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Opinión

17 de Julio de 2011

“Dijeron que mis fotos no se las comen los ratones”

Sarita no dice qué edad tiene. La única referencia que se tiene de ella es que desde 1998 lleva el apodo de “fea” en la televisión, luego que los humoristas la bautizaron así por su noviazgo y matrimonio con Gonzalo Cáceres. En estos años le han dicho de todo, hasta que es un hombre y no tiene dientes, pero ella sólo se ríe. Desde hace varios años se dedica al negocio de la belleza con centros de estética y ayuda a la gente pobre que quiere cambiarse de look. Hoy, está a punto de divorciarse de Gonzalo Cáceres y cuenta por primera vez detalles de su ruptura y de cómo ella se siente una persona bella. Aunque todos digan lo contrario.

Jorge Rojas
Jorge Rojas
Por

Foto: Archivo The Clinic

¿Cómo fue tu infancia?
-Lo más lindo que he tenido. Me gustaba mucho pintarme, ponerme uñas postizas y jugar con mi pelo largo, que me llegaba a las rodillas, pero una prima me lo cortó mientras dormía y casi me morí cuando me vi en el espejo.

¿Eras la niña linda, la del montón o la fea?
-Era la niña con suerte.

¿En el colegio te molestaban?
-No, inclusive fui Reina de la Primavera y de la Vendimia. Era imposible que sufriera burlas, porque cuando niña era delgada, con el pelo largo y los ojos verdes. También tocaba piano, el acordeón, la guitarra y cantaba. Yo soy profesora y cuando estaba en el colegio Nuestra Señora de Guadalupe, mis alumnas me pusieron señorita “la pincelito”, por lo delgada y porque me pintaba mucho.

¿Cuándo empezaron a molestarte por fea?
-Los humoristas empezaron después que me casé. Ironizaron conmigo y me catalogaron de fea, pero yo me encuentro regia, me creo el cuento y soy la mejor. Siento el cariño de la gente y no me considero fea. Tengo mis ojos, los pies, mis manos y no quedé inválida. No me molesta que hagan humor conmigo.

¿No te sentiste fea?
-No, lo de los humoristas es parte de sus libretos. Además, saben que no me enojo. Porque cuando te sabes reír de ti es bueno.

¿Qué burlas te han hecho?
-Son muchas. Por ejemplo, me dijeron que mis fotos no se las comen los ratones, que soy fea o que soy hombre. Eso me causa risa.

¿Qué pasa con eso de que eras un hombre?
-Eso es mentira. Los doctores que me trataron y la gente de Linares me conoce, y saben que soy mujer. Qué feo que digan eso porque es una calumnia.

¿Nunca te has enojado?
-No. Soy de provincia y siento mucho amor hacia la gente y siempre ando de buen humor. Aunque una vez en el Canal13 hicieron burlas de mi trabajo y eso me enojó. Me pueden hacer todas las bromas, pero cuando se burlan de la belleza ahí ya se pasan para el otro lado, porque en belleza trabajo bonito. Eso fue una ofensa a mi trabajo.

BESOS Y ABRAZOS

¿Cómo eran tus carretes?
-En mi casa. Hacíamos fiestas ahí o en el fundo de mi abuelo. Iban amistades y mucha gente. También teníamos actividades en la iglesia.

¿Cuántas veces has pololeado?
-Tres. La primera vez fue a los 15 años con una persona que ahora es dentista y duramos tres años y medio, pero terminamos por la distancia. Después pololié 17 años con un ingeniero que falleció de un paro cardiaco. Él me propuso matrimonio, pero como falleció mi hermano y las hijas de él quedaron solas, yo me hice cargo de ellas. No quería que nadie las mandara ni las tratara mal, por eso no me casé.

¿Nunca conviviste?
-No, porque no lo acepto. Incluso ahora, si alguien me dice ‘Sarita, vente a vivir conmigo’, me estaría ofendiendo, porque no está dentro de mis principios. Yo viviría con una persona sólo si me caso.

¿Cómo eran esos pololeos?
-De andar de la manito y de besos en la cara porque poco menos que se creía que si te dabas un beso en la boca ibas a quedar embarazada. Eran muy sanos y siempre en la casa. Si lo comparo con los pololeos de ahora eran totalmente diferentes, porque al pololo lo veías como a un familiar. Antes era todo más serio, porque le pedían permiso a los papás.

¿Qué pasaba con el sexo?
-Era más tabú. Mis padres me decían que tenía que llegar virgen al matrimonio. A eso súmale que eran pastores evangélicos. Decían que sólo estaban permitidos los besos y los abrazos.

¿Cómo controlaste las pasiones?
-Porque no podía defraudar a mis padres. La confianza que me dieron era el método de control.

CHALITO

¿Aún eres virgen?
-Con panty (risas). Eso es muy personal. Con Gonzalo no hubo consumación de matrimonio. Yo no lo habría dicho, porque eso era muy nuestro, pero él fue quien habló.

¿Por qué no perdiste la virginidad con Gonzalo?
-No sé. Ya no había restricciones para mí porque estaba casada, pero no sé por qué no la perdí. No se dio no más. La gente pensaba que el matrimonio nuestro era una burla, pero no fue por publicidad. Me enteré que Gonzalo era asexuado cuando ya estábamos casados, en uno de los viajes que hicimos. Si él no hubiese hablado habría estado con él y seguiría siendo su mejor amiga y cómplice como su señora. Si hubiese sabido que era asexuado antes de casarme, sería su amiga no su esposa.

¿Por qué se separaron?
-No tengo explicación. Un amigo, cuando inauguramos el centro de estética en Iquique, me mandó una carta diciendo que me echaba de menos y la firmó ‘tu amante latino’. No vi la carta porque no la recibí, pero Gonzalo, que estaba en Santiago, lo usó como pretexto para decir que tenia un amante. Después apareció en una revista que yo me separaba. Lo llamé y me dijo que eso lo había inventado la prensa, pero cuando volví se cambió de casa. Fue un quiebre de un día para otro. En ese momento lo sentí como el segundo golpe de mi vida, después de la muerte de mi padre.

¿Qué crees que le pasó a Gonzalo?
-Que se casó sin quererme ni estar enamorado, porque si lo hubiese hecho no me habría causado daño. Yo pensaba que con el tiempo me iba a conocer mejor y se darían las cosas, pero caí en cierta ingenuidad.

¿Qué fue lo más bonito del matrimonio?
-El casamiento en la iglesia, la ceremonia y la fiesta. En la convivencia, lo rescatable fueron los viajes.

¿Qué cosas te gusta que te hagan tus parejas?
-El apoyo es fundamental. Habían momentos en que sentí apoyo en Gonzalo, pero muchas veces lo necesité pero no estuvo, porque, de parte de él, hubo falta de cariño. Yo quería que se sintiera feliz para que se olvidara de la supuesta violación que tuvo cuando niño.

¿Hay algún acuerdo económico en el divorcio?
-No, ninguno. Nos casamos con separación de bienes y nos estamos divorciando por incompatibilidad de caracteres.

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