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Opinión

27 de Febrero de 2012

“Los que señalan a Bachelet como una asesina, lo hacen con una mezcla entre fanatismo e ignorancia”

Por estos días, el ex ministro de defensa de Michelle Bachelet, ha pasado de sus clases de historia a convertirse prácticamente en el rostro de la defensa oficial de la ex presidenta ante los embates de la derecha por su posible responsabilidad política por el manejo de la crisis tras el terremoto y la fallida […]

Daniel Belmar
Daniel Belmar
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Por estos días, el ex ministro de defensa de Michelle Bachelet, ha pasado de sus clases de historia a convertirse prácticamente en el rostro de la defensa oficial de la ex presidenta ante los embates de la derecha por su posible responsabilidad política por el manejo de la crisis tras el terremoto y la fallida alarma de tsunami durante la madrugada del 27 de febrero del 2010.

El ex vocero de gobierno recibió a The Clinic Online en su tranquila casa de Las Condes. Su colección de soldaditos de plomo y una biblioteca con doscientos libros de historia militar, hacen pensar en la casa de un General retirado. De alguna forma lo es. A Vidal no le molesta la comparación y confiesa seguir amando a los militares. Fue cadete de la Escuela Militar, militó en las juventudes nacionales y conoció a famosos torturadores como Álvaro Corbalán y Armando Fernández Larios.

¿Qué fue lo que pasó la noche del 27 de febrero en el Shoa?
-El Shoa tuvo un gran acierto al decretar la alerta del tsunami y un error que tapó todo ese acierto: bajar la alerta. Y ese error se mantuvo en las horas. Ante los requerimientos de la presidenta, reiteradamente dijeron que no había alerta de tsunami.

¿Por qué no entendieron un mensaje tan claro que enviaron desde el centro de alertas de Estados Unidos?
-Eso es incomprensible y se está investigando. Imagínate que los norteamericanos llamaron tres veces a Chile. La explicación que da la gente del Shoa es que no tenían convicción sobre lo que realmente estaba ocurriendo. Pero si se dedican a eso… es algo impresentable. Sobre todo bajar una alerta que ellos mismo habían dado. Esa contradicción confundió posteriormente a todo el mundo.

¿Incluso a Bachelet?
-Claro. La presidenta llamó a Juan Fernández y allá le dijeron que había pasado una ola de 18 metros, la que arrasó con la mitad del pueblo. Después, Bachelet llamó al jefe del Shoa y ahí le dijeron que no era una ola de 18 metros, sino que de 18 centímetros. Eso te demuestra lo equivocados que estaban. En el Shoa se defienden explicando que le fallaron los mareógrafos, que no tenían contacto con las capitanías de puerto; etc. La verdad es que son puras excusas impresentables.

Pero ¿Por qué Bachelet no se guió entonces por otras fuentes distintas al Shoa?
-Porque en un cataclismo de esa envergadura, el quinto en la historia de la humanidad, solo se debe confiar en el apartado técnico. Y la información que el Shoa y la Onemi traspasaron al escalafón político fue errónea y contradictoria.

¿Quiénes tienen la responsabilidad entonces?
-Como ya dije, el Shoa y la Onemi. La Onemi es responsable al no avisar en aquella fracción de tiempo en que la alerta estuvo arriba, porque la misión de la Onemi no es interpretar lo que dice el Shoa, sino que difundirlo. La suma los errores de ambos te llevan a la secuencia completa.

Pero si no existe ninguna responsabilidad política ¿Por qué está siendo procesado Patricio Rossende?
-Eso me llama la atención. Porque Rossende, a las cinco de la mañana, dio una entrevista a TVN en la cual le preguntan si es que hay tsunami o no. Rossende responde que no, pero eso no fue por que se le ocurrió a él. Fue la información que tuvo escuchando las transmisiones del Shoa, quienes habían bajado la alerta de tsunami.

¿Qué responsabilidad puede haber tenido Michelle Bachelet en el tardío anuncio del tsunami?
-Ninguna. Porque la conductora política tiene que tomar decisiones en una circunstancias como esa en base a los escalones técnicos que le dan la información. Entonces no puede tener responsabilidad política alguna.

¿Por qué Bachelet no se refirió al maremoto en estos días que estuvo en Chile?
-No tengo idea porqué, porque no hablé con ella. Pero tengo la impresión de que lo correcto es lo que hizo, porque en tanto ex presidenta ella habló sobre este tema ante las dos instancias oficiales. Cuando fue requerida por la comisión investigadora de la cámara, no fue, porque tiene el privilegio de no ir. Pero respondió el cuestionario completo por escrito. Lo segundo, habló siete horas en el interrogatorio por parte de la fiscal huerta en diciembre de 2010.

Pero ¿Por que le siguen pidiendo explicaciones a Bachelet?
-No sé. Y no tiene que dar más explicaciones. Imagínate que la conclusión de la comisión investigadora se basó en dos informes. Uno de esos fue elaborado por la derecha y en él se responsabiliza a Bachelet no por el maremoto, sino que por el atraso en la dictación del estado de excepción que permitía a las Fuerzas Armadas salir con fusiles. Eso te demuestra que ni la propia derecha le atribuye responsabilidad política a Bachelet por el aviso de alerta en al maremoto, sino que por un tema derivado.

¿Qué responsabilidad puede haber tenido usted como Ministro de Defensa? ¿Hubo falta de coordinación con los militares?
-Yo no tengo responsabilidad alguna y en general estoy satisfecho con la labor de los militares. En mi opinión, las Fuerzas Armadas tuvieron dos errores y cincuenta aciertos. El error obvio fue el de la armada con el Shoa. El otro error, fue el hecho de que la FACH tenía los helicópteros pero no los pilotos que se requerían. Esos fueron sus errores. Pero sus puntos positivos fueron varios en los días posteriores. Sin las FFAA y sin Bachelet en su conducción el país no se levanta, porque la situación era catastrófica.

¿Qué siente cuando hay gente que señala a Bachelet como la culpable de casi 600 muertes tratándola como si fuese una asesina?
-Los que señalan a Bachelet como una asesina, lo hacen con una mezcla entre fanatismo e ignorancia. Tanto es así que los formalizados por la fiscal están bajo la figura del cuasi delito de homicidio. Esa figura penal implica que no hubo dolo ni intención y es solo producto de un error. Yo en Twitter me di cuenta de los dichos horribles en que trataban a Bachelet de asesina. Esos comentarios son pura pasión e ignorancia. Distinto es el caso de la derecha en lo setenta y ochenta, en que los asesinatos se dieron con planificación.

¿Por qué todos los políticos de derecha le han tirado tanta mierda a Bachelet?
-Hinzpeter lo único que hace es tratar de echarle la responsabilidad del maremoto a Bachelet. Piñera hace lo mismo. El proyecto estratégico de la derecha, después de estar veinte años en la oposición, no es estar cuatro años en La Moneda. Para consolidar su modelo excluyente y regresivo, requieren entre ocho y doce años. Es decir, dos o tres gobiernos. La única persona que los deja con solo cuatro años es Michelle Bachelet. Ella es la única persona que puede transformar a esta derecha en un apenas un lapsus en la historia de Chile. Eso no lo hace ni Andrés Velasco, ni Ximena Rincón, ni Ricardo Lagos Weber, Walker, ni Orrego ni MEO. Bachelet es la única que puede ganar.

Por parte de la derecha ¿Quién enfrentaría mejor al Bachelet?
-La derecha tiene tres candidatos. Los que ya están desplegados son Pablo Longueira y Golborne. Allamand también es candidato, pero ha sido más inteligente, porque no lo explicita y potencia su figura conduciendo defensa con una política de Estado. Además, no entra en la chimuchina. Tiene una visión más de estadista. En ese cuadro, para la derecha lo que haga o no haga Bachelet es determinante. Si Bachelet decide ir, el candidato más competitivo es Golborne. Pero si Bachelet decide no ir, muere Golborne. Le van a hacer sandwich de potito entre Longueira y Allamand.

¿Le reconoce algún mérito a Golborne?
-Por ahora ninguno. Golborne se lanzó en campaña hace una semana en El Mercurio. Su diseño de campaña fue atacar a Bachelet por el 27 F y además, hacer una comparación patética entre él y su autobombo con los 33 mineros y el terremoto. Golborne tiene la estupidez de comparar a los 33 mineros con el quinto cataclismo más grande en la historia de la humanidad.

El facho arrepentido

Cuando estuvo en la escuela militar ¿Le pareció que Álvaro Corbalán era una persona normal?
-Sí, parecía un buen tipo. Aunque con algunas características especiales. Para ser preciso, cuando yo era cadete de primer año, Corbalán era muy conocido por dos razones. Una, por ser bueno para las fiestas y tocar guitarra. Pero la otra, es que Corbalán salía las noches de los sábados a recorrer las fiestas, las discotecas, las Kermes de los colegios; con una libreta en la mano. Lo hacía para pillar a los cadetes que violaban el reglamento y andaban de civil. Desde chiquitito fue acusete.

¿Por qué cree que una persona normal puede convertirse en un torturador?
-Yo creo que esas aberraciones que cometieron determinados miembros de las fuerzas armadas se explican porque las Fuerzas Armadas se encontraban aisladas de la sociedad y porque se fueron ideologizando a partir de la influencia de los Estados Unidos en la Guerra Fría. La suma de ambos procesos, más la polarización del país, conducen a que se lleven a cabo aberraciones tales como torturar a los propios compatriotas.

¿Se arrepiente de haber sido de derecha en su juventud?
-No me arrepiento para nada, porque eso es parte de la historia de uno. Lo importante para mí es haber aprendido qué me pasó. Yo estuve en un colegio muy autoritario como el Liceo Alemán, después en la disciplina de la Escuela Militar y el conservadurismo de la Juventud Nacional. Pero después pensé distinto. Aunque esas son experiencias que me han sido muy útiles para todo lo que he hecho después. Porque conozco a la gente de derecha.

¿Estudiar historia en el pedagógico fue lo que cambió su ideología política?
-Sí, pero de una forma bastante particular. Los militares y la DINA estaban en el pedagógico. Habían puesto a profesores pro Pinochet y los estudiantes de izquierda sufrieron una fuerte represión. Pero los propios estudiantes indagamos por nuestra cuenta otra versión de la historia y ahí conocimos el marxismo. En ese momento ocurrió mi giro político.

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