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Mundo

18 de Junio de 2012

Los abuelos indignados toman las calles en España

Fuente: “Jamás pensé que tuviera que volver a la calle a luchar por nuestros derechos en España. Creí que esa época quedó superada tras la dictadura de Franco”, exclama indignado Ovidio Bustillo, de 59 años. Sus ideales le llevaron a la cárcel durante seis meses en 1975, el mismo año que murió Francisco Franco. Después […]

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Fuente:
“Jamás pensé que tuviera que volver a la calle a luchar por nuestros derechos en España. Creí que esa época quedó superada tras la dictadura de Franco”, exclama indignado Ovidio Bustillo, de 59 años.
Sus ideales le llevaron a la cárcel durante seis meses en 1975, el mismo año que murió Francisco Franco. Después quedó prófugo y clandestino en Barcelona.

“El día de Navidad leímos un manifiesto contra el servicio militar y por la objeción de conciencia dentro de una parroquia de Cataluña. Nos detuvieron por ello y nos llevaron a un horrible calabozo”, recuerda ahora Bustillo durante una protesta en el centro de Madrid por el rescate bancario a España.

Cuando ya creía que a su edad podría dedicarse a leer, disfrutar la naturaleza o estudiar el arte románico, se ve de nuevo protestando en las calles, rodeado de ocho furgonetas de la policía y ataviado con un chaleco amarillo fluorescente en el que se lee ‘yayoflautas’.

“Los yayoflautas somos un grupo de personas mayores que a raíz del movimiento 15M decidimos unirnos para demostrar que los jóvenes no están solos, y que aún estamos aquí para actuar”, dice Paco González, miembro del grupo de Barcelona, ciudad donde surgió la iniciativa.

“El nombre vino porque escuchamos a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP), decir de forma despectiva que los jóvenes del 15M eran unos ‘perroflautas’ (palabra utilizada para designar de forma despectiva a los jóvenes de aspecto hippie), entonces dijimos… pues nosotros somos yayoflautas (yayo significa abuelo)”.

Ahora los yayoflautas se han extendido por otras localidades de España y todos se identifican bajo la premisa de ser un grupo pacífico de adultos en acción. “Todavía estamos empezando pero ya somos cerca de 600 en total y hemos hecho nuestra primera acción colectiva ocupando a la vez en varias ciudades sedes de la entidad bancaria Bankia cuando fue rescatada”, explica González que forma parte de las juventudes de los yayoflautas con 60 años.

Acciones con experiencia

En la desobediencia civil pacífica es en lo que basan sus iniciativas. “Nuestra acción más fuerte fue la ocupación de la Consejería de Interior de Cataluña. Estábamos en desacuerdo con que hubiesen detenido de forma preventiva a jóvenes del 15M”, cuenta González. “A los yayoflautas nos se nos hace nada imposible”, añade.

“Ya tenemos aprendido cómo hay que actuar frente a la policía de cuando luchamos contra Franco. La idea es la misma que ejercíamos durante la dictadura. Convocamos la quedada en un sitio para despistarles, y después vamos hacia otro y allí protestamos”, dice Adrián Risquez, de 77 años, en un vídeo que han preparado los yayofautas de Cataluña para presentarse.

“Nosotros ya no estamos para carreras. No va ni con nuestra filosofía ni con nuestro cuerpo. Si algún policía quiere saber algo, hablamos y lo solucionamos de forma pacífica”, dice Bustillo. Aunque ahora la resistencia pacífica puede ser delito tras la nueva ley que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP), aprobó hace unos meses.

“Ahora los responsables políticos vuelven a tener la tentación de la represión y vuelven a pedir la documentación cuando se concentran 20 personas. Hace 30 años había menos miedo que ahora”, estima Bustillo, que tras salir de la cárcel por la Amnistía de 1976 siguió trabajando con el movimiento no violento en educación para la paz, haciendo talleres con niños. “Les enseñamos a resolver problemas sin violencia”, recuerda.

Para Bustillo, la transparencia política y financiera es fundamental. “Lo de la banca es absolutamente vergonzoso. Los malos gestores, los que nos han hundido, se han ido con millones de euros en prejubilaciones, y luego suben los impuestos para comprar el pan al que está en la miseria. En efecto, es indignante”, dice sofocado.

“Vamos para atrás”

“Los yayoflautas estamos viendo a diario como derechos que hemos tardado años en conseguir de forma pacífica se destruyen de un día a otro, con una simple ley”, dice Bustillo, que ha sido despedido de un centro privado de Atención al Minusválido en el que ha trabajado durante 26 años.

“Nos han despedido a mi mujer y a mí, que trabajábamos en la misma empresa privada. Ahora estamos los dos desempleados y por eso mis hijos no tienen acceso a la tarjeta sanitaria europea. Treinta años trabajando para no poder ofrecerle a mis hijos seguridad…”, suspira.

“Vamos para atrás”, grita otra de las yayoflautas en la protesta de Madrid que lleva un cartel con la foto del tío Sam en el que se lee. “FMI: Los viejos viven demasiado, nos salen caros. Quiero tu pensión ¡Ahora!”. La mujer calcula y dice a los compañeros… “¿Os habéis fijado? Hay al menos cuatro policías por cada uno de los manifestantes”, declara.

“¡Y que pagamos con nuestros impuestos!”, añade otra de ellas mientras reparte papeles con la dirección del blog y el twitter de los yayoflautas.

“He pasado de escribir con pluma y la tinta a tener que ponerme a aprender el twitter en el ordenador. Pensaba que ya esto no me iba a hacer falta, que podría por fin invertir mi tiempo a dedicarme a lo que me gusta, y ahora las plantas están medio secas porque no las puedo cuidar. Pero hace falta que volvamos a levantarnos para luchar otra vez por nuestros derechos”, concluye Bustillo.

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