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Cultura

29 de Agosto de 2011

Hugo Osorio: “Siempre a Andrés Wood le falta, es como un democratacristiano”

Lo primero que dice Hugo Osorio -director de “Palomitay”, una obra sobre Violeta Parra que ya va en su cuarta temporada- es sobre la película de Andrés Wood: -Qué horrenda esa película. ¿La viste? -La vi. ¿Por qué la encontraste horrenda? -Siempre a Andrés Wood le falta. Es como un democratacristiano. Tiene todo para ganar […]

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Lo primero que dice Hugo Osorio -director de “Palomitay”, una obra sobre Violeta Parra que ya va en su cuarta temporada- es sobre la película de Andrés Wood:

-Qué horrenda esa película. ¿La viste?

-La vi. ¿Por qué la encontraste horrenda?
-Siempre a Andrés Wood le falta. Es como un democratacristiano. Tiene todo para ganar pero hay un momento en que recula. Yo creo que es como un abajista -un hueón que no está contento con su clase social- entonces busca la hueá baja y en el fondo lo único que quiere es follarse a la china, a la nana. Tiene como pegá esa cosa así que va al campo a grabar a la Violeta pero todavia está esa cosa de la hacienda y de la encomienda.

-¿Qué es lo que le falta a Wood en la película?
-Es como demasiado refinado. Como que optó por un esteticismo en el que el asunto pierde la brutalidad, pierde el peso pierde lo que es Violeta ¿no? Pierde esa torpeza: si tú escuchai a estos hueones de campo escuchai que cantan mal, con la guitarra desafinada pero son una estética en sí mismos. No necesitai hacer el floreo con la imagen ni granularla.

-A mí me dio la sensación de que cuando aparecían los cantores que no eran actores había una diferencia de registro media fea con la actriz, con Violeta.
-Eso era notable. Entonces como que el hueón los sacaba rápido porque cachaba que quedaban desbalanceados sus personajes. Bueno, el Ascanio Cavallo lo trató de simple. ¿Cachai que a la larga es eso? Es demasiado simple para una densidad como Violeta. Pero como una simpleza idiota.

-¿Y por qué crees que le ha ido tan bien?

Hugo se ríe. Responde con tonito irónico:

-Porque Violeta es taquillera. Es justo un momento social preclaro para que Violeta nos ilumine y volvamos a releerla.

Y deja de reírse:

-Además le hizo una campaña la raja y aparecieron hueones por la web haciendo sus propias composiciones seudodescuidadas, entonces teniai esas cosas horrorosas tipo Gepe con sus xilófonos. Tenís un background de gente que va revisitando pero que no tienen idea. Hay un trabajo egótico del que no logran liberarse.

¿Es esnobismo?
-Sí. Radicalmente esnob.

-La nieta de Violeta Parra, que le cargó la película, dijo que Francisca Gavilán salvaba el asunto…
-Ella me parece interesante, pero a veces pierde cuando se levanta. En los momentos en que está sentada como que agarra al personaje pero se levanta con una energía, que es como la energía de quien está tomando un café en Lastarria. Entonces pierde el peso porque la Violeta y cualquier cantante popular -si uno ve los documentales- son pesados. Se levantan y no se levantan. Como que siempre están pegados a la tierra así que me parece que ella, a veces, por hacer una mala lectura de que la juventud significa ligereza, vuelve un poco leve al personaje

-Qué onda la lectura de tu obra en relación a la lectura de Violeta se fue a los cielos…
-Violeta se fue al infierno… yo, a ver, nos basamos en cuatro lugares de la violeta. Y en ese sentido yo hice una pillería que fue hacer cuatro cuentos que supuestamente poseen una unidad pero que, al fin y al cabo, no la poseen porque me di cuenta de que era absolutamente un fracaso poder unificar las diversas cosas que tiene la Violeta. Cada tema tiene dos mil posibilidades pero siempre hay un núcleo central. A mí me da la impresión de que es el núcleo del lugar. El núcleo de la fe. Porque también hay un lugar: o sea su cancion es de protesta, su cancion es sagrada, pero su cancion es profana y su canción es panfletaria y todas las mierdas que le podai poner de adjetivo funcionan.

-¿Por qué la imposibilidad de aunar?
-Porque ya no está ese lugar. Ya se perdió. ¿O sea qué tenís? ¿A Javiera mena tratando de volver?, a ¿cómo se llama este otro hueón que se parece a Silvio?

-Manuel García.
-Manuel García. Y no po. No podís volver. Si eso ya pasó. O sea ya no tenis nueva trova ni novísima trova, ni nada y ese espacio está absolutamente dinamitado como posibilidad. No puedo plantear un espacio de unidad. Wood es pillo porque la plantea en torno a la biografía y tú vai a ver una biografía que se concluye cuando salís del cine porque no salís pensando: “qué habrá querido decir esta imagen en Wood”. Hay algo así en el manejo de “El gavilán”, un atisbo que podría haber desarrollado pero no funciona. No funciona porque ese lugar emblemático donde la Violeta te acoge o Víctor Jara te acoge, o incluso los malos compositores -como Quilapayún- ya no tiene asidero.

-¿En qué momento se pierde ese lugar?
-Puta, en el momento en que la virtualidad es lo que prima, en el momento en que la carpa de La Reina se acabó o la Peña de los Parra también, o hacís una Yein Fonda pa recuperar lo chileno, o tiene que venir un actor de cine que toca cueca para que la cuecua también se recupere.

-Pero hay un juicio de valor en lo que dices porque al final ¿y qué con que las cosas cambien?
-Es que el juicio de valor mío es: estoy en ese lugar que es un no-lugar. Y desde ahí planteo una interpretacion de Violeta pero no trato de volver melancólicamente a revitalizar un lugar para recuperarlo. Es distinto ir al Rincón de los Canallas y que esté un cantor con un micrófono hablando impropiedades a ver al actor haciendo la cueca. Porque el de los Canallas es alguien que está porque tiene que estar en ese momento, pero eso no lo podis retrotraer. Si lo retrotraís en la biblioteca porque te auspicia la Dibam ya eso pasa a ser un objeto porque ¿qué vai a hacer? ¿agarrar a ese cantor popular, enchufarlo a una de las salas de la biblioteca para que te cante y sentir aquello? Ya no podís. Eso ya se perdió.

-¿Cómo hubieras hecho la película?
-No sé. No lo hubiera hecho. Es que aparte no le podis poner ¡Violeta se fue a los cielos! Ahí está el democratacristianismo de Wood. Le interesan más los cielos que violeta.

-Jajajaja. ¿Te gustó algo de la película?
-Silencio largo. Me gustaron algunos silencios de la película. Pero no podís poner la música de fondo como Run Run se fue pal norte. Horrendo

-¿Por qué?
-Porque no es atmosférico. Es como que le fuerai a sacar fotos a los chicos de la calle y después armai una exposición para Un techo para Chile. No, no, no. No podís hacerlo así. Wood es muy Techo para Chile. De hecho deberían auspiciarlo.

“Palomitay”

Viernes y sábado, 21:00 horas, en el Teatro de Bolsillo, Erasmo Escala 2185 (Metro República).
Entrada: Tres mil, general. Dos mil, estudiante.

Hasta el 10 de septiembre.

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