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Cultura

1 de Diciembre de 2011

Nicanor Parra se enteró por su nieto que ganó el premio Cervantes

El antipoeta Nicanor Parra ganó hoy el Premio Cervantes 2011, considerado el galardón más importante de las letras hispanas y que concede el Ministerio de Cultura español al conjunto de la obra de un autor.

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Imagen desde el blog Habla Sonia Luz

El poeta chileno Nicanor Parra se enteró hoy de que había sido galardonado con el Premio Cervantes a través de una llamada de su nieto Cristóbal Ugarte, para quien visitar a su abuelo es “como ir a la universidad”, según dijo.

“Fui el primero en avisarle, a las diez de la mañana, y después el teléfono estuvo ocupado todo el día. Lo están llamando de todas partes”, relató a Efe Cristóbal Ugarte, de 19 años, junto a las rejas que resguardan su casa en Santiago.

Ugarte se enteró a través de la edición digital de un diario español de que su abuelo había sido galardonado con el Premio Cervantes e inmediatamente lo llamó para avisarle, aunque en un principio el escritor se mostró cauto, a la espera de que la noticia se confirmara.

“Hace tiempo que yo creo que se lo esperaba”, dijo su nieto, que insistió en que habla por él y no en nombre del reconocido poeta.

Según dice, cada vez que gana un premio el escritor “se lo toma tranquilo, pero obviamente que lo valora mucho”.

Ugarte aseguró que el creador de la “antipoesía” se encuentra en su casa de Las Cruces, en el litoral central del país, frente al Océano Pacífico.

Autoridades y periodistas han intentando, sin éxito hasta ahora, conocer de primera mano las impresiones del artista, de 97 años, que es habitualmente muy reacio a hablar con la prensa.

“Me cuenta que lo están llamando mucho, que está lleno de gente de fuera y está contento con la respuesta de la gente”, añadió Ugarte, y explicó que Parra no viaja mucho a Santiago porque padece asma y le molesta el polen, abundante en esta época de primavera (austral).

Debido precisamente a su avanzada edad, Cristóbal Ugarte cree que su abuelo esperará a última hora para decidir si viaja o no a España para recibir el galardón el próximo 23 de abril en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).

“Pero yo creo que él tiene todas las ganar de ir a recibirlo, y todos tenemos también las ganas de acompañarlo”, contó.

Ugarte dijo además estar “muy orgulloso” de su abuelo.

“Es lo máximo para mí. Cada vez que voy a verlo es como ir a la universidad. Se aprende un montón con él”, dijo este joven, que también tiene a Pablo Neruda, a Francisco de Quevedo y al propio Miguel de Cervantes entre sus literatos preferidos

 

Premio Cervantes a Parra

 

Nicanor Parra Sandoval se ha convertido hoy en el tercer chileno galardonado con el Premio Cervantes -máximo galardón literario de la lengua castellana-, el cual constituye un reconocimiento definitivo a la “Antipoesía” con la que este autor de 97 años ha desconcertado al mundo durante casi seis décadas.

Aunque su primer texto poético data de 1937 (“Cancionero sin nombre”), no fue sino hasta 1954 que este poeta, nacido en San Fabián de Alico el 5 de septiembre de 1914, destacó por sus “Poemas y Antipoemas”, los cuales causaron tanto el asombro como el rechazo de los puristas amantes de la poesía clásica.

Parra, convertido hoy en un icono de varias generaciones, ha seguido la huella de sus compatriotas Jorge Edwards, quien ganó el Cervantes en 1999, y Gonzalo Rojas, laureado en 2003.

Mayor de nueve hermanos artistas -entre ellos la folclorista Violeta Parra-, Nicanor llegó en 1932 a Santiago, estudió Física en el Instituto Pedagógico y después en Estados Unidos.

También residió en Reino Unido, donde cursó un doctorado en Cosmología en Oxford, pero su estancia allí sólo le acercó más a la poesía.

Pese a ello, en 2000 la Universidad de Oxford le distinguió con el “Honorary Fellow”.

Admirado por Bob Dylan, Alan Ginsberg y Roberto Bolaño, Parra es un profundo devoto de clásicos como el propio Cervantes, Shakespeare y Dante y, según confesó una vez a Efe, de Gonzalo de Berceo.

En este último, Parra creyó encontrar un remoto referente de la antipoesía, pues utilizó “el lenguaje del pueblo” en su creación literaria.

Utilizar el “lenguaje del pueblo” es uno de los elementos principales de la poética de Parra, además de su temática, que pone al hombre común enfrentado a sus dilemas de la vida corriente.

La antipoesía es la poesía de lo cotidiano en su forma y en su fondo y Parra lo dejó en claro ya en 1954, cuando proclamó que “durante 50 años la poesía han sido el paraíso del tonto solemne”.

Preguntado después del éxito de “Poemas y Antipoemas” si buscaba ser el mejor poeta de Chile, respondió: “No. Me conformo con ser el mejor poeta de Isla Negra”, en alusión a Pablo Neruda, que en ese entonces ya vivía en esa localidad de la costa central de Chile.

También aludió a otros poetas chilenos cuando proclamó: “No a la poesía de pequeño Dios (por Vicente Huidobro), no a la poesía de toro furioso (por Pablo de Rokha), no a la poesía de vaca sagrada (por Neruda)”.

Pese a esas arremetidas contra sus pares, Parra vive ahora en Las Cruces, un lugar situado entre Isla Negra, donde vivió y está sepultado Neruda, y Cartagena, donde vivió, murió y está enterrado Huidobro.

El hombre que definió su poesía como una montaña rusa donde quien se sube baja echando sangre por las narices ganó en 1969 el Premio Nacional de Literatura y publicó “Obra Gruesa”.

La izquierda chilena rompió con Parra por tomar té en la Casa Blanca con la esposa del entonces presidente Richard Nixon mientras él se declaraba ecologista y producía sin cesar nuevos volúmenes, entre ellos sus “Artefactos” (1972).

“Sermones y prédicas del Cristo de Elqui” (1977), “Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui” (1979), “Chistes para desorientar a la policía” (1983), “Coplas de Navidad” (1983), “Poesía política” (1983), “Hojas de Parra” (1985), “Poemas para combatir la calvicie” (1993), son otras de sus obras.

También lo son “Páginas en blanco (2001), “Lear Rey & Mendigo” (2004), “Obras completas I & algo +” (2006) y “Discursos de Sobremesa” (2006).

Un largo camino poético, en el que alguna vez se declaró agotado (“Yo quería seguir poetizando, pero se me terminó la inspiración”) o desencantado (“Ya no me queda nada por decir, todo lo que tenía que decir ha sido dicho no sé cuántas veces) hoy lleva a Parra a recibir el Cervantes.

Pero a despecho de lo anterior, convertido según el crítico Harold Bloom en uno de los mejores poetas de Occidente, Parra ha seguido creando.

Mientras tanto, afina los últimos detalles de su “Anti Museo”, que construye en Isla Negra, y da los últimos retoques a dos nuevos libros: “Cacha la hueá” y “El Marica de Shakespeare”, títulos en la línea de sus “artefactos”, verdaderos misiles poéticos (“Si los maricones volaran, no se vería la luz del sol”; “Cuba sí, yanquis también”).

Trabaja además en una traducción de “Hamlet”, que seguirá a “Lear, rey & mendigo”, que ha merecido el aplauso unánime de la crítica, además de publicar un nuevo tomo de sus “Obras completas & algo más” (Galaxia Gutenberg).

Mientras huye de las entrevistas pero conversa con vecinos, recibe amigos o conduce un viejo Volkswagen escarabajo, Parra debutó en 2010 en cine, como protagonista del documental “Retrato de un antipoeta”, de Víctor Jiménez, quien le siguió cámara en mano durante diez años.

“Antes de ver este documental yo pensaba que era guapo”, dijo tras ver el filme el poeta, alejado de la descripción de sí mismo que hizo en “Epitafio”.

En el mismo señaló: “De estatura mediana (…). Flaco de nacimiento, aunque devoto de la buena mesa. De mejillas escuálidas y de más bien abundantes orejas. Con un rostro cuadrado en que los ojos se abren apenas y una nariz de boxeador mulato (…). Ni muy listo ni tonto de remate. Fui lo que fui. Una mezcla de vinagre y aceite de comer. ¡Un embutido de ángel y bestia!”.

Pégate un patache de sus artefactos pinchado acá.

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