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Opinión

12 de Septiembre de 2011

G.S.R, Nº98: los humos de una falta de debido proceso en el juicio Mapuche

G.S.R, Nº98 no es el nombre de un nuevo robot japoneses en preparación para darlo a conocer al mundo. Por el contrario, es algo único, grande y nuestro. Son los temibles testigos sin rostro que se han utilizado para sentenciar a distintos comuneros en el marco de la reivindicación histórica territorial. Desde el 5 de […]

Fernando Pairican
Fernando Pairican
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G.S.R, Nº98 no es el nombre de un nuevo robot japoneses en preparación para darlo a conocer al mundo. Por el contrario, es algo único, grande y nuestro. Son los temibles testigos sin rostro que se han utilizado para sentenciar a distintos comuneros en el marco de la reivindicación histórica territorial.

Desde el 5 de septiembre, se iniciaron la segunda tanda de juicios, el primero fue el “Caso Elgueta” que tiene sentenciado a cuatro comuneros entre 8 y 14 años siendo clave el testigo Nº26. Ahora es el turno de La Araucanía en que participaran nuevamente testigos sin rostros. G.S.R, es una ex guerrillera colombiana, que arribará a Chile en calidad de testigo de contexto. Si hacemos memoria, a principios del 2008 una tonelada de bombas reventó un campamento de FARC en Ecuador, la llamada Operación Fénix, en ella, aparte de encontrar muchos cuerpos y sangre, también hallaron computadores en que se narraban los supuestos nexos entre Mapuche y la guerrilla colombiana.

La testigo Nº98 es el engranaje central para sustentar la tesis del fiscal Ljubetic de la existencia de una asociación ilícita con carácter terrorista en La Araucanía. Esta guerrillera desmovilizada, según fuentes oficiales, maneja información sobre la presencia de comuneros en campamentos de la FARC. No obstante, no reconoce a Luis Tralcal ni Mauricio Waikilao, los dos acusados, como los comuneros que efectivamente hubieran estado en la selva colombiana.

G.S.R, se acogió al programa de protección para ex guerrilleros, una política creada por el ex presidente Uribe, llamada Plan Patriota con el fin de triunfar sobre las insurgencias colombianas. Este plan, modifica la verdadera identidad y la residencia de ellos como parte de la protección que se les prometió a quienes abandonen las guerrillas. Por ende, la testigo Nº98, aparte de ser un testigo encubierto, sin poder conocer su identidad, ya viene con otro nuevo rostro, siendo doblemente imposible verificar si su testimonio es real o una creación.

El problema no es que existan los testigos sin rostros, si no, el cómo se utilizan estos en los juicios Mapuche. La ex guerrillera G.S.R, dará su testimonio en un biombo, separada del público y únicamente a la vista de los abogados querellantes. Mientras que los abogados defensores de los comuneros, no podrán interrogarla adecuadamente ni contrarrestar su información. Lo único que no se aceptó fue el distorsionador de voz en el micrófono de la testigo, así es que por último sabremos por el acento si de verdad es colombiana y no una chilena cuneteada en el juicio.

Luis Tralcal y Mauricio Waikilao, afrontaran distintas acusaciones por hechos ocurridos entre el 2005 y 2008. Es decir, se acusará un conjunto selectivo de acciones durante un tiempo determinado, estas son Incendio Común (2005), Amenaza Terrorista contra Jorge Luchsinger (2008), Incendio Terrorista en contra de Eduardo Luchsinger (2008) y tenencia ilegal de municiones, cartuchos y materiales para fabricar explosivos. Esto último, encontrado en los allanamientos que realizó la policía en los domicilio de los imputados.

Demás está decir que la doctrina de Derechos Humanos reivindica como legítimas algunas acciones de desobediencia civil, destinadas a llamar la atención del Estado y sus agentes sobre legítimas aspiraciones de los ciudadanos. Por ende, la criminalización que se ha venido practicando contra militantes del pueblo Mapuche, es una cuestión política no sanada entre un Estado que colonizó un territorio libre hasta la Ocupación de La Araucanía y que se ha negado a aceptar la creación de un Estado Plurinacional que deje converger a los distintos pueblos que cohabitan en la comunidad imaginada llamada Chile.

Como dijeron estos mismos actores durante la huelga de hambre del 2010, lo que se busca no es la libertad, si no, un debido proceso que permita tener un juicio justo. La testigo Nº98, G.S.R, no permite crear las confianzas suficientes para una resolución política y social en un conflicto no creado por los Mapuche, por el contrario, por una elite expansionista del siglo XIX que miró a los Mapuche como un bárbaros que debían ser civilizado. Mientras que el montaje de una preparación y nexos con las insurgencias colombianas, no deja de ser un sueño en la mente de los fiscales, que en vez de hacer justicia, hacen política en La Araucanía creando una falsa atmosfera de terrorismo que termina favoreciendo las inversiones de capital estatal en planes privados como Araucanía y Seguridad Ciudadana. Sin más, recientemente se han aprobado $520 millones de pesos para seguridad con el fin de disminuir la percepción de inseguridad en la ciudadanía.

Así, nuevamente nos preparamos a un juicio que tiene la particularidad de ser transnacional con el arribo de esta ex guerrillera y con olor a falta de un debido proceso. Pero como dejo escrito Mauricio Waikilao en su reciente libro “Bitácora Guerrillera (Pehuén, 2011), “Y yo que creía que FARC significaba Fenómeno Atmosférico Relativo al Clima”.

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