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Opinión

5 de Marzo de 2012

Crear uno, dos, tres… Aysén

Foto: Agencia UNO He pasado gran parte del verano matando moscas, uso para ello mi matamoscas, de plástico, y he alcanzado cierta experticia en la operación, tanto de revés como con el golpe diestro, y también cazándolas en el aire. Es la arrogante superioridad de nuestra especie. Lo demás no fue mucho, terminar por tercera […]

Marcelo Mellado
Marcelo Mellado
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Foto: Agencia UNO

He pasado gran parte del verano matando moscas, uso para ello mi matamoscas, de plástico, y he alcanzado cierta experticia en la operación, tanto de revés como con el golpe diestro, y también cazándolas en el aire. Es la arrogante superioridad de nuestra especie. Lo demás no fue mucho, terminar por tercera vez una cagada de novela y participar de un par de encuentros librescos en el litoral. Claro que, lejos, lo mejor del verano fue rematar con el Roc & DyR de Llolleo, un evento organizado por la Asamblea Ciudadana de San Antonio en defensa de nuestros espacios públicos y nuestro patrimonio territorial, amenazados por la empresa portuaria, el municipio y el gobierno (Estado chileno), que vale callampa.

En el evento actuaron nuestros artistas locales, como Chinoy, Cactus, Tito Yáñez y Juan Quena, y también vino La Legua York, entre otros. La producción artística la hizo La Congo Récord, que es un estudio de grabación del barrio (ver página Rock & DYR). Todos compañeros artistas de la zona, demostrando la hegemonía de la cultura en la lucha emancipadora, al menos en la zona central, incluido los mensajes políticos de artistas invitados al festival de Viña. Y aquí estamos, preparando las movilizaciones que se avecinan, ya partió la gloriosa Patagonia.

En el proceso en que estoy, pasar agosto es todo un objetivo que empieza a gestarse pasadito el maldito verano. La más publicitada estación del año, al menos en donde yo vivo, nos da mala calidad de vida. El litoral central es invivible, nuestra tradición de balnearios turísticos de mediopelaje, incluido Rocas de Santo Domingo con su cuicaje ordinario, deja mal parado al verano que antes no era tan malo, cuando existía el otro Chile vacacional, el del campo precordillerano y las aventuras en las serranías y en los valles sobre un caballo alazán o recorriendo en afán naturalista la ribera de un río caudaloso en ruta inexorable hacia el mar. Sólo un día fui a la playa de Rocas de Santo Domingo, que es la que me queda más cerca de Llolleo, y el agua estaba exquisita, lo que es muy raro, me bañé como hace muchos años no lo hacía. Fue algo casual. En general el verano para mí es deprimente, no conozco la experiencia del verano vacacional, excepto por la congestión vehicular y la imagen tortuosa de gente y vehículos impidiendo el flujo vehicular. Es horrible vivir en una zona que una porción despreciable de chilenos usa para tomarse vacaciones de verano, porque está relativamente cerca de Santiago. Yo no sé lo que es veranear, si alguna vez lo hice no me acuerdo, creo que cuando niño mi familia me llevó a veranear a un lugar muy parecido a Llolleo, quizás sea la misma ciudad. Encuentro que tomarse vacaciones veraniegas es muy ordinario, y para nada es un descanso, todo lo contrario, es sumamente tensional.

El otoño sigue siendo el mejor periodo del año, que es el tiempo de cosechas. El llamado periodo estival es en definitiva la no verdad que nos somete a un invierno permanente, es la ilusión de felicidad que nos hace doblar los consumos y la sensación de transitar por el endemoniado paraíso. Hay que agradecer la movilización de Aysén por matarnos el verano, ahora hay que afilar los cuchillos. Acá estamos tan aislados como Aysén a nivel de presencia del Estado y de injusticia distributiva, y con los peores índices económicos, a sólo una hora y media de Santiasco. A los que vivimos en el centro del país nos tienen controlados, porque somos más pobres, nos manipulan con dádivas y nos conformamos con propinas.

Mucha gente parece haber renunciado a su dignidad de ciudadanos conscientes. Los puertos de Valparaíso y San Antonio debieran ser tomados por su población para que este gobierno renuncie y podamos cambiar de situación, pero eso hasta ahora está lejos de ocurrir. Y no me refiero al protagonismo escénico de los tiradores de piedras ahuevonados que se ponen pasamontañas y que pretenden ser los vedetos del proceso revolucionario (ideologizados fachoizquierdistosos y unineuronales), sino que nos referimos a las organizaciones comunitarias y ciudadanas dignas en proceso de movilización, que debieran ser los protagonistas. Lamentablemente, por culpa de la perra Concertación, tenemos muchas viejas culiadas, dirigenteando, manipuladas por alcaldes criminales o por aparatos análogos. Hay que recuperar la ética básica de la organización social. Por eso, reiteramos, gracias Aysén por devolvernos la esperanza, hay que patagonizar Chile. Hace rato que la Patagonia saca la cara por esta cagada de país. ¡Qué pasa norte minero, están felices con el Royalty que no se mueven! Así como cuando yo era chico los revolucionarios de la época gritaban: “crear uno, dos, tres Vietnam”, hoy a que decir, “crear uno, dos, tres Aysén”.

Y por último, ¿pueden los escritores charchetudos seguir escribiendo huevaditas cursi, determinados por la maraca destinación autoral, pajera y ególatra, como si aquí no hubiera pasado nada? Respuesta: sí, y lo van a seguir haciendo. Y a lo más unas notitas de apoyo tibio con la marca de lo políticamente correcto. Lo único que espero es que a los poetas no se les ocurra recitar en las manifestaciones. Hagan lo que hacemos nosotros acá, intérnense en las organizaciones sociales.

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#Aysén#Che Mellado#Vietnam

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