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Cultura

6 de Octubre de 2011

Y de nuevo no ganó Parra: el Nobel de literatura es para el sueco Tomas Tranströmer

Se decía que podía ser el japonés Murakami, Philip Roth, Adonis o Bob Dylan. Pero, al final, el que ganó el Premio Nobel de este año fue un sueco. Tomas Tranströmer. Tranströmer -traductor, poeta y sicólogo de 80 años- es uno de los poetas suecos más importantes y el sexto de los escritores de su […]

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Se decía que podía ser el japonés Murakami, Philip Roth, Adonis o Bob Dylan. Pero, al final, el que ganó el Premio Nobel de este año fue un sueco. Tomas Tranströmer.

Tranströmer -traductor, poeta y sicólogo de 80 años- es uno de los poetas suecos más importantes y el sexto de los escritores de su país que recibe el Nobel, después de Verner von Heidenstam, Erik Axel Karlfeldt, Pär Fabien Lagerkvist y Eyvind Johnson y Harry Martinson. Algunos de sus libros son “Góndola Fúnebre” (1996), La Plaza Salvaje (1983) y Secretos en el camino (1958).

“A través de sus imágenes condensadas, traslúcidas, nos da un acceso nuevo a la realidad”, es el argumento que dio la Academia Sueca para darle el Nobel -un premio de 1,45 millones de dólares- al poeta sueco.

Acá, alguno de sus poemas:

EL REINO DE LA INSEGURIDAD

La jefa de oficina se inclina y traza una cruz
y oscilan sus pendientes como espadas de
Damocles.

Así como la frágil mariposa se hace invisible en
el suelo
confluye el demonio con el diario abierto.

Un casco que nadie lleva ha tomado el poder.
La tortuga madre huye volando bajo el agua.

III

7

Un soplo duro
atraviesa la casa:
son los demonios.

7

En pinande blåst
drar genom huset i natt-
demonernas namn.

8

Pinos rajados
en el mismo pantano.
Siempre y siempre.

8

Ruggiga tallar
på samma tragiska myr.
Alltid och alltid.

ABRIL Y SILENCIO

La primavera yace desierta.
La zanja, oscura como terciopelo
se arrastra junto a mí
sin espejeos.

Tan sólo irradian
las flores amarillas.

Soy llevado en mi sombra
como un violín
en su caja negra.

Lo único que quiero decir
reluce fuera de alcance
como la platería
en la casa de empeños.

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