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Nacional

15 de Febrero de 2012

Pescadores artesanales dejan la zorra en Aysén y acusan que la nueva ley de pesca le entrega todo a las pesqueras

Melinka es una postal clavada en uno de esos interminables archipiélagos del extremo sur de Chile. Un aeródromo recorre la isla de cabo a rabo, donde lo que no es gris del asfalto de la pista de aterrizaje, es de un verde penetrante. Hermoso. Ese aeródromo permanece tomado desde el lunes por pescadores artesanales de […]

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Melinka es una postal clavada en uno de esos interminables archipiélagos del extremo sur de Chile. Un aeródromo recorre la isla de cabo a rabo, donde lo que no es gris del asfalto de la pista de aterrizaje, es de un verde penetrante. Hermoso. Ese aeródromo permanece tomado desde el lunes por pescadores artesanales de la zona, que se quejan que la nueva ley de pesca los dejará sin un mísero pejerey y le entrega en bandeja los mares de Chile a las grandes empresas de pesca de arrastre.

El grup0 pidió directamente la intervención del Ministro de Economía, Pablo Longueira. Claro que no les dio bola. Pero estas manifestaciones se repiten a lo largo de muchos puertos de Chile y todo indica que esta protesta recién está comenzando.

“Es tan simple como que la intendenta pesque un avión, venga a Melinka y acabamos el conflicto”, dice al teléfono Marcos Silva, presidente de la Federación de Pescadores de Las Guaitecas. Él y otros 50 compañeros pescadores artesanales se tomaron el lunes desde las 9 de la mañana el aeródromo de Melinka, al norte de Coyhaique, en la región de Aysén.

La intendenta no llegó. Los pescadores se enfrentaron a pacos de Fuerzas Especiales que los repelieron con guanacos y lacrimógenas. Los hombres de mar claman por una nueva ley de pesca que no le entregue el mar a las grandes empresas. Pero nada. Además, aprovecharon para reclamar por alzas en el precio de la luz.

La nueva ley de pesca, se quejan, pretende dejar apenas una pequeña franja de explotación para los pescadores artesanales, y el resto del mar entregárselo a las empresas que practican la pesca de arrastre. La mayoría de las asociaciones de pescadores rechazan esto, y aseguran que en 10 franjas que han operado a destajo las grandes empresas, la pesca no volvió a ser la misma. “Esta ley se pretendió firmar entre cuatro paredes con la gente de CONAPACH (Confederación nacional de pescadores artesanales de Chile). Hubo un quiebre y se formó un nuevo referente, la Comisión Nacional de Defensa de la Pesca Artesanal. Por lo tanto, no reconocemos esa ley, viene en desmedro de la pesca artesanal, no están incorporadas las 5 millas desde arica a punta arenas, no se modifica los límites de pesca de arrastre. Pretenden presentarlo por 20, 25 años, sabiendo que los últimos 10 ha sido nefasto el deterioro de los recursos”, dice Marcos Silva.

“De qué sustento me hablan, si en 10 años no queda nada, imagínate en 25”, dispara.

Las protestas no son aisladas. El pasado 18 de enero, un grupo de pescadores formó barricadas y protestó lanzando jibias muertas en el puerto de San Vicente, en Talcahuano. Los pescadores alguna vez cazaron merluza, pero la pesca industrial devastó su población. Entonces se dedicaron a la extracción de la jibia, hasta que de nuevo la pesca de arrastre les ganó. Finalmente lograron algunas de sus demandas como “cerrar las inscripciones (de embarcaciones), y el cambio de la cuota de pesca, quedando el 20% para industriales y el 80% para los artesanales”, dijo en su momento a Radio Biobio el presidente de la Coordinadora de Pescadores Artesanales de la zona, David Castro.

También en Lebu, el pasado primero de febrero, cuando pescadores se tomaron la plaza de la comuna y cortaron las rutas de acceso con barricadas en protesta por la nueva ley de pesca. ¿Las razones? Las mismas. Según los pescadores la ley les entrega en bandeja el mar a los grandes empresarios y deja migajas a los artesanales.

Arde Aysén

Pero las movilizaciones en Aysén son por un poco más que por la devastación de la fauna marítima por acción de la pesca de arrastre. “El otro tema es el combustible, sumamente alto el precio. Los trabajadores han estado convocando en función de esas demandas”, afirma Patricio Contreras, Presidente de la Federación Estudiantes de la Universidad de los Lagos, quien ha seguido las movilizaciones sociales en la zona. “El otro día hubo un cacerolazo, y ayer una marcha con más de 1000 personas en Puerto Aysén, que es harto para una ciudad de 20 mil”, dice Contreras.

“¿Cuál es el beneficio que tenemos cómo zona extrema? ¿Castigarnos con el alza de los combustibles, con el tema de la luz y el agua? Vamos privatizando y privatizando ¿y el consumidor qué? ¿El que hace patria aquí no tiene derecho a beneficiarse de estos recursos?”, se pregunta Marcos Silva. Dice que la vida es cada vez más difícil en esa zona austral, y que no cuentan con los subisidios necesarios para subsistir.

“Un ejemplo muy simple. Un adulto mayor recibe una pensión de gracia de 75 mil pesos. Entre luz y agua en el mes se gasta 50 lucas. ¿Quién puede vivir con 25 lucas si el kilo de manzanas te sale 1200 pesos? La desigualdad social en la región es total”, sentencia Silva.

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