Confech mira con recelo cita del sábado en La Moneda después de escuchar a Bulnes en el Senado

Desilusionados. Así se definieron los dirigentes estudiantiles de la Confech, luego de la aprobación del proyecto en general que prohíbe el lucro en la educación. El presidente de la Feusach, Camilo Ballesteros, dijo a la salida de la sesión de la comisión, que “fue muy potente a nivel político lo que se desarrolló en la comisión, pero lo que finalmente nos deja quizás un poco desilusionados fue el nivel de discusión y argumentación que sobre todo entregaron los parlamentarios oficialistas y también el ministro Bulnes”.

Ballesteros, quien asistió junto a otros siete miembros de la Confech, explicó que esto si bien “no mata al paciente antes de que fallezca”, deja muy bajas expectativas al “sembrar una campaña del terror al decir que se van a cerrar todas las instituciones, que la gente no iba a poder elegir, que los pobres no iban a poder estudiar y eso es falso, una tremenda falacia”.

El dirigente recalcó que esperan poder concurrir con los ocho representantes de la mesa ejecutiva de la Confech el sábado a La Moneda y entablar una conversación donde se expliquen ambas posturas “con mejor argumentación, más transparencia y así la ciudadanía tenga la posibilidad real de lo que está ocurriendo y lo que se está debatiendo.

Todo esto, a raíz de la sesión que presenciaron esta mañana en Valparaíso, donde escucharon los argumentos del ministro de Educación, Felipe Bulnes, quien junto a la senadora Ena von Baer explicaron la postura del gobierno para defender el lucro en la Educación. De hecho, la ex vocera de gobierno y hoy senadora, fue la única que votó en contra del proyecto que ahora pasará a discutirse en lo particular.

Bulnes, por su parte, hizo una extensa presentación donde explicó que “la convicción del Gobierno es que la Educación no debe estar monopolizada por el Estado”, que el Ejecutivo cree en una “sociedad docente con provisión mixta” y que no ven en este proyecto en particular logros positivos en la educación chilena.

Básicamente, Bulnes y von Baer argumentaron que la aprobación de esta ley no distingue entre colegios subvencionados por el Estado -alrededor de 4.500 según el Mineduc de los cuales un 80% están constituidos como sociedad comerciales- que sean buenos o malos, y por tanto, el sistema de educación particular no se debía sustentar sólo en la filantropía o religiosidad.

“Más que sacar a los colegios buenos y malos, lo que nosotros creemos es que tenemos que sacar a los malos y fortalecer a los nuevos, independiente de su constitución”, dijo Bulnes en su intervención, agregando que “la contracara de este proyecto es que la mala educación cuando esté fundada en la filantropía y la religión pueden ser tolerables”.

A pesar de ello, los senadores Jaime Quintana -presidente de la comisión- y Alejandro Navarro, destacaron que este proyecto comienza a eliminar el legado de la Constitución de Pinochet en materia educativa y explicaron que el proyecto que ahora debatirán en detalle no quiere decir que se vayan a expropiar los colegios subvencionados. “Lo que decimos es que no se siga lucrando con el dinero del Estado en esos colegios. Que no se siga lucrando”, dijo Quintana.