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Opinión

18 de Diciembre de 2010

Héctor Aguilar Camín: “Es un asignatura pendiente de la modernidad chilena separar los valores morales de la vida pública”

Héctor Aguilar Camín, estuvo en Santiago para presentar su nuevo libro, “Pasado pendiente”, una recopilación de catorce historias cotidianas que el escritor armó a partir de conversaciones escuchadas. A la vez, su clásico libro “La guerra de Galio” será reeditado en Chile, país que el escritor siempre ha tenido en la mira: “El camino político chileno es un camino virtuoso”. Acá habla, también, de nueva derecha, de izquierda en el siglo XXI y de algo que sí o sí terminara sucediendo: la legalización de las drogas.

Ana Rodríguez
Ana Rodríguez
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Héctor Aguilar Camín, estuvo en Santiago para presentar su nuevo libro, “Pasado pendiente”, una recopilación de catorce historias cotidianas que el escritor armó a partir de conversaciones escuchadas. A la vez, su clásico libro “La guerra de Galio” será reeditado en Chile, país que el escritor siempre ha tenido en la mira: “El camino político chileno es un camino virtuoso”. Acá habla, también, de nueva derecha, de izquierda en el siglo XXI y de algo que sí o sí terminara sucediendo: la legalización de las drogas.

La primera la escribió en 1990 y la última, el 2008. Son catorce historias que se acumularon a modo de antología de las mejores que Héctor Aguilar Camín escuchó en su vida, especialmente las que le transmitieron su madre y una tía.
-En el libro hay un homenaje a ellas, las contadoras de historias. Es un muestrario más acabado de todas mis obsesiones y mis intereses como escritor. El mecanismo de este libro es muy sencillo, es la narración por excelencia.
¿Te surge a partir de esto la pregunta de hasta qué punto es válido tomar historias ajenas y contarlas?
-Me parece que es el origen de toda la literatura. A eso es a lo que llamamos imaginación literaria. Los escritores nos cuentan un poco más, pero no imaginan todo. La verdad no hacen más que transfigurar lo que saben, lo que oyen, lo que leen. Las cosas vienen de la vida real y la imaginación lo que hace es resignificarla.

SOCIALISMO DESCAFEÍNADO
Por primera vez se reeditará en Chile “La guerra de Galio”, un tema que para Aguilar Camín estaba pendiente. “Es muy difícil encontrar el libro. Pasa también en Argentina y España. Esto lo va a resolver Catalonia y estoy muy contento por eso”.

“La guerra de Galio” es una gran reflexión sobre los rumbos de la política. ¿Qué crees que significa hacer política hoy en
día?

-Lo de siempre. Significa recoger un poco las necesidades, darle liderazgo a una sociedad, tener la determinación de ponerse al frente de las decisiones colectivas, tener la ambición para poder hacerlo y, en su mejor momento, la responsabilidad de generar bienes públicos. Es uno de esos trabajos donde los instrumentos son de poca calidad, pero los objetivos son de altísima importancia. Como un carnicero.
¿Por qué como un carnicero?
-Porque al final tienes un maravilloso steak que puedes comer en un restaurante, pero no quieres ver el proceso que conduce de la vaca al steak. Como decía Bismarck: “al que le gusten las leyes y las salchichas, que no vaya a ver cómo se hacen”. El proceso político está lleno de intereses desnudos, negociaciones.

De ahí el escándalo que provocó Wikileaks.
-Ahí tienes la política en paños menores, un poco embarazoso. Pero después de esto, uno no ve a los EEUU jugando el papel de la potencia opresora, sino más bien una potencia de una curiosidad insaciable sobre sus interlocutores. No los ves apretándole el puño a nadie, ni ejerciendo lo que sería fama pública de una potencia como esa, que es mandar sobre el mundo. Por el momento, me parece que no es el peor espectáculo que hemos visto de una potencia mundial actual. Yo no veo al mundo en control de EEUU. Estamos lejísimos de eso.

Wikileaks trae una especie de promesa de transparencia en la manera de hacer política. ¿Es posible hacer política transparentemente?
-Yo creo que no. La política, como las relaciones personales, necesitan un sector de secrecía. Y entre mejor están administradas estas zonas, más eficaz es, en particular, la política internacional. Los políticos necesitan espacios reservados para madurar sus decisiones. El problema de la democracia es cual es el límite razonable y deseable para esa secrecía, y garantizar que en el tiempo esos secretos dejen de serlo, es decir, que tarde o temprano, la sociedad sepa lo que pasó.

Han salido cosas desclasificadas respecto a América Latina que involucran a diversos mandatarios. ¿Qué te parece el estado de la política aquí en América Latina?

-Me gusta mucho el grupo que trae Brasil, porque de alguna manera repite el chileno. Creo que el camino chileno es un camino virtuoso, de gobiernos de continuidad estratégica en las políticas, con cambios políticos efectivos. Ahora estamos viendo que este gobierno de derecha está completando muchas cosas que no pudo hacer la Concertación. Esa es la democracia virtuosa, la que da continuidades pero también cambios. Cambia el personal, pero no cambian los consensos estratégicos, no funda el mundo cada nuevo gobierno que llega.

¿Y el resto?
-Me parece muy triste la zona vieja, arcaica de la política populista, que llamamos de izquierda. Yo la llamo fascista leninista por todo lo que representa de demagogia e ineficacia gobernativa. Hablo de un gobierno como el de Chávez o el de Ortega, para no hablar del resumidero de la catástrofe que es Cuba. Ojalá América Latina despierte pronto de esta pesadilla que tiene la izquierda latinoamericana bajo la forma de estos gobiernos, que por cierto somos muy benévolos al considerarlos de izquierda. No creo que estén ahí los ideales históricos de la izquierda de la modernidad, equidad, bienestar. Creo que más bien están las tradiciones del caudillismo, del populismo y la irresponsabilidad fiscal, más la manipulación grosera de las pasiones populares.

De todas maneras se está formando un movimiento izquierdista progresista, ¿cómo ves esta construcción?
-La izquierda que a mí me gusta es la tipo chilena, tipo española, tipo social democracia europea. Ahora hay una gran discusión sobre si esa izquierda es financiable. Me parece que el tipo de sociedad producido por las políticas social demócratas es la más deseable que podemos tener a la mano en el mundo moderno. Esa es la izquierda en la que yo creo. La otra, la chavista, revolucionaria, comunista, piensa que eso no es izquierda, que es una complicidad con el capitalismo o un socialismo descafeinado.

¿Cuáles deberían ser las motivaciones de esta izquierda progresista?
-Prosperidad y equidad. Necesitas una economía que genere las riquezas y un Estado potente, transparente, que done parte de esa riqueza y vuelva a repartir el juego en la sociedad, mediante políticas como una educación de calidad.

LA DERECHA Y THE CLINIC
En la política chilena se está instalando el concepto de “nueva derecha”, más cercana a los temas sociales. ¿Qué te parece?
-Me parece una convergencia muy deseable que la derecha renuncie para siempre al tema del autoritarismo, la fuerza y los métodos no democráticos de ventilar diferencias. Una derecha que no mezcle el tema de los valores morales con el tema de la calidad de la vida pública, es una cosa muy importante. Cuando mezclas religión y política siempre sale mal. Y qué bueno que completen el tema de las libertades económicas con el tema del equilibrio social, la cohesión social y las políticas de equidad de género y de clase. Me parece un gran rumbo.

Sí, pero la derecha que gobierna en Chile no tiene muy incorporado el tema de las libertades personales. Es un país donde la pastilla del día después todavía genera conflicto y para qué hablar del aborto.
-Esa es una vieja limitación de la vida democrática chilena. La persistencia de valores morales, religiosos que inhiben las libertades más que favorecerlas, es un tema pendiente hace mucho tiempo acá. Te confieso que en México no es así, tampoco en Brasil. Es una asignatura pendiente de la modernidad chilena este separar los valores morales de la vida pública.

A muchos les genera extrañeza que esta derecha antes vinculada al autoritarismo, tome este giro.
-Cualquiera que sean las nostalgias de la derecha chilena respecto a ese pasado, es impresentable. Nacional e internacionalmente. Ese es el pasado del que hay que acabar de salir.

¿Cómo te parece que ha resuelto Chile ese pasado?
-Con gran prudencia. Con lentitud, y al final con gran eficacia. Puede ser un poco desesperante como quedan esos restos, pero a partir de The Clinic ha sido un proceso muy favorable, bien llevado, eficaz en cortar con ese pasado y en hacer pagar algunas de las cuentas de las zonas oscuras de la dictadura. Si piensas que te tardaste en eso diecinueve años, piensas que hay un poco de injusticia en eso, porque la justicia que no es expedita no es justa. Pero al final ha sido eficaz, sin costos ni conflictos adicionales para la democracia chilena.

¿Cómo crees que la figura de The Clinic ha influido?
-Marca un antes y un después. Ahí empieza la rendición de cuentas el general Pinochet. Y qué bueno que fue un asunto que empezó fuera de Chile, porque eso por una parte le dio mucha más libertad al gobierno desde el punto de vista que no estaba eligiendo el conflicto, y le dio más libertad para portarse frente a ese conflicto de acuerdo a las leyes de la política internacional, y no la chilena.

¿Cómo se ve Piñera en el escenario de América Latina?
-Muy bien, sobre todo desde el tema de los mineros. Fue mundial. Piñera estuvo en la mejor posición que podría haber estado cualquier político en el mundo. En un gigantesco drama de la vida real, exitosamente resuelto, que duró muchos días y finalmente tuvo un final feliz. No te consigues eso siendo un político, es un golpe de esos por cada siglo.

Fue el rey del mundo durante un día
-O varios. Luego de ese episodio vuelve a la normalidad, pero creo que le hizo mucho bien. A él y a Chile. Como país exitoso, eficaz y con suerte.

Pero luego vino un escándalo relacionado con el fútbol nacional y actualmente la popularidad bajó un 13%.
-Yo no sé bien con qué tiene que ver, pero me temo que tiene con el tema de Colo Colo y Bielsa. ¿Cómo se les ocurre tener un pleito en donde corren a Bielsa? La virgen de Guadalupe en México es invencible, pero hay algunos agnósticos que no creen en ella. Acá todo el mundo cree en Bielsa. No es un personaje del que puedas prescindir sin perder con la opinión pública popular, genuina chilena. Creo que hicieron una huevá, pero desconozco la lógica. Sus muy buenas razones deben tener.

VIOLENCIA Y LEGALIZACIÓN
Aguilar Camín interrumpe la entrevista para hacer un despacho con una radio mexicana. Su comentario alude a la imagen que la prensa ha forjado respecto a la violencia en ese país. Compara cifras de Ciudad Juárez y Río de Janeiro. En Brasil son infinitamente mayores, dice, y sin embargo no tienen la foto de país violento que sí tiene México.

Hablemos de cómo la prensa en México genera este temor en la población.
-El espectáculo de violencia en la televisión mexicana es irresistible. En su brutalidad, en su frecuencia, en su visibilidad. Es como una película de Tarantino. Se entiende la fascinación, casi la imantación de los medios respecto de estos personajes, pero la verdad es que acaban ofreciendo una imagen completamente desbalanceada del país. Cada homicidio que reportan es cierto, no han dicho mentiras, pero tres años después, la suma de esas verdades cotidianas dan una paradoja sobre el país. No están inventando ni mintiendo, pero el resultado final es falso. ¿Qué han hecho los brasileros con cifras infinitamente mayores en Río que en Ciudad Juárez? No hablo de ocultarlo, sino que pregunto por qué hemos obtenido una imagen tan falsa.

¿Cuáles son las motivaciones de la prensa para construir esta imagen?
-Creo que un genuino ejercicio de lo noticioso y de independencia respecto al gobierno, porque inmediatamente detrás de la publicación de la violencia está la crítica y la exigencia al gobierno de “haz algo, no haces nada”. Entonces, por las buenas razones periodísticas, estás haciendo al final un mal servicio al país. Tiene una lógica el asunto pero me parece que al final es un poco tonta.

En Chile pasa lo mismo, se genera una sensación de inseguridad a partir de los medios
-Construir en Chile el tema de la inseguridad no tiene perdón de dios. Es una barbaridad. En México sí hay un problema serio, pero acá no.

En México te has vuelto un luchador por la legalización de las drogas.
-Hay que dejar a la gente que escoja. Obviamente con una regulación distinta para cada una de las drogas. La marihuana me parece que hay que legalizarla sin más, como el cigarrillo, sólo con restricciones a los jóvenes, porque es comprobadamente inocua. Distinta es la cocaína que debiera ser reservada como otros fármacos a la receta médica, lo mismo la heroína y la morfina. Las drogas de diseño también deberían ser legalizadas para garantizar la calidad industrial y sanitaria del producto. No me parece que se le dé un trato distinto del que se le da al alcohol, al tabaco o a la enorme cantidad de fármacos que están en las farmacias.

¿Qué se gana legalizando?
-Legalizar le quitaría piso al crimen organizado. En México el narcotráfico recibe extraordinarias rentas multiplicando varias veces el valor de las mercancías que tienen. Cada año los cárteles mexicanos pueden recibir hasta 29 mil millones de dólares. Es todo el dinero que necesitas para corromper policías, reclutar sicarios y armarte. Es algo que no puede hacer México unilateralmente, tiene que ser algo global. Pero hasta ahora el consenso global es de carácter punitivo. Nuestras propuestas, nuestro razonamiento mexicano no alcanza ni siquiera para convencer al gobierno de que lleve el tema a la mesa de negociaciones con EEUU. Pero sucederá, porque está en el mismo orden que la razón. La prohibición no está sirviendo y hay muchos países pagando altísimos costos por el tema.

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