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Mundo

11 de Mayo de 2012

¡Hollande, qué Talca!

En la redacción me pidieron que escribiera sobre Sarkozy, pero preferí hacerlo sobre la mesita del avión. Llevo poca plata, y para colmo en París no aceptan CMR. El aeropuerto francés está plagado de inmigrantes africanos y ninguno supera los 23 años. Todos mueren a los 22 . Desayuno algo ligero, dos Ravotril, un litro […]

Karin Ebenspermen
Karin Ebenspermen
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En la redacción me pidieron que escribiera sobre Sarkozy, pero preferí hacerlo sobre la mesita del avión. Llevo poca plata, y para colmo en París no aceptan CMR. El aeropuerto francés está plagado de inmigrantes africanos y ninguno supera los 23 años. Todos mueren a los 22 . Desayuno algo ligero, dos Ravotril, un litro de champagne y parto a la asunción presidencial.

Mientras el taxista me lleva al Arco del Triunfo, donde atajó Charles de Gol, diviso la gran bandera tricolor. Cuando el chofer me pregunta si me gusta la francesa, le digo orgullosa que prefiero la chilena, y entonces se sube el marruecos del pantalón.

Ya en el cambio de mando, me doy cuenta de que Sarkozy y Bruni son muy diferentes a como me los había imaginado. Sarkozy es hombre, y Bruni es mujer. Ella tendrá muy linda voz, pero se ve que no le enseñó a entonar porque Sarkozy no pudo cantar victoria.

Debemos aprender de los franceses: ellos están felices de que ahora los gobierne un holandés, hace muchos años celebraron cuando los gobernaron los alemanes, incluso una vez a España, en vez de un español, lo gobernó un franco.

Un ejemplo que deberíamos adoptar los chilenos, donde a los extranjeros solo les permitimos dirigir la selección nacional, y a las multinacionales solo conducir el país. Un caballero galo me felicita por mi deducción, y me dice que tengo tanta cabeza como María Antonieta.

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#Francia#Hollande#Sarkozy

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