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Opinión

10 de Abril de 2012

“Yo me salvé de ser un Zamudio”

Hace poco más de dos años Juan Carlos García quedó inconsciente luego de sufrir una violenta golpiza por parte de Raúl Alfonso López Fuentes, uno de los imputados por el homicidio de Daniel Zamudio. El joven de 24 años, a quien le robaron su ropa y zapatos esa noche del 20 de enero de 2010, declaró en un juicio abreviado que terminó con la condena a presidio remitido de 541 días para el "Gacke II", apodo con el que se le conocía en la calle a López. García, luego de ver las fotografías que se conocen de Daniel tras su asesinato, sabe que la sacó barata y mira con escepticismo el futuro de este caso. "A mi me sacaron la chucha y terminaron firmando. Esto no va a cambiar nada", afirma.

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
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Juan Carlos García (24) pudo ser un Daniel Zamudio hace poco más de dos años. Lo supo el viernes pasado, cuando se enteró que el mismo Raúl López Fuentes que lo pateó en el suelo la madrugada del miércoles 20 de enero de 2010 es uno de los imputados por el homicidio del joven gay que falleció hace dos semanas.

García venía con algunas copas demás, caminando pasadas las tres de la mañana por Apoquindo con Manquehue. Iba a su casa unas cuadras más abajo cuando un grupo lo invitó a seguir tomando. Venía de un carrete y no vio ningún problema en seguir un rato más con los cuatro cabros que tomaban vino a esa hora al borde del Apumanque.

López, el pelado con una pinta “medio skin” según García, fue el que lo invitó directamente y le convidó de lo que estaban tomando. “Hablamos de la noche, de cómo estuvo el carrete ese día. Nada relevante”, dice García. Nada mal para terminar, pensó él. Hasta que una frase del pelado simpático lo descuadró.

Nadie, ni siquiera Juan Carlos -en ese minuto de la noche- se habría imaginado que López se convertiría junto a Patricio Ahumada (Pato Core), Fabián Mora y el bailarín y coreógrafo Alejandro Angulo, en las personas más buscadas por la polícia luego de haber golpeado brutalmente a Daniel Zamudio.

García recuerda que esa noche iba todo bien hasta que el “Gacke II” le dijo que era “NS”: “Yo soy NS (nacionalsocialista)”, le dijo López. García se paró, los mandó a la cresta y les dijo que “eran puros ahueonaos”, que se iba. No alcanzó a caminar cinco pasos, se cayó solo -de lo curado que andaba- y antes de volver a levantarse le llegó un festival de patadas por todos lados.

El proceder es similar. García dice que lo golpearon en las costillas, en los pies y en la cabeza. “Punky culiao, te vamos a sacar la chucha conchetumadre” alcanzó a escuchar mientras se tapaba como podía. De ahí no se acuerda más. No tiene noción de cuánto tiempo pasó entre eso y que lo despertaran dos carabineros preguntando qué había pasado, ya sin su chaqueta de mezclilla y sin bototos, tirado en la esquina de Apoquindo con Camino del Inca.

“Me llevaron a la comisaría y ahí hice la denuncia. A la hora o dos, llegaron con mis cosas y los locos a la comisaría. Me las devolvieron, yo me fui y no los vi nunca más”, dice García.

¿Qué pasó después?
– Me llamaron cuatro meses después para decirme que tenía que ir a la Fiscalía a dar mi declaración. Ahí expliqué lo que había pasado y en eso quedamos. Leyeron mi declaración y yo la reafirmé. Me preguntaron que si quería seguir en juicio y les dije que no, que no servía pah ná aparte de seguir yendo meses a puro webiar al juzgado. Me llamaron después y me dijeron que este loco estaba condenado, que le iban a dar como tres años.

Firma mensual

Desde la golpiza, la justicia demoró dos meses en condenar al agresor. El 26 de marzo de 2010, después de un juicio abreviado y de haber estado un par de días en prisión preventiva, Raúl Alfonso López Fuentes, el Gacke II, fue condenado por robo con intimidación.

A pesar de registrar una detención por asalto con violencia a dos ciudadanos peruanos en Santiago Centro -el 6 de mayo de 2009-, López fue sentenciado a firmar durante 541 días de presidio remitido con firma mensual en la 17º comisaría de Las Condes.

De la golpiza a Zamudio ya habían pasado más de seis meses de la última firma. López, hijo de un cabo primero de Ejército, con un prontuario con varios delitos por robo, hurto y hasta un confeso odio hacia extranjeros y minorías, fue el que ese día invitó a García a seguir bebiendo, cree este último, con clara intención de pegarle o robarle.

Por eso él piensa que se salvó de algo más.

“Antes que pasara esto el loco fue buena onda. Era un pelao pa’ mi, medio skin, pero nada más. Fue hasta simpático. Antes que me dijera que era ‘NS’ no hablamos ningún tema trascendental que pudiera hacer saber qué era o que quería. Fue de la nada.

¿Tú crees que te invitó para pegarte después?
– Yo creo que sí. Alguna intención debe haber tenido porque me invitó a tomar primero y después me terminó pegando.

¿Te gritó cosas xenófobas o racistas mientras te golpeaba?
– Todos, porque las minas que estaban con él yo sentí que me sacaron la chaqueta. Yo no me podía defender, estaba tirao’.

¿Cuando supiste lo que pasó, no pensaste que te podría haber pasado lo mismo?
– Sí, de más que sí. Me he encontrado otras veces en situaciones así, pero a lo más piedras tiradas desde lejos y eso. Nada tan personal como lo que ocurrió con este cabro.

¿Es muy común acaso?
– En la calle de repente te encontrai’ con hueones así y depende poh. No te vay a parar con el medio pescao’.

¿Qué hiciste cuando te enteraste que el mismo que te pegó está inculpado?
– Cuando supe me puse a revisar el facebook de los locos y vi a un pelao que vi que podría representar lo que estos hueones piensan. Los demás tenían pinta como de emo, a excepción de este loco que aparece con chaqueta aviadora y bototos. Los otros se veían piola, no parecen tener más relación.

¿Por qué crees que lo hicieron?
– Yo creo que estos hueones hacen esto porque quizás tienen rabia consigo mismos. Se desquitan con los demás por cosas que le pasan a ellos. Miedos, hueas que los asustan. Así pasa generalmente.

Zamudio es ahora un ícono de la discriminación en Chile. ¿Crees que vaya a cambiar en algo este caso?
– Esto pasa porque los medios lo tratan así, pero nunca ha dejado de pasar. No con este ensañamiento, pero sí pasa. Nosotros sabemos a qué tocatas no podemos ir porque te encontrai’ con pelaos, asi que mejor evitarlos. Me han contado de tocatas que a la salida hay que correr pa’ que no te llegue un piedrazo.

¿Pudiste pasar lo mismo, lo has pensado?
– Sí, claro, yo me salvé de ser un Zamudio pero siempre hay peligros en la calle. Lo demás que salga en la tele, por eso la gente se conmueve, pero los que lloran a Zamudio son los mismos que lloraron a Camiroaga. A mi me sacaron la chucha y terminaron firmando. Esto no va a cambiar nada.

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