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Opinión

14 de Noviembre de 2010

Todos a vivir a Santiago (A propósito de la concentración de los recursos culturales)

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Por MANUEL LOYOLA / Director Teatro del Oráculo

El Estado chileno y el mercado global fomentan la centralización. Las oportunidades laborales, las inversiones públicas, alternativas académicas y de la entretención se multiplican en el centro geopolítico de Chile, Santiago. Un profesional, un obrero o un ejecutivo gana en promedio un 15% a 25% más si trabaja en Santiago. Los recursos públicos se multiplican en una urbe que crece 200.000 personas por año. El desequilibrio en el desarrollo social, y la concentración del poder de una sociedad chilena enferma de neoliberalismo se exponen simbólicamente en la palabra “Santiago”. El poder político, militar, eclesiástico, la banca chilena, las cinco familias más ricas del país (que acumulan el 8% de la riqueza de Chile), la Bolsa de Comercio, Colo-Colo, la TV, El Mercurio, Don Francisco coexisten y gobiernan una ciudad/país donde la danza de millones de dólares transita y se evapora en redes que siempre llegan/se quedan en el mismo lugar.

La Cultura

Hace algunas semanas abrió sus puertas el Centro Cultural Gabriela Mistral con una inversión de más de 72 millones de dólares para sus 22 mil metros cuadrados (otros 6 millones de dólares se invirtieron en el Museo de la Memoria). Este denominado Centro Nacional de las Artes Escénicas, que ya tiene programado espectáculos producidos en Santiago para todo el 2011 (hicimos las consultas hace dos tres meses atrás y eso nos comunicó la encargada de programación), se yergue como la gran obra cultural del bicentenario. El proyecto con diez salas para teatro, danza y música se suma así a las más de 30 salas de teatro que ya existen en Santiago. Una vez más la inversión se ha quedado en la capital. Es más, este año los fondos nacionales de Cultura destinaron casi un 90 % de los recursos a proyectos postulados desde la región metropolitana, y otras áreas de financiamiento nacional como Ventanilla Abierta (proyectos para ejecutar en el extranjero como giras, festivales) destinaron casi el 97% de los recursos a proyectos de Santiago.

Desde el Bío Bío

Nuestra agrupación Teatro del Oráculo ha decidido desarrollar su labor teatral desde la periferia cultural, es decir, fuera de Santiago. El trabajo ha sido intenso/agotador, pero reconfortante en lo humano, social y artístico. Hemos puesto en escena 8 espectáculos teatrales, producido seminarios nacionales e internacionales, y compartido experiencias formativas y creativas en Chile, Bolivia, Argentina, Reino Unido, España, Alemania e India. El grupo vive en un constante aprendizaje. Sin embargo, trabajamos desde la precariedad de la región. La ciudad de Concepción no posee un teatro desde hace 50 años, no hay sitios que acojan a los grupos de creadores (salvo la tremenda iniciativa de la Corporación Artistas del Acero), se ensaya y comparte el teatro en la humedad y el frío: habitamos la pobreza.
A pesar de las precariedades, el grupo trabajo de manera constante y sistemática en el estudio de las artes escénicas. La autogestión nos ha permitido mantener dinámicamente nuestros proyectos formativos y creativos. Ya estamos pensando y accionando los tiempos que se vienen.

Sólo Santiago puede exportar cultura

Hace ya tres años que Oráculo viene postulando a festivales internacionales de teatro. Colombia, Argentina, Berlín nos han invitado a mostrar trabajos escénicos. Este año fuimos seleccionados en dos festivales internacionales en India, uno en el Estado de Kerala, y otro en la capital, Nueva Dehli. Pues bien, nuevamente postulamos a Ventanilla Abierta, y nuevamente nos dicen NO, ustedes no pueden ir (aún estamos a la espera de la evaluación de la postulación). Santiago certifica lo que debe salir del país con fondos públicos, ya sea a estudiar/perfeccionarse o a giras/festivales. ¿Por qué las agrupaciones teatrales de regiones deben visarse en Santiago para salir con fondos públicos?
Pero el golpe no solo viene desde la capital, tu propia ciudad no respalda tu trabajo. No hemos logrado en dos meses de gestiones conseguir que una empresa regional o institución pública colabore con el proyecto de viaje a India. Finalmente, las personas son tu respaldo, no el mercado ni el Estado.

Desgobierno cultural regional

Mientras la riqueza nacional se concentra alevosamente en Santiago, las autoridades culturales regionales no hacen nada. En Bio Bio, el actual Seremi de Cultura parece no conocer ni entender su labor como autoridad. Además, sabido es que la actual intendenta controla y maneja a sus secretarios ministeriales con rigor militar. Nadie piensa, solo ejecutan. En cultura no han elaborado la más elemental política ni acción. La misión parece ser “no hacer nada”, no ir hacia ningún lugar, inmovilizar, matar de aburrimiento. No hay medidas de emergencia post-terremoto ni mucho menos medidas a mediano plazo. No tenemos interlocución. Estamos en un turbio vacío.

¿Alguien conoce el “plan maestro” para la cultura regional?

Las mesas artísticas no existen; sí, los colectivos de creadores que intensamente trabajan desde la independencia, autogestión y anonimato. Comprometidos con el arte y la transformación humana, las agrupaciones transitan su día a día en redes humanas que poco a poco articulan miradas, discursos y acciones. La inmovilidad y pereza que se propone desde el gobierno actual terminará asfixiándolos, pues el arte es esencialmente dinámico, fresco, transformador, renovador. Afortunadamente, el arte existe a pesar del Estado y el Mercado.

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