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Mundo

26 de Enero de 2012

Detienen al zar de las tetas falsas venenosas

La detención hoy del fabricante de los implantes mamarios defectuosos PIP, Jean-Claude Mas, marca un punto de inflexión en la investigación judicial en Francia para la búsqueda de responsabilidades en este escándalo sanitario de alcance mundial. Su arresto en la localidad de Six-Fours, en la región de la Costa Azul, se enmarca dentro de la […]

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La detención hoy del fabricante de los implantes mamarios defectuosos PIP, Jean-Claude Mas, marca un punto de inflexión en la investigación judicial en Francia para la búsqueda de responsabilidades en este escándalo sanitario de alcance mundial.

Su arresto en la localidad de Six-Fours, en la región de la Costa Azul, se enmarca dentro de la investigación dirigida desde el mes pasado por la juez de instrucción Annaïck Le Goff por homicidio involuntario y lesiones, por la que se espera que comparezca ante la Justicia esta misma noche o el viernes por la mañana, y que podría conducirle a una condena de hasta cinco años de cárcel y 75.000 euros de multa.

Según informaron los medios franceses, también fue arrestado en la localidad vecina de Seyne-sur-Mer el anterior responsable ejecutivo de Poly Implants Prothèses (PIP), Claude Couty, cuyo domicilio, al igual que el de Mas, fue registrado hoy por los agentes.

El empresario había sido objeto ya de otra investigación judicial por estafa, cuya fase de instrucción se cerró el pasado octubre, y que debería dar lugar a un juicio a finales de 2012.

La empresa, a la que se le decretó la liquidación judicial en 2010, se fundó en 1991 en la Costa Azul y llegó a convertirse a finales de esa década en el tercer productor mundial de ese tipo de prótesis, con ventas principalmente a países latinoamericanos y europeos.

No fue hasta marzo de 2010 cuando las autoridades sanitarias galas decidieron retirar ese gel del mercado, tras haber sido alertadas por la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de Productos de Salud (AFSSAPS) sobre los “efectos adversos del producto” y su riesgo más elevado de rotura.

Mas, en sus anteriores declaraciones ante los gendarmes, no ha escondido que era fácil engañar al organismo que debía certificar las prótesis y apuntó que empleó “conscientemente un gel no homologado” porque era más barato, pero ha tenido cuidado en precisar que no sabía que planteara un riesgo para la salud.

El Gobierno francés, en cambio, recomendó a finales del pasado diciembre a las ciudadanas francesas que llevaran prótesis de la marca PIP que se las retiraran a modo “preventivo y sin carácter de urgencia”, incluso si no mostraban signos de deterioro.

Esa decisión sin precedentes del Ejecutivo galo se produjo después de que se hubieran registrado, aunque no se haya establecido un vínculo directo, varios casos de cáncer en portadoras de esos implantes, que hasta le fecha se elevan a 20 en el país, y de los cuales, según precisó hoy “Le Monde”, doce son de mama.

Francia fue el primer país en hacer saltar las alarmas de un escándalo que se ha extendido también a otros países de América Latina, como Venezuela, Brasil o Argentina, y de la Unión Europea, como España y el Reino Unido, donde ya han surgido asociaciones para que esas pacientes pidan indemnizaciones y responsabilidades.

Se calcula que varios cientos de miles de mujeres son portadoras de esas prótesis en todo el mundo, por lo que esta nueva investigación judicial por homicidio y lesiones involuntarias, según los medios galos, se anuncia particularmente larga y podría durar años.

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