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Cultura

6 de Abril de 2012

Las partes más califas de la Biblia

Lot y sus hijas Los del Antiguo Testamento si que la sabían hacer. Mucho cecso, mucho Dios vengador, mucha sangre, mucha norma para después poder quebrarla. Supongo que en el tiempo de Lot ni siquiera había normas. Sólo había sangre, cecso, Dios. Lot es feimus por 1. Ser sobrino de Abraham. 2. Haberse salvado de […]

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Lot y sus hijas

Los del Antiguo Testamento si que la sabían hacer. Mucho cecso, mucho Dios vengador, mucha sangre, mucha norma para después poder quebrarla. Supongo que en el tiempo de Lot ni siquiera había normas. Sólo había sangre, cecso, Dios. Lot es feimus por 1. Ser sobrino de Abraham. 2. Haberse salvado de la destrucción de Sodoma y Gomorra. 3. Ser el marido de la señora que miró hacia atrás y se convirtió en estatua de sal. Pero Lot debiera hacerse famoso por esto: después de quedarse sin mujer, se queda con sus hijas (ji) en una cueva -la versión bíblica de quedarse con alguien en una isla desierta- y las hijas dicen algo así como “Lot está viejujo, no hay otro hombre en el universo, emborrachémoslo para culiar con él y así poder tener hijitos”. Siguiente escena: Lot borracho, haciéndose el huemul con que sus hijas son sus hijas y las hijas -muy felices- turnándose para montar la pirulita del padre. Y ojo que ésos si que eran buenos tiempos: Diosito no las castiga y no lo castiga. El que quiera leerla completa, vaya acá: Génesis 19:30-38.

David y Jonatan

David -el mismo chiquillo que se piteó a Goliat- es el más gozador de toda la Biblia. Tiene ochocientos millones de esposas, alaba en pelotita a Jehová y protagoniza el -creo- único episodio cola de la palabradedios. Los evangelions o catoliqués dirán que sólo son amigos pero el asunto es que David y Jonatan, el hijo del mega enemigo de David, se quieren mucho. Tanto, que hacen pactos de sangre pero versión Antiguo Testamento (empelotarse y pasarle el manto al otro, por ejemplo). Tanto que cuando muere Jonatán, David se tira la siguiente frase: “Angustia tengo por ti, hermano Jonatán, que me fuiste muy dulce, más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres”. Chan.

David y Betsabé

David, otra vez, porque le gustan las de pino y las de queso. Acá ya está más grande, ya es rey, ya puede tirarse a la mina que quiera, así que cuando ve a Betsabé bañándose en pelota en un río cerca del palacio -y la encuentra guapa, guapa, guapa así que pregunta quién es, le dicen que está casada, le importa una pirula y pide que se la traigan. La Biblia, como es sutil, dice así: “Y la tomó; y vino a él, y el durmió con ella”. Acto seguido, Betsabé está embarazada (la historia es bien terrible eso sí y la pueden leer en 2 Samuel 11).

Los hijitos de David

Entre los muchos hijas califas que tuvo David, hay dos particularmente jorni: Salomón (también tuvo mil millones de esposas) y Amnón. Amnón está caliente. Está caliente por su hermana, Tamar. Está tan caliente que no le importa que sea su hermana. Tan caliente, que arma un plan para tirársela: hacerse el enfermo, pedirle a la hermana que lo vaya a cuidar y culiársela. Y lo hace: se hace el enfermo, le pide a la hermana que le cocine no me acuerdo qué, le pide que se lo deje en la cama y se la tira. Deshonra para la hermana. Otro de los hermanos se enfurece. Furioso, se pitea a Amnón. Así son las soluciones bíblicas.

Cantar de los Cantares

Esta hueá no es un episodio. Es un libro COMPLETO. Y el que crea en esa idea de que el libro es una metáfora de la relación Cristo-Iglesia mejor leáse estos versículos:

1: 2 ¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino.

3: 1-5 Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; Lo busqué, y no lo hallé. Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; Por las calles y por las plazas Buscaré al que ama mi alma; Lo busqué, y no lo hallé. Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, Y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma? Apenas hube pasado de ellos un poco, Hallé luego al que ama mi alma; Lo así, y no lo dejé, Hasta que lo metí en casa de mi madre, Y en la cámara de la que me dio a luz. Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, Por los corzos y por las ciervas del campo, Que no despertéis ni hagáis velar al amor, Hasta que quiera.

4:11: “Miel y leche hay debajo de tu lengua”

Y bueno, mejor lean el libro entero porque es muy así.

La fiestoca que se perdió Moisés por andar escribiendo tonteras

En estos tiempos Dios se llama Yahvé y le pide a Moisés que suba un cerrito para escribir algo así como los diez mandamientos, versión 1. Moisés los escribe en tablitas de piedra, todo es luz, iluminación, etc etc, pero cuando baja ve que está todo el pueblodeisrael zandurungueando al lado de un becerro de oro, adorando a otros dioses y fornicando-fornicando-fornicando. Moisés se pica tanto que rompe las tablitas. Me gustaría saber que decía la versión 1 de los diez mandamientos.

Guerra de choriflais en llamas: Lea y Raquel

La Biblia es bien culiá: dice que Raquel es minoca y que Lea “tiene bonitos ojos”. Jacob (hijo de Isaac, hijo de Abraham) se casa con las dos (sí, así es la Biblia del Antiguotestamenti), se las tira a las dos (sí sí) pero sólo Lea puede tener guaguas. Raquel se pica, le pone emoeño y tiene una guagua a la que le pone un nombre que significa algo así como dios me venga de mi hermana. Lea se pica porque Jacob está más caliente con Raquel y más encima ahora Raquel también tiene guagua, así que también le pone empeño y tiene más guaguas a las que les pone nombres que significan cosas como chúpalahermana. Y así siguen en una guerra de choriflais ardientes en la que el más felizfeliz es Jacob.

Jesús y sus patitas limpias

En el nuevo testamento todo se vuelve fomeque. Se acaba el Dios sangriento y llega el Dios de amore, se acaba el sexosexo así que la escena más califeitor que podemos encontrar es más bien sensual: Jesús está haciendo no me acuerdo qué y llega una mujer “pecadora” (y si la biblia dice “pecadora” no es muy pelúo imaginarse cuál era su profesiound) a llorarle en las patitas, lavarle las patitas con un frasco de perfume, darle besos en las patitas, lavarle las patitas con el pelo.

Y, ahora que lo leo de nuevo, pienso que más bien parece una de esas cosas raras como las que les gusta hacer a los japanis cuando fornican.

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