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Opinión

14 de Octubre de 2011

Los perros de la política

¿¡Qué chucha hacimos para evitar el desgaste del movimiento, o dicho de otro modo, cómo consolidamos el capital revolucionario acumulado con el movimiento social estudiantil!? La cuestión no puede seguir así, el movimiento no puede abusar del viento a favor en momentos en que el sentido común periodístico lo quiere ver desgastado y arrinconado en […]

Marcelo Mellado
Marcelo Mellado
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¿¡Qué chucha hacimos para evitar el desgaste del movimiento, o dicho de otro modo, cómo consolidamos el capital revolucionario acumulado con el movimiento social estudiantil!? La cuestión no puede seguir así, el movimiento no puede abusar del viento a favor en momentos en que el sentido común periodístico lo quiere ver desgastado y arrinconado en luchas intestinas que lo harían perder fuerza y que demostrarían su volatilidad, para luego replantear la necesidad de contar con los partidos tradicionales, que sólo deben hacer ajustes, pero que deben seguir manejando el negocio. No debe aparecer el movimiento como un grupo tribal de pendejos que juegan con su poder de convocatoria, pero que no tendrían objetivos claros.

Ojo, los perros de la política (los abusadores del poder en busca de presa) están apostando a esa supuesta falta de dirección y de rumbos para luego mercadear su indispensabilidad. Por eso hay que apostar duro en dirección a darle más contenido político al movimiento, hasta ensuciarlo, si es necesario. Vivimos la época de la transparencia, no de la conspiración; las tesis pro ciudadanía definen y determinan nuestra lateralidad de izquierda, que a veces reafirma tradiciones (por eso cierta derecha liberal quiere tratarnos de conservadores) y en otras fomenta radicales innovaciones culturales. No transformemos nuestra hegemonía, que puede ser transitoria, en mero evento pendejístico vengativo o rencoroso contra el cerderío poderoso. Es por esto y otras cosas más que proponemos un set de medidas que decidan un programa y una orgánica posible, algo que habría que vocear a lo lira popular por la dos vías callejeras con que contamos, la real y la virtual. Aquí van algunas propuestas posibles de la ficción política:

-Participar en las elecciones municipales y sacar concejales y alcaldes, y cagarnos a la perra Concertación y a la maldita derecha, aprovechando el recurso publicitario carnavalesco de tomarnos las calles (y así economizar recursos), quebrando así el binominalismo hijo de puta.

-Coordinar acciones políticas conjuntas con el nuevo sindicalismo, sin Martínez ni Gajardo, que dado el nuevo orden de los acontecimientos proponga un programa político alternativo que lleve adelante las medidas que se barajan desde la instancia más genuina de lo político popular, como es la renacionalización del cobre y la nacionalización del recurso agua.

-Crear un movimiento político que encarne el nuevo espíritu que debiera llamarse algo así como Ciudadanía en Movimiento o Pueblo en Marcha, y cuyo objetivo sea diseñar una asamblea Constituyente que elabore una nueva constitución y sólo ahí programar un sistema plebiscitario.

-Modificar radicalmente la estrategia movilizadora creando zonas de liberación educativa con los colegios y facultades en toma, ensayando ahí nuevos experimentos curriculares.

-Proponer un acuerdo social nacional que ponga fin al lucro y a las ganancias abusivo-criminales de los empresarios en todos los ámbitos de la economía.

-Neutralizar el anarco fascismo -a esos que usan la capucha sadomasoquista para abusar y que no sólo le hacen el juego al enemigo, sino que forman parte de él-, quitándoles el tele protagonismo (que tienen negociado con el ministerio del Interior).

-Internacionalizar el movimiento porque está dentro de la lógica política de legitimación.

-Ingresar todas estas iniciativas como proyectos concursables, ya sea a través de la Corfo o de los fondos de cultura.cl.

Sólo así la ficción nos hará libres.

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#marcelo mellado

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