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Nacional

21 de Septiembre de 2011

La campaña del Mineduc para dividir a los estudiantes

Aprovechando el supuesto desgaste del movimiento durante la semana pasada y el calendario al filo de hacer repetir a miles de estudiantes por estar movilizados, el gobierno sigue sin dar cabida a los requerimientos estudiantiles y mantiene sus propias fechas límite para apuntalar al movimiento. Una mesa paralela, llamados para intentar tantear el terreno y la decisión de cortar becas para los estudiantes más vulnerables de no cerrar en dos semanas el año académico, fue la última patita de fiestas patrias y la muestra del diálogo en cero entre las dos partes.

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Después del zapateo ministerial, el desfile huasas elegantes y otra “impecable” parada militar, las fiestas patrias terminaron con una enorme resaca para los estudiantes movilizados. De un día a otro, el Mineduc informó que los escolares que no se alcanzaron a inscribir en el plan “Salvemos el Año Escolar” ya eran repitentes y que quedaban poco más de dos semanas para el ultimátum a los universitarios.

El mismo Presidente Piñera lo ratificó el lunes por la noche. “Es muy doloroso constatar que van a perder el año escolar, pero desgraciadamente no podemos parar el tiempo y necesitamos iniciar el segundo semestre porque ya se perdió para muchos el primero”, dijo en una serie de entrevistas dadas a los canales de televisión.

El anuncio, calificados como “sucio” por los universitarios, intentó ponerle una cabeza de caballo -al más puro estilo de Vito Corleone- en las sábanas de los dirigentes estudiantiles. “Nunca pensamos ni sospechamos de que el gobierno iba a actuar tan sucio en este proceso”, dijo ayer la presidenta de la Fech, la PC Camila Vallejo, en alusión a la actitud del Ejecutivo que la semana pasada le cerró la puerta a las condiciones mínimas pedidas por la Confech y hasta intentó instalar una mesa paralela.

07/10: día del juicio final

Hace exactos 13 días, la Confech expuso las cuatro condiciones que exigen para sentarse a una mesa de trabajo con el gobierno, después de la invitación que les hizo el ministro Bulnes post encuentro con Piñera en La Moneda. Lo hicieron exigiendo transparencia y vinculación del debate con los proyectos de ley, con la cabeza en el gato por liebre del 2006, pero también pensando en el 7 de octubre, la fecha ultimátum que les dio Mineduc, la “pistola al pecho” que Giorgio Jackson rechaza hasta esta hora.

La medida, informada el 26 de agosto a los dirigentes y ratificada durante la primera semana de septiembre, emanó del Comité de Coyuntura formado por el Mineduc, en el que confluyen representantes de ese ministerio y del Consejo de Rectores. Allí se informó que cada estudiante debía aprobar al menos el 60% de los ramos en primer año y 70% de segundo en adelante, con excepción de los programas semestrales, los que debían certificar el cierre del primero de ellos para volver a otorgarlos la segunda parte del año académico.

Ese punto, el primero de los mínimos exigidos por los universitarios para sentarse a buscar una salida al conflicto y volver a clases, fue como una patá en la güata. Al peligro latente de perder la beca o Fondo Solidario por seguir movilizados, se sumó la “cesasión de pagos” en la que entrarían algunas universidades de mantenerse en un diálogo muerto el próximo 7 de octubre.

Ante esto, los dirigentes han estado conversando entre ellos sobre algunas opciones para que las movilizaciones no claudiquen y no se pierdan más clases. Algunos planteles, incluso, comenzaron a debatir sobre el tema ante el temor legítimo de perder un beneficio que les permite estudiar una carrera.

Una medida sucia para la Confech, quienes ven en esa estrategia el desembarco de la campaña del terror para poner en aprietos al movimiento. “La idea era ponernos contra las cuerdas y bajar nuestras movilizaciones, haciendo valer algunos temas legales que les convienen. Todos saben que para impedir el lucro no ocupan la ley vigente, pero para amedrentar y apuntalar al movimiento estudiantil ni se arrugan”, dice uno de los miembros del Confech.

Ayer, durante la tarde, el ministro Bulnes se reunió con el Comité de Coyuntura, la única instancia paralela a las movilizaciones que mantiene el gobierno en este minuto. Las otras han sido rechazadas bajo las condiciones que los estudiantes y la mayoría opinante han pedido respetar. Sin embargo, la semana pasada hubo un intento por instalar una mesa de trabajo paralela a la de las demandas globales del Confech, la que fue calificada como “oportunista y sin documentación válida” por los dirigentes contactados.

Una práctica inédita durante el conflicto, pero que se suma a los llamados constantes que irónicamente reciben algunos dirigentes los mismos días que se realizan los Confech. A cargo de asesores del Mineduc, como el historiador Alejandro San Francisco, quien fue duramente cuestionado hace unos años en el Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la UC, y de algunos Seremis (Secretarios Regionales Ministeriales) que han intentado apaciguar los ánimos en las regiones con tal de bajar las movilizaciones.

Ni ahí con repetir

Tras anunciar a los 70 mil alumnos no inscritos en el plan del gobierno que considera clases en cyber-cafés y un examen final para pasar de curso, la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios también señaló que el anuncio se hizo con mala leche e incluso desconociendo dos decretos que podrían salvar a los supuestos repitentes.

Según Freddy Fuentes, ningún alumno ha sido notificado de la pérdida de su año escolar hasta ahora y explicó la salida. En cada colegio, dijo, existen decretos como el 112, de 1999, y el 183, de 2001, que establecen que los directivos junto con los profesores y el alumnado tienen la facultad para poder generar un plan de recuperación de clases. “Y eso no se ha hecho hasta el momento”, explicó.

Junto con reiterar la actitud de muchos estudiantes de perder el año si es necesario, Fuentes y Rodrigo Rivera, otro vocero nacional del Cones, reiteraron que no se dejaran amedrentar por la campaña del terror del Mineduc y que seguirán adhiriendo a las próximas manifestaciones pacíficas.

A marchar el jueves

Ayer, los universitarios lograron un acuerdo para marchar en la misma ruta de la semana pasada. Luego de fiestas patrias y las amenazas del gobierno, será el primer gallito que tendrán con el propio Ejecutivo y con la ciudadanía que los ha apoyado de manera transversal en el último tiempo.

“La movilización social de los últimos meses tiene una demanda detrás, y es una expresión de que hay un problema mayor. Tiene que haber un cambio de concepción; tiene que haber humildad por parte del Gobierno, a entender que sus ideologías en término de educación han fracasado”, dijo el presidente de la FEUC Giorgio Jackson, junto con afirmar que los estudiantes no bajarán los brazos.

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