Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Cultura

13 de Marzo de 2011

Vuelven a Santiago los registros más duros del golpe

Por

Ocho rollos fotográficos son el registro que salió de Chile hacia Holanda a fines de septiembre de 1973. Imágenes que, junto a otras tomadas en Nicaragua y El Salvador, vuelven casi 40 años después a Santiago en una muestra que se instalará en el recinto donde antes se albergaba la Junta Militar.

Si el cáncer no lo hubiera matado hace un mes, probablemente el fotógrafo Koen Wessing estaría hoy en Chile afinando los detalles de su muestra “Imágenes Indelebles. Chile 73, Nicaragua 78, El Salvador 80”, que se inaugura el próximo martes en el Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM. Los esfuerzos por traer de todas formas las fotografías hasta Santiago siguieron a cargo del curador y diseñador de la muestra, Jeroen de Vries.

-Hace un año , Koen me dijo que estaba terminal. Y que quería hacer una nueva exposición- cuenta a The Clinic de Vries.

Empezaron a trabajar juntos. A filmar una entrevista, seleccionar las imágenes y pensar el lugar donde mostrarían el trabajo. Jeroen de Vries sabía que Koen Wessing había viajado por todo el mundo fotografiando hitos políticos y procesos sociales. A medida que la nueva exposición tomaba forma, Wessing empezó a enfermar más.

-Empezaron los dolores, pero lo único que le importaba era lograr tener su trabajo hecho para que se mostrara en Chile. Para él era la cosa más relevante.

Pocos fotógrafos pudieron documentar lo que estaba pasando en los días posteriores al golpe de Estado el 11 de septiembre del ‘73. Bastantes menos pudieron conservar las imágenes que tomaron. Koen Wessing, que en los 70 era considerado una joven figura promisoria de la fotografía, tomó el primer vuelo a Santiago que encontró. Poco sabía del país, algunos datos que recogió a través de conocidos que habían venido para participar del Unctad III -hoy, el GAM- el año anterior.

Llegando a Santiago vistió un terno gris prestado. Afeitó su barba, se cortó el pelo y así, pasando piola, se paseó, sin ser detenido, con su Leica por sectores como el Estadio Nacional, donde compartió cigarrillos con los presos, y los primeros días en las calles de una ciudad en estado de sitio. Al principio no le tenía miedo a nada, pero después entendió donde se encontraba.

-Koen decía que podías caminar por el centro de Santiago perfectamente, hasta que de pronto te veías en medio de una situación muy dura- dice De Vries. Wessing estuvo en el funeral de Neruda y también en la desesperada espera de los familiares en búsqueda de sus desaparecidos. Fotografió soldados que jamás se enteraron del registro gracias a que usó un gran angular.

De lo que vio en Chile tomó sólo ocho rollos y medio de película. Una azafata amiga trasladó los rollos hasta Holanda y ahí, de vuelta en su país, Wessing armó “Chili, September 1973”, un libro hecho con corchetes y fotos impresas en papel de bajo costo, que apareció un mes después del golpe militar y que se convirtió en un ensayo visual clásico para la fotografía contemporánea. Uno de los testimonios más crudos de la represión nacional, hoy alcanza un valor de 2.500 dólares por ejemplar. El libro se podrá ver en la muestra en GAM -además de las imágenes que tomó en Chile, Nicaragua y El Salvador- y no contiene una sola palabra. Wessing era disléxico e incapaz de escribir.

-Koen tenía ideas exactas de lo que quería fotografiar. Hacía pocos negativos porque sabía lo que quería. Este libro va de imagen a imagen y transmite un mensaje clarísimo respecto a lo que estaba pasando en Chile en esos momentos- explica el curador, movido por la fuerza de la convicción de Wessing de que las fotografías debían volver a Chile.

-Al final de los ’80, cuando los movimientos latinoamericanos estaban más o menos terminados, un montón de fotógrafos de la generación de Wessing empezaron a dudar del significado de la fotografía. Y muchos de ellos sintieron que tenían que hacer arte, fotografiar otras cosas. Pero para Wessing lo más importante era ser testigo, mostrarle a la gente. Las palabras se van, pero las imágenes quedan.

IMÁGENES INDELEBLES.
CHILE 73, NICARAGUA 78, EL SALVADOR 80
GAM. Martes 8 de marzo a sábado 30 de abril
Sala de Artes Visuales (edificio B)
Entrada liberada

Notas relacionadas