Empresarios alzan la voz en tono de no: más impuestos solo son posibles en el mundo de “Bilz y Pap”

El presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Andrés Concha, salió al ruedo en el debate de una posible reforma tributaria en el país durante la cena anual de la industria para fijar la posición de su sector: si nos suben los impuestos sacrificamos otros objetivos, indicó frente al presidente Sebastián Piñera.

“El tema de los impuestos no está disociado de la inversión, de la inflación y de la competitividad (…) Al subir los impuestos se corre el riesgo de sacrificar otros objetivos. La inversión es uno de ellos”, señaló el representante de los empresarios.

“La variable tributaria es considerada uno de los elementos principales que definen la estrategia de crecimiento del país. Si esto no fuese así, todo sería muy sencillo: se podrían subir los impuestos, satisfacer con ello las demandas sociales, sostener la inversión y aumentar el crecimiento. Lamentablemente el mundo de Bilz y Pap sólo existe en la fantasía de los niños”, dijo Concha.

En el mismo tren, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Lorenzo Constans, afirmó que para su sector es muy importante tener claro que el tema tributario es a largo plazo, afecta las inversiones y se debe analizar en conjunto con otros factores.

“No hay una certeza del futuro, por lo que parece ser que las empresas deben tener una visión de tranquilidad hacia adelante, así que yo destaco y aplaudo la idea que ha planteado el presidente de la Sofofa con muchos fundamentos”, indicó.

Además del empresario Piñera, en el encuentro se encontraba presente el ministro de Economía, Pablo Longueira, que durante el evento le hizo la venía al empresariado -una vez más- al señalar que su cruzada en contra de cualquier alza de impuestos era “legítima”.

“Lo que necesita el país es inversión, que es fundamental para mantener el crecimiento. En la medida que tengamos una carga tributaria acorde a esos niveles de inversión, el país va a poder crecer más”, afirmó.