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Poder

23 de Mayo de 2012

Los hombres de Golborne en la UDI

El ministro de Obras Públicas insiste una y otra vez: no soy candidato, no sigan con eso que la gente está aburrida, pero por debajo de la mesa, Laurence Golborne ha estado moviendo sus fichas para estrechar lazos con la Unión Democrática Independiente, su más probable plataforma política. Para esto, el ex gerente de Cencosud […]

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El ministro de Obras Públicas insiste una y otra vez: no soy candidato, no sigan con eso que la gente está aburrida, pero por debajo de la mesa, Laurence Golborne ha estado moviendo sus fichas para estrechar lazos con la Unión Democrática Independiente, su más probable plataforma política.

Para esto, el ex gerente de Cencosud no solo ha tenido una serie de encuentros con miembros de la UDI, como el almuerzo que tiene fijado con un grupo de parlamentarios del partido -tentativamente- para comienzos de junio, sino que ha estrechado sus lazos con una serie de personeros de la tienda que desde la candidatura de Joaquín Lavín en 1999 no ha vuelto a tener una carta con posibilidades de llegar a La Moneda.

Pero para llegar hasta allá -o al menos intentarlo- el hombre que quiso castellanizar su nombre para aumentar su reconocimiento entre los chilenos sabe que necesita de un partido político que pueda canalizar su popularidad hacia los votantes con una maquinaria política que por su cuenta se demoraría años en articular de manera independiente.

Con Pablo Longueira trabajando para evitar que el ex gerente sea ungido como candidato, Golborne ha comenzado a operar para que su colega de Economía no le gane la partida por el sólo hecho de ser militante, como insistido hasta el cansancio Longueira en sus encuentros con el presidente del partido, Patricio Melero.

El impulsor del Costanera Center tiene varios contactos en la tienda de Jaime Guzmán, pero sin duda uno de los factores determinantes en su cercanía aI partido es su relación con uno de los pesos pesados de Suecia 286 en las sombras: Juan Antonio Guzmán. El ingeniero químico fue su profesor en 1981 cuando estudiaba en la Universidad Católica y a lo largo de su vida profesional Golborne se ha vuelto a topar con él, forjando una relación de maestro/pupilo que derivó en una estrecha amistad hasta el punto en que son socios en el restaurante Oliva Limón de el Alto las Condes.

Sin embargo, los contactos de Golborne con el partido encabezado por Patricio Melero no se concentran precisamente en el sector que representa Guzmán, sino que se han centrado en las juventudes del partido, especialmente en José Antonio Kast, el flamante secretario general de la tienda.

Según fuentes de la UDI, el rol de Kast en el ungimiento definitivo de Golborne como candidato de la Alianza ha sido sencillo: decir todo lo que los coroneles del partido que apoyan al ministro no pueden por no hacer un desaire a Pablo Longueira. Así, explican, tanto Joaquín Lavín como Pablo Zalaquet estarían operando a través del diputado para convencer a quienes aún creen en las posibilidades del ex senador por Santiago Oriente de que solo Golborne podría mantener a la derecha en el poder.

El otro colorín
Lo de Kast fue evidente desde el inicio de su gestión en la mesa directiva del partido. A dos semanas de tomar la secretaría, el diputado dejó muy en claro en una entrevista con La Segunda que Golborne encarnaba todo lo que la UDI quería para el país: un hombre que a través del esfuerzo logró salir adelante. Una idea fuerza planteada hasta el hartazgo por el propio Lavín y que incluso hoy ha implementado en sus políticas desde el ministerio de Desarrollo Social: solo el que se esfuerza y cumple las metas recibe los bonos del gobierno.

Actualmente, para la UDI solo hay dos candidatos en carrera: Bachelet y el propio Golborne, ya que a su juicio las elecciones municipales de octubre actuarían a manera de primarias, despejando una vez más que en la derecha la tienda de Jaime Guzmán tiene mayor poder, dejando a Andrés Allamand en el camino.

Incluso, en el gremialismo se burlan de las posibilidades del ministro de Defensa, alegando que hasta Marcela Cubillos sería mejor candidata que su marido.

“No se entiende la queja de RN cuando dicen que Allamand tiene un Fiat 600 para competir contra Golborne, que sería un Ferrari. Se olvidan que Bachelet salió del mismo ministerio donde hoy se desempeña Allamand: Defensa”, comenta un UDI. Y agrega: “A diferencia de Allamand o de Longueira, Golborne contesta el teléfono, no hay que pasar por intermediarios. Así se ha ganado a la juventud UDI y de paso le ha sacado la mitad a Allamand en RN”.

Frente a la competencia interna, señalan, primarían el pragmatismo y las encuestas -como ha sucedido tradicionalmente-, campo en el que Longueira no tiene mayores posibilidades, especialmente después de que la CEP de abril ni siquiera lo ubicara dentro de los candidatos con un 1% de menciones entre los favoritos de los chilenos para reemplazar a Piñera. Así, la promesa para el titular de Economía sería una vez más esperar a la próxima elección: Longueira 2018.

“No se me haría raro que fuera el propio Pablo el que finalmente proclamara a Golborne como el candidato de la UDI”, dice un miembro del partido que ve en el populismo de Longueira terreno fértil para que sea uno de los primeros en subirse al carro de la victoria.

Aunque en la UDI reconocen que Golborne no ha movido un pelo para fortalecer su opción presidencial por el partido, militantes reconocen que el ministro se reúne periódicamente con el alcalde de Santiago a quien conoce desde que este era parte del Comité de Ética de la Confederación de la Producción y Comercio. Según explican, Zalaquett no sólo estaría haciendo un trabajo de hormiga a favor de la opción de Golborne, sino que además podría actuar como su asesor comunicacional, un campo en el que Zalaquett se maneja al dedillo y cuenta con basta experiencia, ganada durante sus años como socio director de la agencia de comunicación estratégica Hill & Knowlton Captiva.

Pero lo suyo con la UDI, por el momento, se limita a reuniones acotadas, entre una o dos personas, y hasta el momento no ha llegado al punto en que el ministro aparezca en las cenas privadas del partido.

Factor Coloma

Así, dentro de la UDI son pocos los que creen que hay que priorizar a un militante por sobre un independiente para encarar las próximas elecciones presidenciales. Sin embargo, los que aún no están convencidos son militantes de peso de la vieja guardia, como el caso del propio Melero o Andrés Chadwick. En el caso de Jovino Novoa, explican, la balanza siempre se va a inclinar hacia el que aparezca primero en las encuestas.

Sin embargo, el hombre de los mineros es resistido entre los sectores más conservadores del partido -en parte por declararse abiertamente agnóstico-, algo que Melero le dejó muy en claro desde su entrada a la directiva de la UDI, cuando señaló en una entrevista que Golborne tenía que ganarse el cariño del partido.

Sin embargo, Golborne tiene buena parte de la pega adelantada. El jefe de sus asesores territoriales es Juan Antonio Coloma Alamos, hijo del ex presidente del partido y encargado de organizar todas las salidas a terreno del ministro y con importantes vínculos familiares en el partido, pues no sólo conoce a los viejos personeros desde que era niño, sino que está casado con María Francisca Hoffmann, hermana de la diputada UDI María José Hoffman.

En el caso de su cercanía con Evelyn Matthei, en el partido reconocen que ambos ministros se han vuelto poto y calzón en el último año, pero le bajan el perfil al poder de la hija del general en la tienda de Suecia, toda vez que la ministra ni siquiera participa de las reuniones del partido y ella misma ventiló sus desencuentros con la directiva anterior. “Lo de Matthei es como un caballo loco, porque más allá de que apoye a Golborne, su motivación no es respaldarlo en sí, sino atacar a Longueira y Allamand”, explican.

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