Los videos de los bares del carrete que terminó con la muerte del soldado chileno en Haití

En una entrevista publicada por el diario El Mercurio, el cónsul chileno en Haití Diego Rivera reconoció que estuvo con el soldado de la Armada Guillermo Arévalo en un bar “no recomendable” la noche de su muerte”.

El diplomático contó que cerca de la medianoche invitó al militar al bar “Jet Set” junto a otro amigo y ahí estuvieron compartiendo hasta cerca de las tres de la mañana.

Video del Bar Jet Set de Petion Ville, el Bellavista de Haití

El bar está catalogado por la ONU como “no recomendable” y está ubicado en un sector donde abunda el comercio sexual.

Rivera dijo en el diario de Edwards que “yo los llamé, les dije: ‘Oye, juntémonos’. Nos juntamos con Marcelo, que es mi amigo chileno, y con Guillermo (el sargento que murió). Nos sentamos en una mesa, y me acuerdo que yo invité la primera ronda. Tomé Seven Up . Guillermo también, porque tenía que trabajar al otro día, y Marcelo tomó una cerveza. Estuvimos conversando de la vida; nos reíamos un rato; nos reíamos mucho, como en un club de Tobi”.

El cónsul siguió si historia diciendo que cerca de las tres de la mañana fueron con su amigo al pub “Barak” ubicado en la misma calle y está catalogado como “prohibido” por la ONU.

El carrete en el bar Barack es de alto calibre y generalmente se va a buscar mujeres al lugar

El diplomático reveló que el soldado fallecido se quedó en el primer local (Jet Set): “Me dijo ‘yo me voy a ir en un ratito más, porque voy a bailar tres temas antes de irme a acostar para dormir relajadito'”.

Una vez que estuvo solo, Arévalo se juntó en el “Jet Set” con un carabinero que forma parte de la seguridad de la embajada de Chile en Haití y ahí se habrían agarrado con un proxeneta, hecho que terminó con el primer uniformado herido a bala y con el carabinero con esquirlas de balas en sus piernas.

El cónsul se habría dado cuenta del hecho cuando salió del bar “Barak” y camino a la pensión donde reside. Luego de llegar al lugar donde habita, habría salido por unos hot dogs y ahí habría visto un vehículo donde estaba el sargento Arévalo sangrando, por lo que lo llevó al hospital donde falleció después.

El Mercurio dice que la versión del cónsul no es clara y se contradice con otras fuentes que dicen que el cónsul se percató del hecho cuando recién salía del bar “Barack”.