Hijo del “Padrino Aravena” la lleva en el barrio Bellavista

A medida que la fiscal Centro Norte Macarena Cañas avanza en la investigación por cohecho contra el ex director de Obras Municipales de Recoleta, Carlos Reyes, se acerca a una compleja red de corrupción que comienza a extenderse a niveles insospechados, no sólo por medio de empresas que pagaron coimas a través de Mercedes Contreras -la testaferro de Reyes, que usando la empresa Carpe Diem trianguló dineros otorgándole apariencia de legalidad-, sino con la aparición de una figura famosa en los 80: el Padrino Aravena, conocido como uno de los “barones” de la noche, entonces dueño del teatro Caupolicán y del ex teatro Teletón. Ese Aravena falleció y como todo hombre de esas lides, la descendencia es importante para seguir con los “negocios familiares”. El continuador es su hijo, José Aravena, cuya sombra se cierne sobre la investigación de la fiscalía que ya encontró algunas pruebas que podrían llegar a complicarlo.

La historia parece, a simple vista, un lío de vecinos con la discoteque Aliens, del barrio Bellavista, cuyo dueño es Aravena junior, quien la construyó en 2002, de acuerdo a la declaración de Sergio Retamales, vecino del local, quien asegura que obtuvo rápidamente el permiso de funcionamiento. El establecimiento, también conocido por sus frecuentes riñas, ha sido objeto de reclamos por los vecinos que aseguran que no pueden dormir por el ruido. Es por esto que recurrieron a la Clínica Jurídica de la Universidad de Chile y hablaron con la alcaldesa Sol Letelier, “pero no los pescaron”, reconoce Retamales en su declaración.

La razón de tanto ninguneo, según consta en la investigación, es porque Aravena mantenía una buena red de informantes en la sede edilicia. En la carpeta de la fiscal Cañas se lee: “…Esto nos consta porque los alumnos de la Clínica Jurídica hacían peticiones y Aravena lo sabía de inmediato”. “Si quiero cierro la Escuela de Derecho… y la Universidad completa”, amenazaba el hijo de “El Padrino” Aravena. Ante los problemas que enfrentaba, el hombre cortó por lo sano: se compró un departamento en el mismo edificio. “Nos dijo: les meto cien peruanos, a lo que respondimos que bueno, cocinan bien y mejoraríamos nuestra dieta. También nos dijo que haría un prostíbulo y compraría todos los departamentos”, testimonió Retamales.

No fue todo. El agua era prorrateada. Para presionar Aravena dejó abierta las llaves durante un mes día y noche. La cuenta fue de un millón de pesos. Los vecinos reclamaron a la municipalidad e, insólitamente, “nos dio un bono a cada uno con nuestro nombre para pagar la cuenta”, insistió Retamales. A Aravena nadie le dijo nada. La fiscalía sospecha de la operación, pero aún no entra en esa arista.

Después de tanto reclamar, Retamales habló con el director de contribuyentes de la municipalidad Jorge Quezada, quien le habría asegurado que no tomaba medidas contra Aravena, “porque había recibido golpizas”. De hecho, asegura Retamales, Quezada le cambiaba la numeración a una serie de locales para que siguieran funcionando.

Aravena, según el testigo, opera con otro empresario, Carlos Manzur, con quien está construyendo una segunda “Delfos”. Ambos tienen un local llamado los “ex ladrillos de Pío Nono”, que reabrió hace algunos meses, pese a que tenía un decreto de cierre de la Intendencia, que lo imposibilitaba para acceder a una patente de alcoholes. Por alguna razón que investiga la fiscalía, ahora la tiene. Según el testigo, Aravena usa una serie de testaferros para mantener otros negocios que no están a su nombre.

UNIVERSIDAD SAN SEBASTIÁN
La compra del departamento y el intento de adquirir otros, lo hizo una corredora de propiedades ligada a la Universidad San Sebastián, que funciona en Pío Nono con Bellavista, y que obtuvo todos los permisos en tiempo récord. La mujer, a quien no se identifica, es la misma que presionó a otro empresario del sector, Carlos Ovalle, para que vendiera un terreno para la casa de estudios.

Ovalle declaró que Reyes comía gratis en distintos restoranes de Recoleta y que le prestó un auto para sus vacaciones devolviéndoselo un mes después.
Las denuncias involucran el período del ex alcalde Gonzalo Cornejo, indagado por corrupción por la misma fiscalía, pero sobreseído por el caso GMA. Quien lo vincula con Reyes es Jorge Morales, otro vecino. Morales asegura que en Dominica 54 funcionó, por 10 años, un after hour clandestino, administrado por un sujeto llamado Patricio Pino, que reclamó a la municipalidad pero que la jefa de gabinete de Cornejo, Rocío Omegna, hacía desaparecer las denuncias. Morales asegura que cuando llamaban a Carabineros en vez de infraccionarlos, entraban, tomaban gratis y se iban. Otra vecina, María Paredes, aseguró que Pino mantenía maceteros con marihuana. “Puedo decir que Pino participa en una organización clandestina dentro de la comuna. Él arrendó el inmueble de Purísima 380 para sus matones”. La mujer lo vincula con Manzur y Aravena. “Estos sujetos tienen una importante influencia en el municipio y varios locales en el sector de Bellavista”.
Recuadros:

MUNICIPALIDAD SE SALTÓ LA LEY
El principal denunciante Fernando López, dueño de El Otro Sitio, apenas Reyes le pidió una coima de 35 millones, en noviembre pasado, fue a la municipalidad. Allí le indicaron que él denunciara. De esta manera, la edil violó la ley de los funcionarios públicos que deben denunciar dentro de 24 horas cuando se enteran de un delito.

GRABACIÓN SECRETA
En la carpeta de la fiscal, Mukara Bisharker debió enfrentar el intento de coimas de Reyes por $ 10 millones. No aceptó y llamó a su amigo Jaime Latorre, quien le dijo: “voy a grabar a este conchesumadre”, refiriéndose a Reyes. Se reunieron con el concejal Salvador Smok, quien escuchó la grabación donde Reyes pide dinero. Hablan con Ricardo Sáez, jefe de gabinete de la alcaldesa. Sólo en abril la autoridad denunció al Ministerio Público.