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Opinión

9 de Agosto de 2011

“Estos son gustos que uno no se puede dar, son señales erráticas”

La mañana del lunes un terremoto político -que los presidentes de la Concertación disimularon muy bien- sacudió a la oposición: Ignacio Walker, titular de la Democracia Cristiana llegó a La Moneda acompañado de un grupo de parlamentarios de su partido para reunirse con el comité político del Ejecutivo para entregarle un documento titulado “Más y […]

Miguel Angel Devia
Miguel Angel Devia
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La mañana del lunes un terremoto político -que los presidentes de la Concertación disimularon muy bien- sacudió a la oposición: Ignacio Walker, titular de la Democracia Cristiana llegó a La Moneda acompañado de un grupo de parlamentarios de su partido para reunirse con el comité político del Ejecutivo para entregarle un documento titulado “Más y mejor democracia para todos”, en el que establecían una serie de propuestas para reformar el sistema político del país.

Aunque después del encuentro todo eran risas en el Patio de los Naranjos de Palacio, el gesto fue visto con resquemor por más de alguno en la Concertación y la propia DC, como el caso de la vicepresidenta del partido Laura Albornoz.

“Nosotros lo conocimos por la prensa”, explica la ex ministra del Sernam sobre el documento que entre otras cosas habla de modificar el sistema binominal y de dar mayor autonomía a las regiones.

“Es una propuesta de reforma político institucional que el país necesita y estamos de acuerdo con casi todos sus puntos. Pero esto lo ve el consejo nacional del partido que está citado el 28 de agosto para pronunciarse al respecto. Sin perjuicio de lo cual los parlamentarios pueden hacer lo que les parezca. Si se adopta se definirá a fin de mes”.

¿Pero estamos hablando de una propuesta de parlamentarios de la Democracia Cristiana o de Ignacio Walker?
Entiendo que la propuesta la redactó un camarada constitucionalista Patricio Zapata, en colaboración con la senadora Soledad Alvear. La línea es bastante coincidente con una postura del partido de muchos años, particularmente de cuando estábamos gobernando y se hacían propuestas en distintas materias. En lo que tenemos una discrepancia es que se confunde del rol del presidente de la DC con el de senador de la república y su facultad de hacer planteamientos de reforma legislativa. Lo que hoy se cuestiona en el encuentro de los parlamentarios con el comité político de La Moneda es en qué rol acude Ignacio Walker, si es como presidente nacional de un partido político de la oposición, como vocero de la Concertación o como parlamentario.

Pero más allá del contenido de la propuesta de reforma política, el contexto en el que se da, con la educación como tema central de la discusión pública y con el Gobierno con serios problemas de aprobación, la llegada a La Moneda de Walker recuerda de alguna manera al rol que tuvo Pablo Longueira el 2003 cuando la crisis del Mop-Gate…
Una de las características del partido siempre ha sido su predisposición al diálogo, sin embargo, yo creo que esta cita en particular y la concurrencia a debatir sobre estas reformas políticas en un contexto tan particular como el que se está viviendo es francamente inoportuna. Los estudiantes fueron reprimidos duramente el jueves pasado, fue prohibido el derecho a manifestarse y me parece que es inoportuno establecer un diálogo sobre ciertos temas que no han sido sanjados por el partido demócrata cristiano. Nosotros claramente aparecemos disonantes haciendo un planteamiento sin antes aclarar la situación en materia de educación y particularmente sobre la represión que se vivió el jueves pasado. A mi me parece inoportuno. Estos son gustos que uno no se puede dar, estas son señales erráticas que se dan a la ciudadanía.

¿Usted ve algún afán de lucro político en el gesto?
No lo creo. No sé si lucro, creo que hay una legítima aspiración por diferenciarse en nuestras actitudes respecto del resto de los partidos. Pero a mi me da la impresión de que el camino de diferenciación parte por escuchar a la ciudadanía. Algo que me consta, porque el presidente del partido ha estado en conversación permanente con la Confech pero creo que hay que seguir insistiendo que estas conversaciones no son cupulares. Este sistema democrático ya está suficientemente conflictuado con esta actitud permanente de solucionar los problemas solo entre cuatro paredes o solo en el Parlamento. Lo he manifestado reiteradamente: hablamos de mejorar la democracia pero lo que se va a proponer no se debate primero al interior del partido y no se debate con todos los representantes sentados en la mesa. El rol de los partidos es canalizar las demandas ciudadanas. Si uno no es capaz de hacer lo que tiene que hacer lo lógico sería que diera un paso al lado, pero yo creo que la Democracia Cristiana no puede dar un paso al lado. Genera confusión en la ciudadanía el ir a reunirse con un ministro del interior que actúa como lo hizo el ministro Hinzpeter el día jueves. Uno no se puede dar gustos y hay que cuidar la democracia.

¿Y la forma de canalizar estas demandas puede ser el plebiscito, como lo han planteado los estudiantes y como lo respaldó el presidente del Partido Socialista?
Sí, yo creo que el plebiscito es una herramienta. Acá hay que ocupar todos los mecanismos de democracia directa, incluida la iniciativa popular de ley, incluido el derecho a veto. Pero mientras tanto esto no se soluciona presentando documentos.

¿Le molestó que el encuentro validara al ministro del Interior?
La verdad que los nombres importan repoco, lo que me molesta es que esto confunde a la ciudadanía respecto a lo que se espera. Insisto, yo soy una persona proclive al diálogo, pero en un diálogo que pueda ser convenido respecto a términos específicos.

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