo a continuación una cita de Antonio Negri, acerca de la multitud como sujeto revolucionario en la era del Imperio. No logro despertar pasión alguna. Es lo que sucede con las neo-féminas tratándose de fútbol: se despachan un discurso acerca del macho básico y otras consideraciones matrísticas.
Todo comenzó con una pelota perdida que llegó a cierto espacio virtual normalmente ajeno a estas pasiones de balompié, como a otras histerias y movimientos varios, sean los de orientación centro-pélvica como el chayanismo u otros más radicalizados como el de los reguetoneros o el de los seguidores de Américo. Se trata del mensaje emitido desde el aipod del diputado Aguiló con destino al aipod de un señor Estévez, directivo de la Cato y de otras yerbas. Indignado, el diputado le reprocha al directivo su complicidad con los poderes futboleros, espetándole lo siguiente:
Creo que has superado todo límite de lo tolerable: ya fue grave haber aceptado un cargo de director de una AFP en medio de la reforma previsional, pero ahora haber participado en la operación contra Mayne-Nicholls y Bielsa fue un acto indigno.
¿Recuerdan a Estévez? Exacto, el que fuera diputado socialista en la primera hora de la época áurea de la Concertación. Ya no es diputado pero sigue siendo un militante destacado del PS. No he seguido acuciosamente su trayectoria luego de que abandonara su cargo en la Cámara, como representante del pueblo trabajador… Qué de eso se trata ser socialista… ¿o no? Supe que luego fue nombrado Presidente del Banco Estado emprendiendo una loable labor modernizadora, es decir comercial, empezando por el nuevo nombre que intenta dejar lo menos claro posible de quién es el Banco.
El mensaje en cuestión nos pone al día sobre otras peripecias de nuestro Estévez, informándonos que actualmente se desempeña en una peguita en una AFP. No de vendedor, ciertamente. Es que después del Parlamento y del Banco Estado de algo hay que vivir, que todos tenemos derecho a ganarnos el pan. Así que, después de enviar varios currícula, pasar por entrevistas, decir lo correcto frente a cada mancha de Rorschach (nada de úteros ni muchedumbres de falos), preferir los colores correctos (nada de rojos o negros), presentar certificados de antecedentes, probar su competencia en lenguas, etc., etc., ya sabemos…¡lo logró! Quedó seleccionado como Director de la AFP. Se reinventó…sin traicionar su ideario, desde luego. Una vez instalado, la carrera de Estévez fue un vertiginoso ascenso. Como digno colofón le pareció bien hacer algo por el fútbol chileno. Y aquí lo tenemos…todo un directivo de la Cato. Es que esta gente con vocación de servicio público no descansa. Y vuelve a la primera plana con lo de Mayne…
Retorno a lo de Aguiló. A su juicio, en este episodio de la ANFP lo de Estévez fue indigno y supera lo tolerable…. ¡sorprendente! Es cierto que Estévez viene de una AFP, lo cual fue grave, según Aguiló. ¡Pero pasar de una AFP a una ANFP!… eso ya excede la tolerancia de un socialista. Uno que es un tanto naif en materia de “alta política” se pregunta ¿por qué tanto escándalo por una letra? ¿Es la letra que rebalsó el vaso de la tolerancia aguiliana? ¿Qué hace más tolerable y más digno el directorio de una AFP que el de la ANFP? Quizás en la AFP no se estila realizar “operaciones”… ¿será éso? Quizás Estévez está en la AFP para seguir velando por los intereses del pueblo trabajador. ¿Será por esto que en dicho caso Aguiló no se indigna tanto?
Mi amiga sigue con su fijación matrística e intenta convencerme que la diferencia está en que los machos básicos son más sensibles a los asuntos de pelota que a los que tienen que ver con el sistema previsional. Que la N de ANFP viene de Neanderthal y así por delante… En definitiva – me agrede viperinamente- que nos estamos inclinando peligrosamente más hacia las piernas musculosas que hacia el antiguo encanto de las piernas femeninas. ¡Paciencia!… ¡Las minas de ahora ya no están saliendo como las de antes!